Honduras: Obispos rechazan las Zonas de empleo del Gobierno

A través de un comunicado

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Obispos de Honduras © CELAM

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras han publicado un comunicado en el que rechazan completamente las llamadas Zonas de empleo y desarrollo económico (ZEDE), impuestas por el Gobierno nacional. Entre sus motivos se encuentra que “han sido creadas en abierta violación a la Constitución de la República y en perjuicio de nuestro ordenamiento territorial”.

Al comienzo de documento, los prelados hondureños manifiestan su preocupación por que “el Gobierno no escuche ni atienda las manifestaciones y pronunciamientos, justos y fundamentados, de muchas instituciones del país de gran importancia”.

Por otra parte, afirman ser “testigos de la incomprensible y sospechosa insensibilidad e indolencia de las autoridades correspondientes y de la mayoría de los políticos” del país “ante las voces que claman justicia y respeto a derechos tan fundamentales como al defensa de la soberanía y la integridad de” la Patria.

Por todo ello, el Episcopado de Honduras concluye expresando “su solidaridad y se une al pronunciamiento” hecho por los obispos de las diócesis, “quienes hicieron suyos los reclamos de la sociedad civil, exigiendo de manera pacífica la no implementación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico”.

ZEPE

Según cuenta Fides, el proyecto de creación de las ZEDE afecta a varias regiones de Honduras, con el objetivo de hacer crecer la economía de la zona. Pero según expertos autorizados, además de ser inconstitucional, el proyecto transformaría la vida política y social de la zona, afectando a la soberanía nacional, creando “un estado dentro de otro estado”, donde el territorio autónomo sería gestionado por un secretario técnico nombrado por el presidente.


En el mensaje de la Conferencia Episcopal, recibido por Fides, los obispos expresan su preocupación por “la dolorosa incertidumbre, el miedo, la indignación y el enojo que esta realidad despierta en los hondureños, buenos, nobles y trabajadores, que ven con desesperanza su futuro y el de sus hijos”.

Los obispos critican también la actitud del Congreso en esta coyuntura: “¡Qué fácil resulta lavarse las manos ante un problema de esta magnitud, un problema que ellos mismos han causado!”. Y llaman a sus miembros a demostrar “su interés por el bien común y que no busquen salvaguardar sus objetivos personales y egoístas”.