16 julio, 2025

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El verano ya llegó…

No seas turista de la vida de nadie

El verano ya llegó…

Ya nadie tiene tiempo para casi nada, las agendas están “a tope” y anhelamos tiempo, esto me recuerda el libro “Momo”.

Tener tiempo puede ser riqueza o pobreza. Ser rico es distinto a ser avaricioso. Ser rico es tener para repartir y compartir; el avaricioso solo acumula, el medio se ha convertido en un fin. Mata por inanición.

El verano ya llegó ofreciendo sol, playa o montaña, tiempo disponible sin presión ajena.  Tiempo para gestionar diferentes objetivos: lectura, visitas culturales, senderismo… pero también tiempo para la #amistad: cultivarla, descubrirla, saborearla. Desayunos largos en familia, tardes de tertulia con amigos, juegos de mesa al anochecer o paseos por la playa, cogidos de la mano, a la luz de la luna llena.

Hay soledades deseadas con el fin de que las piezas del puzle personal se asienten y podamos mirarnos con #misericordia y #ternura. Pero también hay #soledades dolorosas que debemos curar al mirarnos por dentro con la mirada del amor. Este verano no acumules likes, acumula #presencias, acumula “quedadas”. No seas turista de la vida de nadie, sé una melodía compartida.

Tiempo de amigos, pero, si no los tienes, empieza el recorrido empedrado: acércate, inicia una conversación, invita a una caña, abre tu casa y tu sonrisa. La sonrisa es un lenguaje que todos entienden. En mi libro “El yo y sus metáforas” cuando hablo de amistad comienzo diciendo: “Hacer amigos, cansa; tener amigos, descansa” y hoy añadiría, “no tenerlos, mata”

El individualismo que avanza como la niebla tiene muchos precedentes: miedo, inseguridad, baja autoestima o narcisismo, pero te roba el aire para respirar, te ahoga sin permiso.

El yo es la intimidad en estado puro, el ego es la desconexión, el apagón interior sin consuelo. La desconexión conmigo mismo y con el exterior. Nadie resiste mucho sin luz y sin ayuda.

El verano llegó y las personas con la luz del sol brillan y sonríen.  Apaga el móvil, enciende una conversación. Escucha, mira a los ojos con sencillez y respeto. Si no entiendes, pregunta. No actúes como invasor, sé hospitalario; llama a alguien, queda… la amistad no es un lujo es el corazón de la vida, es una melodía compartida.  Nos vendieron la independencia como libertad y la autosuficiencia como virtud, pero sabemos que la libertad se actualiza en el amor y el compromiso. Y esto es dependencia elegida desde la libertad.

El ego es un ataúd que nadie quiere compartir.  No es fácil compartir con quien se bloquea. Nadie puede agarrar una mano cerrada en un puño.

Si necesitas tener todo bajo control, posiblemente no estás dejando entrar a nadie; la amistad es riesgo, el riesgo de compartir la propia vulnerabilidad, reconocida y asumida, para, así poder acoger la vulnerabilidad ajena.

Las heridas para ser compartidas necesitan la amistad como correa de transmisión, el resto es marketing emocional, no vínculo humano. La amistad no sobrevive sin reciprocidad. Puedo amar sin ser correspondido. El amor es una decisión personal. La amistad no nace si no hay correspondencia. Es una historia común que habla de ti, mejor que cualquier “curriculum”.

Me gustaría compartir unos párrafos de mi libro “El yo y sus metáforas” que hablan de amistad por si te animas a ojearlo

La amistad nos hace únicos, y, al mismo tiempo, uno, sin confundirnos. Y única cada amistad. Nos hace grandes por la suma y nos dignifica por el respeto al ser singular. Del «yo y el tú» surge «contigo y conmigo» y seguimos generando vida en común, lazos que hacen de esa relación algo con nombre propio sin exclusiones absolutas. El corazón se expande con la entrega. La amistad nos revela en lo que tenemos de singularidad para otro, que la visualiza y se entrega, a su vez, sin perderse para compartir parte de la vida.”

“La amistad es el arte del diálogo. Es apertura y encuentro. Es situación de confluencia y despegue hacia el entorno compartido. Cada amistad tiene la profundidad de cada corazón y nunca admite confusiones ni es excluyente; es total y participativa. El diálogo es expresión de la madurez en la cercanía. Saber escuchar y comprender. Saber perdonar. (Solo tienen la capacidad de herir las personas que amamos).”

“El diálogo es entre dos corazones, entre dos miradas que no resisten ser encarceladas en una ideología, en una raza o un estatus social. El diálogo radica en lo que de igualdad compartimos las personas. Un origen, un destino universal y un recorrido personal. Los errores son parte del recorrido. Una de sus ofertas es enseñarnos a reemprender el camino con más sabiduría y más compresión para el que camina a nuestro lado.·”

Termino con una poesía de Manuel Altoaguierre

Era dueño de sí, dueño de nada.

Como no era de Dios ni de los hombres,

Nunca jinete fue de la blancura,

Ni nadador, ni águila.

Su tierra estéril nunca los frondosos

Verdores consintió de una alegría,

Ni los negros plumajes angustiosos.

Era dueño de sí, dueño de nada.

El verano llegó…

Rosa Montenegro

pedagoga, orientadora familiar (UNAV) y autora del libro “El yo y sus metáforas” libro de antropología para gente sencilla. Con una extensa experiencia internacional en asesoramiento, formación y coaching, acompaña procesos de reconstrucción personal y promueve el fortalecimiento de la identidad desde un enfoque humanista y transformador.