Juan Pablo I, “el papa de la sonrisa”, nuevo beato para la Iglesia

El Papa Francisco preside hoy su ceremonia de beatificación en la basílica de San Pedro

Juan Pablo I © Vatican Media

El sacerdote Rafael de Mosteyrín ofrece este artículo sobre Juan Pablo I, Albino Luciani, que hoy, 4 de septiembre de 2022, se convierte en beato.

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Albino Luciani se trasladó al Seminario Mayor de Belluno, con 17 años. Allí fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1935.

El 26 de agosto de 1978, en el Cónclave que siguió a la muerte de Pablo VI, Albino fue elegido Papa. Tomó el nombre de Juan Pablo I para asumir idealmente la herencia de los dos papas anteriores, san Juan XXIII y san Pablo VI.

La mañana del 29 de septiembre de 1978 apareció muerto en su cama. Tiempo después se abrió su causa de beatificación y canonización. Hoy será nombrado Beato.


En Italia es recordado como el papa de la sonrisa. Cuando se le comunicó su nombramiento le dijo, a sus colegas Cardenales, que Dios los perdonara por lo que habían hecho. Bromeó con los periodistas en su primera conferencia de prensa, pidió que se acercaran los niños para preguntarles y escucharlos y se dirigió a todos pidiendo un salvavidas de oración, no fuera a ser que se ahogase. Ya estaba enfermo cuando fue elegido, y 33 días después marchaba a la presencia de Dios, después de un infarto. Ha sido otro gran Papa del siglo XX, a pesar de la brevedad de su pontificado.

Poco antes, en 1976, publicó un libro de mucho éxito: Ilustrísimos señores. Son un conjunto de cartas imaginarias que –el entonces Patriarca de Venecia- escribe a personajes históricos y mitológicos, a escritores famosos y a santos de la Iglesia.

En los treinta y tres días de su pontificado había mostrado al mundo una espiritualidad atractiva. Procuraba transmitir la sencillez del Evangelio, como un buen catequista. Su tono familiar calaba muy hondo entre los que los escuchaban.

Un mes antes de ser elegido papa escribió el artículo: “Un perfil del Fundador del Opus Dei”. En ese artículo mostraba su aprecio por san Josemaría, y que había entendido profundamente el mensaje de la santificación de la vida ordinaria. “En mitad de la calle, en la oficina, en la fábrica, nos hacemos santos, pero con la condición de cumplir el propio deber con competencia, por amor de Dios y alegremente, de modo que el trabajo diario no sea la “tragedia diaria”, sino la “sonrisa diaria”.

Damos gracias a Dios por la beatificación de Juan Pablo I, y ojalá sea pronto un nuevo papa santo del siglo XX, junto a san Pío X, san Juan XXIII, san Pablo VI y san Juan Pablo II.