El ex-vicepresidente de Google reclama una regulación de la IA

Hinton, padrino de la inteligencia artificial, se arrepiente de haber desarrollado esta tecnología y advierte de los riesgos de su mal uso

(C) Pexels
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Geoffrey Hinton, padre de la Inteligencia Artificial (IA), ha dimitido como vicepresidente de Google tras dedicar una década a la investigación y desarrollo de esta tecnología. El célebre informático, tras su repentina salida, ha advertido de los riesgos de un mal uso de la IA y reclama su regulación, llamando a la prudencia ante la velocidad que está alcanzando este desarrollo tecnológico.

El experto en neurociencia computacional, Geoffrey Hinton, se suma a las advertencias lanzadas por líderes del sector de la IA como Steve Wozniak, Jaan Tallinn o Elon Musk sobre los peligros de que esta tecnología pueda prescindir del control humano y desarrollarse de forma autónoma.

El exejecutivo de Google, tras salir de la compañía, ha mostrado su preocupación sobre los contenidos producidos por herramientas vinculadas a la IA, concretamente, el ChatGPT o Dall-E, programas de inteligencia artificial que permiten obtener cualquier tipo de texto o imagen, respectivamente, solicitada por los usuarios.

Hinton teme que estas aplicaciones saturen internet de textos, vídeos y recursos fotográficos que puedan confundir a las personas hasta el punto de que no distingan lo real de lo virtual. Al líder informático le preocupa también el efecto perverso que puede tener esta tecnología en los ámbitos laboral y social. En declaraciones recogidas por Radio Televisión Española, Hinton ha confesado estar arrepentido de haber contribuido al despliegue y acelerado desarrollo de una poderosa herramienta que él mismo consideraba que tardaría entre 30 y 50 años en perfeccionarse sin perder el control de la potencialidad que brinda la IA. El científico exige echar el freno y que Google y Microsoft no vayan más lejos hasta tener la seguridad de que se dominen esta nueva tecnología. “Me consuelo con la excusa normal: si yo no lo hubiera hecho, alguien más lo habría hecho” ha explicado Hinton.

Desde un enfoque bioético personalista, la tecnología debe estar al servicio del ser humano y mejorar la vida de las personas, no a la inversa. El padre de la bioética personalista, Elio Sgreccia, considera que la ciencia y la tecnología no conocen la ética de los medios y de los fines. En este sentido, urgía a una simbiosis entre tecnología y humanismo, puesto que el poder científico nunca puede suplantar al ser humano.


 

María Santos Flores – Desamparados C. Aygues – María José Capel Mena – FedericoMernes – Eulalia Garcia López – Ana Rodriguez Scheid

Alumnos del Master en Bioética

Universidad Católica de Valencia