¿Has vivido un Getsemaní?
Los momentos de angustia y tristeza que todos enfrentamos, a la luz del Getsemaní de Jesús

Habiendo pasado ya varios días de la celebración de la semana santa 2025, traigo a reflexión lo que sintió Jesús de Nazareth (tristeza y angustia) en el huerto de Getsemaní, cuando estaba orando a su padre, previo al inicio de su pasión, muerte y resurrección.
Según la RAE, la tristeza es un estado de ánimo que se caracteriza por un sentimiento de dolor, en el caso de la angustia se define como un temor opresivo sin una causa precisa.
A raíz de esto, comencé a recordar diferentes situaciones y momentos, personales, familiares y por supuesto laborales, en las que por diferentes motivos sentía esa sensación de tristeza y/o angustia.
- El inicio de mi etapa universitaria, en la capital, distante de mi Chiclayo querido.
- La etapa de independización parcial de mis padres, al acabar la universidad y compartir una vivienda (diferente a la pensión) con mi hermano mayor, ambos ya con trabajo.
- El vivir de manera independiente, ante el casamiento de mi hermano.
- La decisión de formar una familia a los 27 años.
- El enfrentar la crisis Rusa de 1998 y producto de eso, afrontar desde mi posición de RR.HH., despidos masivos en la empresa que en ese momento laboraba.
- El cambiar de trabajo, ante la integración del banco en el que laboraba y comenzar en una empresa retail, con una segunda hija por llegar en ese momento.
- Enfrentar la pandemia de 2020, en la empresa familiar con tres meses sin ventas y 16 colaboradores en nómina.
- Decidir en familia, trasladarnos todos (los cinco, más la mascota) por motivos laborales a otro país (Argentina) y recientemente a otro destino (Colombia).
- Entender que los hijos, deben forjar su destino y vuelo independiente (mis dos hijas mayores, se quedaron en Argentina a completar su carrera universitaria).
Que duda cabe, algunos de los hechos descritos líneas arriba, me generaron tristeza o angustia y en otros casos la combinación de ambos, a estas alturas del artículo podrían preguntarse: ¿Y saliste adelante? Creería que sí, aplicando estas cinco sencillas acciones.
- Compartiendo mi sentir, con una persona cercana (padre, hermano, amigo, jefe, etc.) Según el tipo de acontecimiento ocurrido.
- Escuchar a personas contemporáneas o mayores que estén dispuestas a compartir sus experiencias de cómo enfrentaron situaciones similares.
- Seguir luchando (cayendo y levantándome) por dejar la posición de víctima, ante estos acontecimientos.
- Entender para qué suceden estas cosas y cómo me ayudaron a forjar más el carácter y ser más resiliente.
- Por último y no menos importante, aprender a reflexionar en el silencio interior.
Por todo lo que les he compartido, los invito a reflexionar sobre: ¿Cuál es ahora o ha sido tu Getsemaní, sea en el plano personal, familiar o laboral?
Finalmente agregar, que Jesús nos enseña que experimentar tristeza y angustia es parte de nuestra condición humana y que se puede siempre salir adelante con acciones concretas y sobre todo con fe y confianza en DIOS.
¿Qué dices, seguimos remando contra corriente?
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