El rey Carlos reafirmó su responsabilidad hacia la iglesia de Inglaterra

En breve discurso tras la firma del juramento

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En medio de gran pompa y ceremonia, el rey Carlos III fue proclamado públicamente como el nuevo monarca del Reino Unido desde el balcón sobre Friary Court, parte del Palacio de St. James.

Carlos III ha sido proclamado rey de Inglaterra por el Consejo de Sucesión al Trono, un órgano de composición variada. Tras la firma del juramento, el monarca se asomó al balcón del Palacio de St. James, dijo en una parte de su breve discurso «Serviré, siguiendo el ejemplo de la reina Isabel II, con la misma devoción, al país, a los territorios de la corona y a los reinos de la Mancomunidad de Naciones».  Asimismo, reiteró los conceptos expresados ayer en su primer video mensaje a la nación como regente, en el que se filtró la fuerte emoción por la pérdida de su amada madre. «El rol y los deberes de la monarquía también se mantendrán, así como la particular relación del soberano y la responsabilidad hacia la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia en la que está profundamente arraigada mi propia fe»

El nuevo monarca británico ha asumido plenamente el legado de su madre, Isabel II, tarea nada fácil tras el reinado más largo de Gran Bretaña, durado 70 años.

Tras la proclamación pública de Carlos III como Rey, comenzaron los saludos con armas de fuego en el Castillo de Edimburgo en Escocia, el Castillo de Cardiff en Gales, el Castillo de Hillsborough en Irlanda del Norte y la Torre de Londres y Hyde Park en Inglaterra. Así como los también la recepción de cientos de mensajes de felicitación de todo el mundo.

El afecto de los londinenses por Carlos III se manifestó ayer de inmediato frente al Palacio de Buckingam, donde cientos de personas siguieron depositando ramos de flores para la reina fallecida.

Desde Escocia, donde falleció Isabel, informaron que el féretro de la reina será trasladado a Londres. El funeral está previsto para el 19 de septiembre en Westminster con la participación de todos los grandes del mundo.

Discurso completo

Señoras y señores.

Es mi más doloroso deber anunciarles el fallecimiento de mi amada madre, la reina.

Sé cuán profundamente ustedes, toda la nación – y creo que podría decir todo el mundo – se solidariza conmigo en la pérdida irreparable que todos hemos sufrido. Es el mayor consuelo para mí, saber de la simpatía expresada por tantos a mi hermana y hermanos y que tanto afecto y apoyo abrumador deben extenderse a toda nuestra familia en nuestra pérdida.


A todos nosotros como familia, como a este reino y a la gran familia de naciones de la que forma parte, mi madre dio un ejemplo de amor duradero y de servicio desinteresado.

El reinado de mi madre fue inigualable en su duración, su entrega y su devoción. Incluso cuando estamos afligidos, damos gracias por esta vida tan fiel.

Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y pesadas responsabilidades de Soberanía que ahora me han pasado. Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el ejemplo inspirador que se me ha dado al defender el gobierno constitucional y buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas Islas y de los Reinos y Territorios de la Mancomunidad en todo el mundo.

En este propósito, sé que me sostendrán el afecto y la lealtad de los pueblos cuyo Soberano he sido llamado a ser, y que en el desempeño de estos deberes me guiaré por el consejo de sus parlamentos electos. En todo esto, me siento profundamente alentado por el constante apoyo de mi amada esposa.

Aprovecho esta oportunidad para confirmar mi voluntad e intención de continuar con la tradición de entregar los ingresos hereditarios, incluido el Patrimonio de la Corona, a mi Gobierno en beneficio de todos, a cambio de la Subvención Soberana, que respalda mis deberes oficiales como jefe de Estado y jefe de la Nación.

Y al llevar a cabo la pesada tarea que se me ha encomendado, y a la cual ahora dedico lo que me queda de mi vida, pido la guía y la ayuda de Dios Todopoderoso.