El Papa renueva su llamamiento a deponer las armas y su cercanía al pueblo ucraniano

Palabras del Santo Padre después de la oración mariana

© Vatican Media

Tras la oración del Regina Coeli, de este Domingo de la Ascensión del Señor, el pensamiento de Francisco se dirigió a la grave situación en Sudán, renovando su llamamiento a deponer las armas. Y expresó de nuevo su cercanía al martirizado pueblo ucraniano.

Estas fueron las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede: 

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Palabras del Papa

¡Queridos hermanos y hermanas!

Es triste pero, un mes después del estallido de la violencia en Sudán, la situación sigue siendo grave. Al alentar los acuerdos parciales alcanzados hasta ahora, renuevo mi sentido llamamiento a que se depongan las armas, y pido a la comunidad internacional que no escatime esfuerzos para hacer prevalecer el diálogo y aliviar el sufrimiento de la población. Por favor, no nos acostumbremos a los conflictos y a la violencia. ¡No nos acostumbremos a la guerra! Y sigamos estando cerca del martirizado pueblo ucraniano.

Se celebra hoy la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, sobre el tema Hablar con el corazón. Es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora. Saludo a los periodistas y a los trabajadores de la comunicación aquí presentes, les doy las gracias por su trabajo y deseo que estén siempre al servicio de la verdad y del bien común. ¡Un aplauso a todos los periodistas!


Hoy empieza la Semana Laudato si’. Doy las gracias al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y a las numerosas organizaciones adheridas; e invito a todos a colaborar con el cuidado de nuestra casa común: ¡hace mucha falta unir habilidades y creatividad! Nos lo recuerdan también las recientes calamidades, como las inundaciones que han golpeado estos días Emilia Romaña, a cuya población renuevo de corazón mi cercanía. Ahora en la plaza se distribuirán los libritos sobre la Laudato si’ que el Dicasterio ha preparado en colaboración con el Instituto ambiental de Estocolmo.

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de tantos países… Veo muchas banderas, ¡bienvenidos! Saludo, en particular a las Hermanas Franciscanas de Santa Isabel de Indonesia – ¡desde lejos! – a los fieles de Malta, Mali, Argentina, la Isla Caribeña Curazao y la Banda Musical de Puerto Rico. ¡Nos gustaría escucharos tocar después!

Saludo además a la peregrinación diocesana de Alejandría; los chicos de la Confirmación de la diócesis de Génova, que encontré ayer en Santa Marta, con la gorra roja, allí, ¡muy bien!; los grupos parroquiales de Molise, Scandicci, Grotte y Grumo Nevano; las asociaciones comprometidas con la defensa de la vida humana; el Coro juvenil “Emil Komel” de Gorizia; las escuelas “Caterina di Santa Rosa” y “Sant’Orsola” de Roma y a los chicos de la Inmaculada.

A todos vosotros os deseo un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Por favor, no os olvidéis. ¡Buen almuerzo y hasta pronto.