El Papa: ¡La paz es posible! No nos resignemos a la guerra”

Palabras del Santo Padre después de la oración mariana

Ángelus 13 noviembre 2022 © Vatican Media

Tras el rezo del Ángelus de este domingo, 13 de noviembre de 2022, El Santo Padre invitó a  “Permanecer siempre cerca de nuestros hermanos y hermanas de la atormentada Ucrania. Cercanos con la oración y la solidaridad concreta. ¡La paz es posible! No nos resignemos a la guerra”.

A continuación, siguen las palabras del Papa después del Ángelus ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

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Palabras del Papa

Queridos hermanos y hermanas:

Mañana se cumple el primer aniversario del lanzamiento de la Plataforma de Acción Laudato si’, que promueve la conversión ecológica y estilos de vida coherentes con ella. Quiero dar las gracias a todos los que se han sumado a esta iniciativa: hay unos seis mil participantes, entre personas, familias, asociaciones, empresas, instituciones religiosas, culturales y sanitarias. Este es un excelente comienzo de un proceso de siete años dirigido a responder al clamor de la tierra y al grito de los pobres. Animo a que esta misión, crucial para el futuro de la humanidad, fomente en todos un compromiso concreto para el cuidado de la creación.


En esta perspectiva, me gustaría recordar la Cumbre del Clima COP27 que se desarrolla en Egipto. Espero que se den pasos adelante, con valor y determinación, siguiendo las huellas del Acuerdo de París.

Permanezcamos siempre cerca de nuestros hermanos y hermanas de la atormentada Ucrania. Cercanos con la oración y la solidaridad concreta. ¡La paz es posible! No nos resignemos a la guerra.

Y los saludo a todos, peregrinos de Italia y de varios países, familias, parroquias, asociaciones y fieles. En particular, saludo al grupo carismático “El Shaddai” de los Estados Unidos de América, a los músicos uruguayos del bandoneón —¡veo la bandera ahí, espléndidos!—, la Misión greco-católica rumana de París, los representantes de la pastoral escolar de Limoges y Tulle con sus respectivos obispos, los miembros de la comunidad eritrea de Milán, a quienes aseguro mis oraciones por su país. Me complace dar la bienvenida a los ministros servidores de Ovada, a la cooperativa “La Nuova Famiglia” de Monza, a la Protección Civil de Lecco, a los fieles de Perugia, Pisa, Sassari, Catania y Bisceglie, y a los chicos y chicas de la Inmaculada.

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!