¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?: Comentario P. Jorge Miró

Convertir de todo pecado y entre el Señor

Luz © Cathopic

El padre Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy 11 de diciembre de 2022 titulado “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”.

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La Palabra de Dios que proclamamos hoy, tercer domingo de Adviento, te invita a vivir alegres en el Señor. ¿Por qué? La primera lectura nos da las claves. Sed fuertes, no temáis. ¡He aquí  vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará. Entonces se despegarán los ojos del ciego, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo. Retornan los rescatados del Señor… Quedan atrás la pena y la aflicción.

Esta llegada de Jesús te debe llenar de alegría, porque llega tu salvación, llega la luz que necesitas para salir de la oscuridad, llega la esperanza.

El evangelio nos presenta a san Juan Bautista que manda a dos discípulos suyos a preguntarle a Jesús si es el Mesías, el Salvador. La respuesta de Jesús es afirmativa: Jesús es el Salvador, el Mesías, el que tenía que venir, en Él se cumplen las profecías del Antiguo Testamento: los ciegos ven, los sordos oyen…

Con ello, la Palabra de Dios te invita a vivir la Navidad de tal manera que no se quede ni en una fiesta puramente sentimental, ni en un mero recuerdo histórico del Nacimiento de Jesús, ni mucho menos aún en una fiesta comercial y consumista, sino que abras tu corazón de par en par al Señor, que aceptes en tu vida que Jesús es el Señor, el Mesías, el Salvador, y, que, por tanto, prepares tu corazón para acogerle.

Jesús es el Mesías, el Salvador, y no hay que esperar a otro. Él es el Maestro y el Señor, Él es el que puede darle la vida, la paz, la felicidad; el que puede dar sentido a tu vida.


Y el gran peligro es sentirte escandalizado por Jesús. Se siente escandalizado por Jesús aquel que no le acepta, aquel que rechaza su doctrina y su enseñanza.

Sentirse escandalizado por Jesús es querer convertirte tú en «maestro» para discutir con Jesús, para «negociar» las exigencias del Evangelio, para hacerte el Evangelio a tu medida.

Sentirte escandalizado por Jesús es olvidar que todos somos discípulos, que no tenemos más que un sólo Maestro: Jesucristo, el Señor.

Sentirse escandalizado por Jesús es ponerle condiciones para seguirle, aceptar el evangelio a medias, hacer sólo lo que te conviene…y en un corazón así no puede nacer el Señor.

Por eso, es necesario limpiar todo obstáculo, es necesaria la conversión de todo pecado que pueda haber en tu corazón para que el Señor pueda llenar tu vida y darte la felicidad y la salvación que viene a traerte.

¡Ánimo! Pide el don del Espíritu Santo, para que prepare tu corazón. Entonces podrás acoger a Jesucristo no como una carga sino como un don, y lo mirarás no como una amenaza sino como una aventura.

¡Si crees, verás la gloria de Dios!