Parolin: Una política que “pone al centro la persona”

Palabras en la inauguración del II Encuentro Internacional de Líderes Católicos

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El cardenal Parolin en el II Encuentro Internacional de Líderes Católicos © Luis Millán

El cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin inauguró el II Encuentro Internacional de Líderes Católicos y pidió que la acción política incluya “una dimensión antropológica fundada, que pone al centro la persona” y que la autoridad no se ejerza con “una visión personal, partidista o nacional”, sino con “un sistema organizado de personas e ideas compartidas y posibles” en busca del bien común.

Este encuentro de católicos con responsabilidades políticas, se celebra este fin de semana, del 4 al 5 de septiembre de 2021, en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, España.

De acuerdo a una nota difundida por la arquidiócesis de Madrid, el cardenal comenzó su intervención planteando: “¿Es suficiente, en un mundo dominado por la crisis, que la pandemia solo ha acentuado, una presencia orientada al mero servicio […]? ¿O más bien debemos trabajar para que una humanidad, en este momento encerrada por la emergencia del contagio, pueda comprender los signos de los tiempos y no se conforme con captar la realidad, quizá contemplarla, pero después sucumbir bajo su peso?”.

El secretario de Estado del Vaticano agradeció la organización de estas jornadas a la archidiócesis de Madrid y su arzobispo, el cardenal Carlos Osoro, y a la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer. En este sentido, apuntó que se trata de un evento para “reflexionar sobre el modo en que podemos trabajar para contribuir a la edificación del bien común” en un momento como este de la pandemia, que “afecta al mundo entero”, y en el que tenemos “la exigencia de salir de una crisis profunda y difícil de interpretar, que pide en primer lugar que se refuercen los equilibrios sociales, las economías, la estructura de los países y las capacidades de los gobiernos”.

Cultura del encuentro y amistad social

El cardenal Parolin pidió a los cerca de 70 políticos católicos participantes, procedentes de 19 países, que, aparte de “el mayor compromiso, competencia, transparencia y profesionalidad”, se planteen “qué puede aportar la visión cristiana”, que es “esperanza y certeza al mismo tiempo”. Asimismo, a partir de esta invitación, remarcó dos aspectos clave del magisterio de la Iglesia y del Papa Francisco para la construcción del bien común: la cultura del encuentro y la amistad social, que no pueden reducirse por los políticos a “meros eslóganes de propaganda”.

La cultura del encuentro, prosiguió, es una actitud que pasa por “hacer de la diversidad un valor agregado, un enriquecimiento”, que permite las personas desarrollen, en palabras de Evangelii gaudium, “la dimensión social de sus vidas configurándose como ciudadanos responsables en el seno de un pueblo, no como masa arrastrada por las fuerzas dominantes”. “Integrar diversas realidades es a menudo difícil y lento, pero […] se trata de un camino seguro que debemos recorrer para garantizar una sólida consistencia a la acción política, para que sea capaz no sólo de responder a la crisis, sino de afrontarla y superarla”, afirmó.


Por otro lado, el purpurado resaltó que la amistad social “no es puro sentimiento ni una construcción del pensamiento”, sino “el efecto de la acción política, de la mejor, la que es capaz de comprender las exigencias desde abajo y trasladarlas subsidiariamente al plano decisorio, legislativo, económico y social”. A partir de ello, surge de forma irremediable, la “preocupación por los que más sufren, por los que son descartados, volviéndose casi invisibles”, muchas veces “víctimas de políticas y de estrategias económicas que solo encuentran referencia en los datos analíticos, en los índices de producción o en la escala de eficiencia”.

Recuperación de la pospandemia para todos

De acuerdo al comunicado del arzobispado, para ilustrar cómo cambia la acción política esta aproximación, el cardenal secretario de Estado ha recurrido a la vacunación frente a la COVID-19: conscientes de que “nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos” –en expresión del Papa–, con la amistad social se extiende “toda acción más allá de las fronteras de una comunidad, de una región y de un estado”, y con la cultura del encuentro se “elimina la exclusión, el desprecio y la rígida división en categorías que atribuyen una dignidad distinta, quizá diferentes derechos fundamentales o tratos discriminatorios”.

En esta línea, advirtió del riesgo de que la recuperación pospandemia llegue solo a unos y acarree “la ulterior marginación para la mayoría de países”, y lamentó que, particularmente en esta crisis, parece que “los procesos legislativos se ven restringidos por un funcionalismo del momento”, las decisiones de las instituciones son “el fruto de un equilibrio de intereses contrapuestos y casi nunca convergentes”, y “las decisiones económicas solo tienen el sabor de la asistencia momentánea y no de la continuidad”. También criticó que temas clave como democracia, libertad, justicia o unidad “se perciban como meros componentes del lenguaje político”, más que como “factores inspiradores de un programa político, de la conducta de las instituciones y del tejido social de la nación”.

Frente a estos problemas, el cardenal Pietro Parolin insistió en la necesidad de que la acción política incluya “una dimensión antropológica fundada, que pone al centro la persona”, de que se reconozca el valor de la justicia como “regulador social”, y de una “política coherente que, desde la comunidad política local o nacional, sea capaz de actuar hasta la dimensión internacional”.

Igualmente, de forma especial en momentos como el actual, recordó que hay desafíos que requieren ser “gobernados” y ha solicitado que la autoridad no se ejerza con “una visión personal, partidista o nacional”, sino con “un sistema organizado de personas e ideas compartidas y posibles” en busca del bien común.