Papa Francisco: “Tengo 82 años y me encuentro pleno”

Entrevista publicada en ‘La Nación’

Papa Francisco
El Papa Francisco en una Audiencia General © Vatican Media

En una entrevista concedida al periodista Nelson Castro, el Papa Francisco asegura “gracias a Dios estoy muy bien. Me siento con energías y con ganas. Tengo 82 años y me encuentro pleno” y, aunque piensa en la muerte, no le teme y se la imagina “siendo papa, ya sea en ejercicio o emérito” y en Roma.

La entrevista concedida por Francisco en 2019 para un ensayo sobre la salud de los papas de Nelson Castro fue publicada el 27 de febrero del 2021 por el diario argentino La Nación. A lo largo de la misma, el Santo Padre aborda diversos temas sobre su vida pasada, como son la operación de pulmón que sufrió, su relación con la psicología durante la dictadura o la ansiedad.

Operación quirúrgica en el pulmón

El Sucesor de Pedro relata su experiencia en 1957, cuando cursaba el segundo año de formación en el Seminario de Devoto: ”Ese invierno había habido una fuerte epidemia de gripe que afectó a muchos de los seminaristas”, y, en el caso del Papa, ”evolucionó de una manera más tórpida”.

Tras ser llevado al hospital, el Pontífice rememora que el especialista encontró tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho. “Había también un derrame pleural bilateral que me producía dolor y dificultad respiratoria”, describe, de manera que, poco después, le anunciaron que debían extirparle el lóbulo afectado.

“Tenía 21 años. A esa edad uno se siente omnipotente. No es que no estuviese preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me iba a curar”, recuerda el Obispo de Roma. Del mismo modo, destaca: “Al recuperarme de la anestesia, los dolores que sentí fueron muy intensos”.

El Santo Padre narra que “la recuperación fue completa y nunca sentí ninguna limitación en mis actividades”, y que, en los distintos viajes que ha realizado, ”nunca debí restringir o cancelar algunas de las actividades programadas. Nunca experimenté fatiga o falta de aire”.

Apoyo psicológico durante la dictadura

Al ser preguntado sobre si alguna vez fue psicoanalizado, el Papa Francisco Francisco apunta que no. No obstante, sí cuenta que como provincial de los jesuitas, “en los terribles días de la dictadura, en los cuales me tocó llevar gente escondida para sacarla del país y salvar así sus vidas, tuve que manejar situaciones a las que no sabía cómo encarar. Fui a ver entonces a una señora —una gran mujer— que me había ayudado en la lectura de algunos test psicológicos de los novicios. Entonces, durante seis meses, la consulté una vez por semana”.

Durante seis meses, esta psiquiatra “me ayudó a ubicarme en cuanto a la forma de manejar los miedos de aquel tiempo. Imagínese usted lo que era llevar una persona oculta en el auto —solo cubierta por una frazada— y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme”. Del mismo modo, le ayudó “a ubicarme y a aprender a manejar mi ansiedad y evitar el apresuramiento a la hora de tomar decisiones”.

Opinión sobre la psicología

Acerca de este tipo de consultas, el Papa apunta: “Yo soy muy abierto y en ese punto, tengo una postura muy consolidada. Estoy convencido de que todo sacerdote debe conocer la psicología humana. Hay quienes lo saben por la experiencia de los años, pero el estudio de la psicología es necesario para un sacerdote”.


“Lo que no veo del todo claro es que un sacerdote haga psiquiatría debido al problema de la transferencia y la contratransferencia, porque ahí se confunden los roles y entonces, el sacerdote deja de ser sacerdote para pasar a ser el terapeuta, con un nivel de involucramiento que después hace muy difícil tomar distancia”, comenta.

Experiencia con las neurosis

“A las neurosis hay que cebarles mate. No solo eso, hay que acariciarlas también. Son compañeras de la persona durante toda su vida”. Con estas palabras, el Pontífice muestra cómo tratar esta realidad: “Es muy importante poder saber dónde chillan los huesos. Dónde están y cuáles son nuestros males espirituales. Con el tiempo, uno va conociendo sus neurosis”.

Asimismo, señala que la suya es la “neurosis ansiosa. El querer hacer todo ya y ahora”. Por esto, continúa, “hay que saber frenar. Hay que aplicar el célebre proverbio atribuido a Napoleón Bonaparte: ‘Vísteme despacio que estoy apurado’”.

“Tengo bastante domada la ansiedad. Cuando me encuentro ante una situación o debo enfrentar un problema que me produce ansiedad, la atajo”, reconoce.

Aplacar la ansiedad

El Obispo de Roma comparte también uno de sus métodos para luchar contra la ansiedad, escuchar a Bach. “Me serena y me ayuda a analizar los problemas de una manera mejor. Le confieso que con los años he logrado poner una barrera a la entrada de la ansiedad en mi espíritu”.

Por último, expone lo siguiente: “Sería peligroso y dañino que yo tomara decisiones bajo un estado de ansiedad. Lo mismo pasa con la tristeza producida por la imposibilidad de resolver un problema. Es también importante dominarla y saber manejarla. Sería igualmente nocivo tomar determinaciones dominado por la angustia y la tristeza. Por eso digo que la persona debe estar atenta a la neurosis, ya que es algo constitutivo de su ser”.