Estatua de santa Bakhita será donada a una parroquia romana

Instalada en la plaza de San Pedro para el día de la Trata, se trasladará a un barrio donde se encuentran muchas niñas víctimas de esta lacra

estatua de Santa Bakhita
Un detalle de la estatua de Santa Bakhita © MargheritaMirabella

La estatua de santa Bakhita, obra del artista canadiense Timothy Schmalz -autor de “Ángeles desprevenidos”, la escultura dedicada a los emigrantes instalada en la Plaza de San Pedro- con motivo del Día contra la Trata, será confiada a la diócesis de Roma. El tema del Día es: “El poder de la atención”. Las mujeres, la economía y la trata de personas”.

La escultura representa a Santa Bakhita abriendo una trampilla y liberando a mujeres y hombres sometidos a esclavitud. Se situará en la parroquia de San Bernardo de Claraval, en el barrio de Centocelle. La estatua estará presente en el Ángelus del domingo, al que asistirá la coordinación diocesana contra la trata de personas. La coordinadora reúne a una serie de organizaciones comprometidas en la lucha contra este fenómeno y en el apoyo a sus víctimas: Cáritas diocesana, Usmi, Comunidad de Sant’Egidio, Associazione Papa Giovanni XXIII, Associazione Slaves No More, Fondazione Arché, Ali di Speranza, Gruppo Raab, así como las unidades de calle que prestan servicio en diversos puntos de la ciudad.

En marzo, el Vía Crucis para las víctimas de la trata

“Hemos elegido esa parroquia porque está situada en el Viale Palmiro Togliatti, una calle en la que se reúnen muchas chicas víctimas de la trata, y en la que también operan las unidades de calle”, explica monseñor Benoni Ambarus, delegado diocesano para la Caridad, los Emigrantes y la Pastoral de los Gitanos y los Sinti, “el Ángelus del domingo pondrá en marcha de alguna manera una serie de iniciativas relacionadas con la sensibilización sobre el fenómeno de la trata. Para el 18 de marzo, la coordinación diocesana de la lucha contra la trata de personas organiza un Vía Crucis en la 16ª prefectura, que recorrerá el Viale Palmiro Togliatti y terminará en San Bernardo”.

Testimonio en un libro

El 7 de febrero, a las 21 horas, habrá una oración contra la trata en la parroquia de San Gabriele dell’Addolorata, donde se encuentra la Casa del Magnificat de la hermana Rita Giaretta, antigua fundadora de la Casa Rut de Caserta. Durante la vigilia, que estará presidida por el párroco Don Antonio Lauri y dirigida por la propia monja, será central el testimonio de Joy Ezechiel, que escapó de la trata y cuya historia fue contada por Mariapia Bonante en el libro “Yo soy Joy”.


“También habrá algunos gestos significativos, dice la hermana Rita Giaretta, llevaremos una imagen de Santa Bakhita al altar, y la llevará la propia Joy. También habrá imágenes de manos, para indicar que sólo con la ayuda de los demás se puede emprender el camino de la libertad. Por último, se encenderá una luz verde, emblema de la solidaridad. También habrá una cesta de velas, y todos los presentes podrán llevarse una a casa y encenderla la noche siguiente, para simbolizar el compromiso de tejer una red para liberar a la humanidad de esta lacra”.

El maratón de oración

La red de lucha contra la trata de personas Usmi, con sede en Roma, también participa en el maratón mundial de oración en línea en el día de la memoria de Santa Bakhita. “Hemos preparado un vídeo que se proyectará el 8 de febrero”, dice la coordinadora de Roma, la hermana Maria Rosa Venturelli. “Lo hicimos en una casa de familia en Avezzano donde hay unas hermanas que ayudan a las niñas víctimas de la trata. El Día de este año está dedicado en particular a las mujeres, aunque el fenómeno de la trata tiene varios ámbitos. Existe la explotación sexual, la explotación laboral, la explotación de menores, incluso para el comercio de órganos, y luego está el fenómeno de las novias infantiles. Todos ellos están en constante evolución y cambio.

Hoy, por ejemplo, hay menos chicas en las calles de Roma pero más en los pisos; hay más jóvenes de Europa del Este y menos de África que hace unos años. Además, las que quieren escapar de la prostitución son muy a menudo madres, con uno o incluso dos hijos. Los hogares que albergan a estas mujeres deben evolucionar para hacer frente a los nuevos retos”.