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Mar Dorrio

Voces

03 junio, 2025

3 min

Junio: el mes de los cambios… y de la confianza

Un tiempo de exámenes, decisiones y fe: cuando confiar en Dios es la mejor estrategia

Junio: el mes de los cambios… y de la confianza

Empieza junio y, para miles de familias, el corazón late con un ritmo distinto. En muchos hogares, las mesas están llenas de apuntes, los horarios se reorganizan en torno al estudio, y las emociones —aunque intenten disimularse— están a flor de piel. Es tiempo de PAU, Prueba de Acceso a la Universidad, Selectividad, y eso se nota. Se nota en la tensión que flota en el ambiente, en los silencios de concentración, en los suspiros de agobio y también en las palabras de ánimo que, aunque repetidas, aunque parezcan inútiles, nunca sobran. Son días de nervios, de noches más largas, de madrugones con ojeras y desayunos con nudos en el estómago. Y con este artículo quiero gritar a todos los implicados: padres, hijos, hermanos, abuelos y todos los que defienden el equipo sufridor: calma.

Ya sabemos que junio es, por excelencia, el mes de las grandes decisiones. De esas que parecen definitivas, que inquietan, que imponen. ¿Qué carrera va a estudiar? ¿Dónde? ¿Será buena elección? ¿Y si no entra en la opción que habíamos previsto? ¿Y si se equivoca?

Si te encuentras en ese momento de discernir, de acompañar a un hijo o a una hija en el momento de elegir camino, lo primero es: no te preocupes. Sí, suena fácil decirlo. Pero es que no estás sola. No estás solo. Porque Dios, que es Padre, no se desentiende de nuestros procesos. No observa desde lejos. Él sabe que discernir es parte del crecimiento. Y que equivocarse, a veces, también lo es.

El Señor es especialista en caminos inesperados, en puertas que se abren cuando pensábamos que no quedaban más. Él es el Creador de los serendipities, de esas coincidencias providenciales que acaban llevándonos, aunque por otro lado, a donde teníamos que llegar. Por eso, si este junio no todo sale como habíais previsto, confía. Si tu hijo no entra en la carrera que había soñado, confía. Si hay que aparcar un plan o reformular una vocación, confía.

Porque el mes de decidir es, sobre todo, el mes de confiar.

Es el momento perfecto para recordar que los planes de Dios son más altos que los nuestros, y que nuestras decisiones no siempre tienen que ser definitivas para estar bien. Lo importante no es acertar a la primera, sino caminar con fe, con confianza, sabiendo que, si uno se pierde, Él siempre sabe volvernos a poner en la ruta original.

Junio es un torbellino. Pero también es una oportunidad para enseñar a nuestros hijos —y recordarnos a nosotros mismos— que no todo depende de nosotros. Que hay un Padre que guía, que sostiene y que sabe. Dejemos espacio a Dios. Dejemos espacio a la confianza. Porque cuando uno se fía, incluso las equivocaciones acaban siendo parte del plan.

Y, por si te sirven, te dejo unos tips muy humanos para enfrentarte a la Selectividad que una mujer muy sabia le recomendó a mi hija:

Buena letra: cuando llevas 50 exámenes corregidos, lo agradecen.

Separa bien los párrafos, empezando por eso clave que te preguntan.

Economiza el tiempo: responde a lo que te pregunten, aunque sepas mucho más. No te encalles en una pregunta, vuelve a ella después.

Si te quedas en blanco, respira hondo, cierra los ojos unos segundos y vuelve a empezar por una pregunta que domines. Y hoy… saca del banquillo a tu ángel de la guarda desde el minuto uno.

Mar Dorrio

Ser madre de 12 hijos hace que tenga experiencia en psicología, enfermería, restauración, decoración, organización de eventos, coaching de superación... Y todo regado con la capacidad de trabajo que te da estar disponible las 24 horas del día durante 25 años. Con la ilusión de compartir tantas vivencias, creé la cuenta @whynottwelve, actualmente con más de 11.000 seguidores, y la actividad sin ánimo de lucro "Café de los Viernes", que consiste en la organización de cafés simultáneos en casas particulares de diversas ciudades del mundo, en los que se ofrece, a través de internet, un testimonio que pretende ayudar a los participantes a acercarse a Dios y a mejorar sus vidas.