“Ancianos, no estáis solos”, promete funcionaria del Vaticano

Entrevista a la Dra. Gambino ante Jornada Mundial de Mayores

Ancianos solos Vaticano
El Papa abraza a un anciano © Vatican Media

“Ancianos, ¡no estáis solos! ¡La Iglesia está cerca de vosotros! El distanciamiento no tiene la última palabra”. En una entrevista concedida a Exaudi, estas contundentes palabras fueron pronunciadas por la doctora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida del Vaticano, al reflexionar sobre la próxima Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores.

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Dra. Gabriella Gambino © Dicasterio para Laicos, Familia y Vida

La jornada que se conmemorará el 25 de julio fue instituida por el Papa Francisco y su lema, recién anunciado, será «Yo estoy contigo».

En esta entrevista, Gambino no solo explica por qué el Santo Padre eligió este tema, y por qué Francisco parece tener una sensibilidad personal hacia las personas mayores y hacia los abuelos, sino también cómo los ancianos se han visto especialmente afectados por la pandemia y por qué son los que más merecen y necesitan la cercanía.

De hecho, esta madre casada con cinco hijos y consumada académica y escritora, hace un llamamiento en nombre de la Iglesia “a salir”.

“Somos conscientes de que este verano muchos mayores todavía no podrán ir a la Iglesia; por ello, pediremos a todos los cristianos, en particular a los más jóvenes, que vayan a su encuentro. Queremos que se convierta en una expresión de la ‘Iglesia en salida’: que muchos niños vayan a visitar a los abuelos o a los ancianos que están más solos en su barrio, con un regalo, una flor, y la promesa para ellos: ‘Yo estoy contigo todos los días’”.

También subraya que los ancianos dejarán de ser descartados “cuando nuestras sociedades aprendan a reconocer en ellos los valores, la espiritualidad y el carisma”.

Aquí está la conversación del Dr. Gambino con Exaudi:

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No estáis solos, la Iglesia está cerca de vosotros

Exaudi: El tema elegido por el Papa Francisco para la primera Jornada Mundial de los Ancianos y los Abuelos, que se celebrará el 25 de julio, plantea el tema de la soledad de los ancianos. ¿Por qué ha elegido este tema?


Gabriella Gambino: El tema elegido evoca sobre todo una opción específica: la de la cercanía. La Iglesia desea estar cerca de cada mujer y de cada hombre y, en particular, de los mayores. Es una promesa que el Señor dirige a todos sus discípulos, pero que en un tiempo particular como el que estamos viviendo, adquiere un significado particular para los ancianos: el alejamiento, aunque necesario, no es la última palabra. ¡La Iglesia está cerca de ti! ¡No estás solo! Al fin y al cabo, el Papa Francisco lo dijo el domingo pasado en el Ángelus: “No existe el cristianismo a distancia. El amor pide cercanía, contacto”.

Hemos pensado la Jornada, que se celebrará el 25 de julio, en pleno Año Familiar Amoris Laetitiae, como una invitación a “salir”. Somos conscientes de que este verano muchos mayores aún no podrán ir a la Iglesia; por ello, pediremos a todos los cristianos, en particular a los más jóvenes, que vayan a su encuentro. Queremos que se convierta en una expresión de la “Iglesia en salida”: que muchos niños vayan a visitar a los abuelos o a los ancianos que están más solos en su barrio, con un regalo, una flor, y la promesa para ellos: ‘Yo estoy contigo todos los días’”.

Día Mundial instituido para reafirmar el valor de los ancianos

Exaudi: La soledad de los ancianos se ha agravado en muchos casos en la época de la pandemia; hemos percibido claramente toda la violencia. La soledad -y en algunos casos el abandono- han sido terribles aliados del virus y han sido responsables de la pérdida de muchas vidas. También por esto, el Papa Francisco aborda el tema de la defensa de la vida de una manera nueva, y lo hace extendiéndolo, por ejemplo, a la defensa de nuestra casa común e incluyendo la oposición a la cultura del descarte de los más avanzados en años.

Gabriella Gambino: Al mismo tiempo, han llegado muchas noticias de manifestaciones de solidaridad en el trato con los más solos en estos meses. Las respuestas al llamamiento que el Santo Padre hizo el 26 de julio del año pasado, “Cada anciano es tu abuelo”, fueron realmente conmovedoras.

Sin embargo, la crisis sanitaria no ha hecho más que acelerar el proceso de descarte, del que el Papa habla desde hace tiempo. No podemos concebir el tratamiento de la cuestión sólo como una emergencia social. Hay que recoger una raíz espiritual. Los ancianos dejarán de ser descartados cuando nuestras sociedades aprendan a reconocer en ellos los valores, la espiritualidad y el carisma.

La institución de la Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, que no sólo está vinculada a la pandemia, nace del deseo de poner el valor de los ancianos y el don de la vejez en el centro de las comunidades civiles y eclesiales.

El afecto de Bergoglio por los ancianos

Exaudi: En su opinión, ¿de dónde surge la marcada sensibilidad del Papa Francisco por la realidad de la vejez y la realidad, a veces, de esta difícil fase de la vida?

Gabriella Gambino: Como en tantos otros aspectos de su pontificado, su atención a la vejez nace de encuentros concretos. Como arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio solía visitar institutos para ancianos. Ha hablado de ello muchas veces y su atención a los ancianos solos en los institutos nace de esta experiencia. Pero creo que hay algo que proviene de las peregrinaciones que dirigió al Santuario de la Virgen de Luján y de su experiencia de la fe vivida por el santo Pueblo de Dios. Para nosotros, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y es significativo recordar que fue precisamente el cardenal Pironio -al que está vinculado Francisco-, ex presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, quien llevó el tema de la religiosidad popular al Sínodo sobre la Evangelización del 74. Esas instituciones, que luego fueron retomadas en la Evangelii Nuntiandi, confluyen de manera casi idéntica en la Evangelii Gaudium. El Papa Francisco tiene, tal vez, tan alta consideración por los ancianos porque valora su forma popular de vivir y de expresar la fe. Como decía, la alternativa a la cultura del descarte es una mirada capaz de asumir los carismas de la vejez.