El Papa: “Nuestro mundo necesita unidad”

A los Sacerdotes y Religiosos de Madagascar residentes en Roma

Sacerdotes y Religiosos de Madagascar © Vatican Media

El Santo Padre Francisco recibió este jueves, 27 de octubre de 2022, en Audiencia, en el Palacio Apostólico Vaticano a los Sacerdotes y Religiosos de Madagascar residentes en Roma y les dirigió el siguiente discurso que reproducimos a continuación:

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Discurso del Papa

Me alegro de encontrarme con vosotros, y saludo a los responsables del Consejo de la Unión de Sacerdotes y Religiosos de Madagascar por esta visita que me permite conoceros mejor, así como vuestras expectativas y vuestras esperanzas como personas consagradas en misión en Roma. También saludo a Su Excelencia Mons. Marie Fabien, Presidente de la Conferencia Episcopal, que ha trabajado para que se celebre este encuentro. Les agradezco su presencia y su organización.

Vuestra presencia hoy, en un momento en el que vuestros obispos se encuentran en visita ad limina, es una expresión de vuestra comunión de oración con el viaje espiritual que están realizando a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo. En efecto, la fecundidad de vuestra misión depende también de la unidad que cultivéis entre vosotros y con vuestros pastores. Esto es muy importante: la unidad. Es un testimonio que estáis invitados a dar a nuestra sociedad. “Nuestro mundo necesita unidad, este es un tiempo en el que todos necesitamos unidad, necesitamos reconciliación, necesitamos comunión y la Iglesia es la Casa de la Comunión” (Audiencia General, 25 de septiembre de 2013).


Hoy en día, en nuestras sociedades, y por desgracia a veces también en la Iglesia, existe una cultura del egoísmo. Se habla mucho en contra, los chismes están a la orden del día; por favor, no cotilleen, no chismeen, hablen siempre bien de los demás, porque los chismes son un arma de desunión. La búsqueda de intereses personales, el “virus del egoísmo”, amenaza la cohesión pacífica entre los pueblos, así como entre los hijos de un mismo país. Frente a esta situación, vuestro Consejo, que reúne a niños malgaches que han consagrado su vida a Cristo, es la prueba de que la vida puede vivirse de otra manera a la luz del Evangelio, que da la verdadera alegría. Por tanto, os animo a caminar siempre juntos, a hacer de vuestra presencia aquí en Roma una preciosa ocasión para enriquecer y renovar vuestra fe, siguiendo las huellas de los grandes santos que os han precedido. Aprended a hacer de cada día de vuestro Consejo, una familia en la que nos respetamos, amamos y apoyamos, un lugar de aprendizaje de la ”civilización del amor”. Así podréis ser signos de esperanza para vuestras Iglesias particulares y para Madagascar, que espera mucho de vosotros.

Os encomiendo a cada uno de vosotros a la intercesión de la Santísima Virgen María. Que ella os ayude a conservar con fidelidad vuestra identidad de sacerdotes y religiosos en medio de los cambios de este tiempo. Que la Virgen María interceda por vosotros para que seáis siempre abiertos y generosos con vuestros hermanos, especialmente con los que pasan por momentos difíciles. Estad todos unidos, unidos, unidos con los obispos, que son los pastores. Invoco la bendición de Dios sobre vosotros, sobre la Iglesia de Madagascar y sobre toda su nación. Por favor, no se olviden de rezar por mí.