Corpus Christi, la importancia de tratar a Jesucristo en la Eucaristía

Procesión del Corpus Christi © Cathopic. Beca Dira

El sacerdote Rafael de Mosteyrín ofrece a los lectores de Exaudi este artículo sobre la fiesta del Corpus Christi y la importancia de tratar a Jesucristo en la Eucaristía.

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La fiesta del Corpus Christi es una fiesta de la Iglesia Católica con la finalidad de celebrar, y agradecer, la institución de la Eucaristía. Se busca que aumente la fe, de cada uno de nosotros, en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento. En muchas ciudades se tiene una procesión por las calles, en las que el Cuerpo de Jesús se muestra en una Custodia, para nuestra adoración.

-“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Quien comiere de este pan, vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi misma carne para la vida del mundo” (Jn 6, 51-52).


En 1902 Don Manuel González recibió su primera tarea después de ser ordenado sacerdote. Debía marchar de Sevilla a un cercano pueblo, llamado Palomares del Río. Utilizó una canoa para cruzar el Guadalquivir, y después, continuó montado en un burro. Cuando llegó no fue recibido por nadie. Fue a la parroquia, la iglesia de Nuestra Señora de la Estrella. El sacristán le presentó un panorama muy desalentador. Eran pocos los que acudían allí a rezar. Entró en la Iglesia y se arrodilló ante el Sagrario. Después, cuando abrió el Sagrario, se llevó un tremendo disgusto. Aquel Sagrario abandonado estaba completamente sucio, lleno de suciedad, con insectos. Se veía a las claras que hacía mucho tiempo que no se abría, ni se habían renovado las Sagradas Formas. Aquello le marcó para toda su vida, dedicándose desde entonces a propagar la Sagrada Eucaristía. Puso todo su empeño, a partir de entonces, para que Cristo estuviera siempre acompañado en el Sagrario. Para que se mostrara -con limpieza, y manifestaciones de cariño- la importancia que tiene para nosotros.

Más tarde se refirió a aquella experiencia: La impresión de aquel tristísimo Sagrario de tal modo hizo mella en su alma, que no se borrará en su vida. “Me fui derecho al Sagrario…y ¡qué Sagrario, Dios mío! ¡Qué esfuerzos tuvieron que hacer allí mi fe y mi valor para no salir corriendo para mi casa! Pero no huí. Allí de rodillas…mi fe veía a un Jesús tan callado, tan paciente, tan bueno, que me miraba…que me decía mucho y me pedía más, una mirada en la que se reflejaba todo lo triste del Evangelio…La mirada de Jesucristo en esos Sagrarios es una mirada que se clava en el alma y no se olvida nunca. Vino a ser para mí como punto de partida para ver, entender y sentir mi ministerio sacerdotal de otra manera…consagrado por Dios para pelear contra el abandono del Sagrario”. Años posteriores resaltó lo decisivo que fue para su vida sacerdotal, el descubrimiento de la importancia de tratar muy bien a Jesús en la Eucaristía.

120 años después Don Manuel González es san Manuel González. Un sacerdote español conocido como “el del Sagrario abandonado”. Un ejemplo para todos de amor a Jesús en la Eucaristía. Cada celebración del Corpus Christi tenemos la oportunidad de mostrar cuánto queremos al Señor, y cómo le adoramos en el Sagrario, procurando no dejarle nunca solo.