Papa Francisco: “En algunos contextos el Concilio (Vaticano II) aún no ha sido aceptado”

El ejemplo del padre Arrupe: Defensa del Concilio y lealtad al Santo Padre

“El restauracionismo ha llegado a amordazar al Concilio (Vaticano II, ndr)”, afirma el Papa Francisco, el problema para la renovación de la Iglesia “es precisamente éste: que en algunos contextos el Concilio aún no ha sido aceptado”.

Durante el encuentro con los directores de las revistas de la Compañía de Jesús, celebrado el pasado 19 de mayo, el Santo Padre, al ser preguntado sobre la renovación de la Iglesia indicó que es “muy difícil ver una renovación espiritual usando esquemas muy anticuados. Tenemos que renovar nuestra forma de ver la realidad, de evaluarla”.

“El número de grupos de ‘restauradores’ – hay muchos en Estados Unidos, por ejemplo – es asombroso”, apuntó. “Hay ideas, comportamientos que provienen de un restauracionismo que no aceptó el Concilio después de todo. El problema es precisamente éste: que en algunos contextos el Concilio aún no ha sido aceptado. También es cierto que un Concilio tarda un siglo en echar raíces. Por tanto, ¡todavía nos quedan cuarenta años para que arraigue!”, añadió Francisco.

Del mismo modo, el Pontífice señaló que en la Iglesia europea “veo más renovación en las cosas espontáneas que están surgiendo: movimientos, grupos, nuevos obispos que recuerdan que hay un Concilio detrás, porque el Concilio que más recuerdan algunos pastores es el de Trento. Y no lo digo en broma”.


Asimismo, reconoce que existen “signos de renovación también en los grupos que dan un nuevo rostro a la Iglesia a través de la asistencia social o pastoral” y que “los franceses son muy creativos en esto”.

Padre Arrupe, defensa del Concilio y lealtad al Papa

En línea con este tema, el Pontífice recordó la persecución recibida por el padre Arrupe en 1974, entonces prepósito general de la Compañía de Jesús: “En ese momento hubo una reacción conservadora para bloquear la voz profética de Arrupe. Hoy para nosotros ese General es un santo, pero tuvo que soportar muchos ataques. Fue valiente porque se atrevió a dar el paso. Arrupe era un hombre de gran obediencia al Papa. Una gran obediencia. Y Pablo VI lo entendió”.

Por otro lado, personas vinculadas a la Curia “alimentaban de alguna manera a un grupo de jesuitas españoles que se consideraban los verdaderos ‘ortodoxos’ y se oponían a Arrupe”, pero Pablo VI “nunca entró en ese juego”. Arrupe, destaca Su Santidad, “tenía la capacidad de ver la voluntad de Dios, unida a una sencillez infantil a la hora de adherirse al Papa”.

Con esta historia, el Obispo de Roma pretende explicar cómo fue el periodo posconciliar: “Y esto está sucediendo de nuevo, especialmente con los tradicionalistas. Por eso es importante salvar a estas figuras que defendieron el Concilio y la lealtad al Papa”, como es el caso del padre Arrupe.