Memores Domini: El Papa nombra a un delegado especial

Monseñor Filippo Santoro, arzobispo de Taranto

Memores Domini Papa delegado
Vaticano © Pxhere

El Papa Francisco, “demostrando su interés por la experiencia de los Memores Domini y reconociendo en su carisma una manifestación de la gracia de Dios”, ha ordenado un cambio en la dirección de la Asociación, nombrando como su delegado especial a monseñor Filippo Santoro, arzobispo de Taranto.

Según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede hoy, viernes 24 de septiembre de 2021, el delegado especial, a partir del próximo día 25, “asumirá temporalmente, ad nutum de la Sede Apostólica, con plenos poderes, el gobierno de la Asociación, para salvaguardar su carisma y preservar la unidad de sus miembros. Al mismo tiempo, cesa el actual gobierno general de la Asociación”.

Del mismo modo, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha nombrado al padre Gianfranco Ghirlanda como asistente pontificio para los asuntos canónicos relacionados con la Asociación.

Memores Domini

El Dicasterio para los laicos describe que se trata de una asociación laical fundada en 1964 en Milán, Italia, bajo la guía de don Luigi Giussani, por iniciativa de algunos laicos procedentes de la experiencia de la Gioventù Studentesca. A partir de 1968, los miembros de la Memores Domini advirtieron la exigencia de vivir en común y se constituyeron en Familias.


Difundida en Italia y en el extranjero, en 1981, la Asociación fue erigida canónicamente por el obispo de Piacenza, Mons. Enrico Manfredini. El 8 de diciembre de 1988 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la misma como asociación internacional de fieles.

Reúne a personas de la Fraternidad de Comunión y Liberación que siguen una vocación de entrega total a Dios viviendo en el mundo y practicando los consejos evangélicos asumidos como compromiso personal y privado, emitidos en la forma de propósito. Dos son los factores que se distinguen en su proyecto espiritual: la contemplación, entendida como memoria “tendencialmente continua de Cristo”; la misión, es decir la pasión de llevar el anuncio cristiano a la vida de los hombres, encontrándolos sobre todo en los lugares de trabajo, que constituye el ámbito normal del testimonio.

Los Memores Domini practican la vida en común y forman casas masculinas y femeninas donde se vive una regla de silencio, de oración personal y comunitaria, de pobreza, de obediencia y de caridad fraterna. Fin de estas casas es la edificación mutua en la memoria, con vistas a la misión.

Los miembros participan juntos, cuatro veces al año, en retiros espirituales y, una vez al año, en un curso de ejercicios espirituales. Los aspirantes entran a formar parte de una casa después del primer año de prueba y, durante todo el período de la primera formación, que dura al menos cinco años, participan en los encuentros mensuales de formación y en los retiros espirituales dictados a tal propósito.