¿Casarse separados? Los desafíos de comenzar un matrimonio a distancia
Cada vez más parejas inician su vida conyugal trabajando en distintas ciudades o con horarios incompatibles. La ilusión no basta: hace falta realismo, generosidad y decisiones valientes para cuidar la relación desde el principio

Está claro que casarse, a veces, no resulta fácil, el acceso al mundo del trabajo de una manera estable, la posibilidad de tener una vivienda, el coste de la vida y demás circunstancias están haciendo que, desde un punto de vista económico, sea difícil poder casarse.
Por lo tanto, es cada vez más frecuente que una pareja se case cuando encuentran trabajo los dos, incluso aunque el trabajo sea en distintas ciudades.
Se multiplican las consultas de asesoría matrimonial en parejas que con muy poco tiempo de matrimonio, están empezando a tener problemas como consecuencia de que se ven poco, porque los puestos de trabajo distan entre sí y, prácticamente, sólo se ven el fin de semana y quizás algún día entre semana.
Ocurre lo mismo cuando nos encontramos con parejas que trabajan uno de día y otro de noche. O en puestos de trabajo que requieren pasar largas temporadas fuera de casa.
Se casan con mucha ilusión, pero la falta de comunicación hace que se vaya perdiendo la chispa.
El trabajo – la imposibilidad de cambiar y la sensación de estar atados- hace que una especie de impotencia se apodere de la pareja.
Tener hijos se hace complicado y se empieza a no ver salida a la situación, con el consiguiente agobio que la situación genera.
La sombra del fracaso aparece en el horizonte.
Desde fuera las cosas se ven muy simples, pero también se ven con más perspectiva.
Hay que pensarlo detenidamente y asesorarse antes de tomar una decisión ante situaciones como las que he descrito antes, y que, como he dicho, cada vez son más frecuentes y están presentando más problemas.
La vida de por si no es fácil, por lo que añadirle aditamentos de este estilo es correr riesgos innecesarios.
Se está uno jugando la felicidad. Se puedan buscar soluciones, la mayoría de las veces las hay. Sería prudente buscarlas antes de casarse. No jugárselo todo a la ilusión que se tiene.
La solución siempre requiere perder algo a corto plazo para asegurar el largo plazo.
Cambiarse de trabajo o cambiar de ciudad uno de los dos puede ser una solución. Evidentemente tiene un coste en bienestar económico y material, pero la prudencia en casos como estos es conveniente.
Hay que ser creativo en la solución. Que estén muy de acuerdo los dos. Que no haya que convencer a nadie A medio plazo el que uno haya aceptado solo porque fue convencido puede ser un perjuicio para la relación y causa de futuros problemas.
Si uno ya está casado, mi experiencia es que se puede solucionar, buscando asesoramiento y actuando con generosidad por parte de los dos. Es una manifestación de cariño ser generosos en la solución. Los dos.
Hay veces en que uno de los dos, de una manara solapada, está priorizando su carrera profesional o su comodidad a la estabilidad de la relación. Cuando esto ocurre la generosidad brilla por su ausencia y aparecerá, antes o después, como un factor negativo para la relación.
Related

El enigma del suicidio que la culpa quiere explicar
Alfons Gea
11 julio, 2025
8 min

No soy E.T.
Rosa Montenegro
10 julio, 2025
4 min

Cardenal Arizmendi: Fe cristiana y ecología
Felipe Arizmendi
09 julio, 2025
5 min

La ventaja competitiva que todo directivo necesita comprender: que el ser humano es paradójico
Alejandro Fontana
09 julio, 2025
7 min