Perú: Iglesia llama a trabajar unidos por estabilidad política

Mensaje ante la crisis política en el país

Gobierno de Perú, octubre 2021 © Vatican Media

Ante la vigente crisis política, la Iglesia peruana emitió el 8 de febrero de 2022 un mensaje titulado “Urge la estabilidad política en Perú”. En él, los obispos peruanos, a través de 9 puntos, proponen algunos pasos a ser dados como país.

“En un momento de dura crisis política en el país, cuando enfrentamos aún una crisis sanitaria ante el azote de la tercera ola de la pandemia que sigue enlutando a familias enteras, una crisis ética y moral por los graves cuestionamientos de corrupción y una crisis ecológica en todo el país especialmente por el derrame de petróleo que ha dañado gravemente nuestro ecosistema y ante la caída de tres Gabinetes del actual presidente de la República”, se lee al principio del texto.

De este modo, en primer lugar, la Conferencia Episcopal Peruana considera urgente “que las autoridades del más alto nivel de nuestra Patria asuman seriamente sus compromisos y responsabilidades en la búsqueda de la estabilidad política, democrática y del bien común y no de intereses particulares ni ideológicos”.

En segundo lugar, “debe haber una real voluntad de corregir errores y evitar una mayor incertidumbre en la ciudadanía”, pues “la inestabilidad y la falta de decisiones idóneas laceran la legitimidad política y la confianza ciudadana”. El pueblo peruano, prosiguen los prelados, “necesita que sus autoridades sean personas intachables y debidamente preparadas para los cargos que han de asumir”.

Del mismo modo, apuntan como necesaria y urgente “la buena política y la participación de la ciudadanía para la vigilancia ética de sus autoridades y que éstas respondan con altura y profesionalismo al mandato de los electores que depositaron en ellas su confianza y su esperanza”, ya que los ciudadanos “exigen respeto a la institucionalidad y legitimidad política para poder ser gobernados”.

Después, realizan un llamado a las autoridades gubernamentales “a dar señales claras de gobernabilidad” y remiten al Exhortación Apostólica Fratelli Tutti del Papa Francisco donde se describe que “la política es la expresión más alta de la caridad y del amor al prójimo”.

Por ello, los miembros del Episcopado peruano reiteran su propuesta “de trabajar todos juntos para la transformación de la sociedad peruana encaminando nuestros esfuerzos y voluntades en la rehabilitación de la política, la economía, la actividad laboral de todos los actores sociales teniendo en cuenta que ‘si no hay esperanza para los pobres no la habrá para nadie’ (Juan Pablo II, PG 67)”.


Asimismo, se refieren a la Doctrina Social de la Iglesia, que dice: “La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica” (DSI 406).

Finalmente insisten en que “es indispensable que se fortalezca el orden democrático y se respete el orden Constitucional del Perú” y convocan a la ciudadanía “para actuar de forma conjunta, articulada y solidaria por el bien del Perú”.

Los obispos, no se olvidan “del espíritu religioso del pueblo peruano y por eso, a pesar de estas consideraciones políticas y sociales, invitamos a rezar por el Perú”, concluye el mensaje.

Contexto

De acuerdo a ADN CELAM, sistema informativo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), el pronunciamiento de la Iglesia peruana responde a los efectos causados por la decisión del presidente Pedro Castillo de cambiar los integrantes de su gabinete.

Se trata de la cuarta ocasión en la que se producen este tipo de reformas en menos de seis meses. A esta situación se suma a la crisis causada por el derrame de petróleo y la crisis ecológica que en este momento no cuenta con un jefe de cartera que se encargue de la situación que ja afectado a un numeroso grupo de familias.

Los distintos cambios llevados a cabo por el presidente no han sido bien recibidos por la gente y más bien han ocasionado que la población relacione estas situaciones con un ambiente de ingobernabilidad, inestabilidad política e inoperancia del mandatario.