Comisiones Justicia y Paz: “Esperanza, determinación y creatividad”

Mensaje de Francisco

Voluntariado de Caritas © Vatican Media

El Papa Francisco anima a las comisiones “Justicia y Paz” de todo el mundo, a continuar su labor con “esperanza, determinación y creatividad” con un mensaje donde resalta cómo estas contribuyen al “crecimiento de la justicia social, económica y ecológica, y a la construcción de la paz”.

El Santo Padre se ha dirigido hoy, 17 de noviembre de 2021, a los participantes en el encuentro mundial promovido por las comisiones “Justicia y Paz”, reunidas por videoconferencia. En este evento reflexionan sobre su papel en la era post COVID-19, bajo el lema “Desafíos actuales y perspectivas de futuro a la luz de Laudato si’ y Fratelli tutti”.

En su mensaje, el Papa ha agradecido al cardenal Turkson y a los colaboradores del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral el poder “compartir experiencias, valoraciones y propuestas en esta fase de crisis global, a la luz de las encíclicas ‘Laudato si’ y ‘Fratelli tutti”.

‘El nuevo nombre de la paz’

En este sentido, Francisco ha querido señalar en el mensaje, cómo “nuestro pensamiento se dirige a san Pablo VI”, quien poco después de “la conclusión del Concilio Vaticano II creó la ‘Comisión Pontificia Iustitia et Pax‘”, y a san Juan Pablo II, que “la reformó en el Consejo Pontificio ‘Justicia y Paz’”. De este modo, en su encíclica Populorum Progressio, “de llamativa actualidad”, el papa Montini, “tras una reflexión orgánica sobre el desarrollo integral de la humanidad, llegó a la conclusión de que este concepto puede considerarse ‘el nuevo nombre de la paz’”.

Asimismo, el Pontífice resalta el servicio “indispensable” que estas comisiones hacen “dentro de la pastoral social de las Iglesias locales”. De este modo, dichas Comisiones tienen la tarea de “difundir y dar a conocer la doctrina social de la Iglesia, trabajando activamente por la protección de la dignidad de la persona humana y sus derechos, con una opción preferencial por los pobres y los últimos”.

Justicia social, económica y ecológica

Además, Su Santidad, ha explicado que estos organismos contribuyen “al crecimiento de la justicia social, económica y ecológica, y a la construcción de la paz”. Y apunta que para llevar a cabo esta misión, “pueden inspirarse ampliamente en las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, sacando lo más adecuado de cada una para poder aplicarlo en las distintas situaciones locales y en los diferentes contextos continentales, regionales y nacionales”.

El Obispo de Roma destaca cómo en cualquier parte del mundo el desarrollo integral y, por tanto, la justicia y la paz, “sólo pueden construirse a través de estas dos vías: el cuidado de la casa común, y la fraternidad y la amistad social” y considera que se trata de “dos caminos que tienen su origen en el Evangelio de Cristo, y sobre esta base podemos avanzar junto a muchos hombres y mujeres de otras denominaciones cristianas, de otras religiones e incluso con aquellos que no tengan una pertenencia religiosa particular”.

A continuación, el mensaje completo de Francisco.

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Mensaje del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:


Es un placer saludarlos y desearles un buen trabajo. Agradezco al cardenal Turkson y a los colaboradores del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral esta convocatoria —aunque sea a distancia— en la que podremos compartir experiencias, valoraciones y propuestas en esta fase de crisis global, a la luz de las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti.

Nuestro pensamiento se dirige espontáneamente a san Pablo VI, que poco después de la conclusión del Concilio Vaticano II creó la Comisión Pontificia Iustitia et Pax, y a san Juan Pablo II, que la reformó en el Consejo Pontificio “Justicia y Paz”. En su encíclica Populorum Progressio (1967) —de llamativa actualidad— el Papa Montini, tras una reflexión orgánica sobre el desarrollo integral de la humanidad, llegó a la conclusión de que este concepto puede considerarse «el nuevo nombre de la paz» (n. 76). En consonancia con esta perspectiva, el Dicasterio al que he confiado la misión de servir al desarrollo humano integral ha asumido «la solicitud de la Santa Sede en relación con la justicia y la paz» (Estatuto, art. 1).

Estoy seguro de que estos dos santos Pontífices, con su intercesión, siguen acompañando los trabajos que ustedes llevan adelante en las numerosas Comisiones de Justicia y Paz de las Conferencias Episcopales de todo el mundo. Estas Comisiones realizan un servicio indispensable dentro de la pastoral social de las Iglesias locales. De hecho, tienen la tarea de difundir y dar a conocer la doctrina social de la Iglesia, trabajando activamente por la protección de la dignidad de la persona humana y sus derechos, con una opción preferencial por los pobres y los últimos. De este modo, contribuyen al crecimiento de la justicia social, económica y ecológica, y a la construcción de la paz.

Para llevar a cabo esta misión, pueden inspirarse ampliamente en las encíclicas Laudato si’ y Fratelli tutti, sacando lo más adecuado de cada una para poder aplicarlo en las distintas situaciones locales y en los diferentes contextos continentales, regionales y nacionales. En efecto, en cualquier parte del mundo el desarrollo integral y, por tanto, la justicia y la paz, sólo pueden construirse a través de estas dos vías: el cuidado de la casa común, y la fraternidad y la amistad social. Se trata de dos caminos que tienen su origen en el Evangelio de Cristo, y sobre esta base podemos avanzar junto a muchos hombres y mujeres de otras denominaciones cristianas, de otras religiones e incluso con aquellos que no tengan una pertenencia religiosa particular.

Por tanto, los animo a continuar esta labor con esperanza, determinación y creatividad. Lo hago consciente del desafío que supone el contexto actual, marcado por la crisis sanitaria y social causada por la pandemia de Covid-19, y por los viejos y nuevos brotes de conflicto que están surgiendo, mientras se tiende a retroceder respecto a los compromisos asumidos tras las inmensas tragedias del siglo pasado.

La crisis actual ha puesto de manifiesto numerosas contradicciones en el sistema económico y político, al tiempo que persisten desafíos no resueltos que requieren el esfuerzo conjunto de muchos actores. Los exhorto, por tanto, a abordar estas cuestiones también en colaboración con otras realidades eclesiales y civiles —locales, regionales e internacionales— comprometidas con la promoción de la justicia y la paz.

Queridos hermanos y hermanas, los encomiendo a cada uno de ustedes, a sus colaboradores y familiares, a la protección maternal de María Santísima, Reina de la Paz, y les imparto de corazón mi Bendición Apostólica.

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