Cuaresma, tiempo de “hacer el bien a todos”

Conferencia de presentación del Mensaje de Cuaresma del Papa

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Miércoles de Ceniza © Cathopic

A las 11.30 horas de hoy, 24 de febrero de 2022, se ha celebrado en directo vía streaming desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede la conferencia de presentación del Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2022, titulado  “No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos” (Ga 6,9-10a).

En la rueda de prensa con los medios han intervenido sor Alessandra Smerilli, secretaria en funciones del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Francesco Montenegro, arzobispo emérito de Agrigento y miembro del mismo Dicasterio, y don Massimo Mostioli, de la diócesis de Pavía, comprometido con la pastoral de los gitanos a raíz de la experiencia de fraternidad iniciada por don Mario Riboldi.

Cuaresma, tiempo de “hacer el bien a todos”

Comenzando el turno de intervenciones, sor Smerilli ha señalado que “el tiempo de Cuaresma se nos ofrece como un momento propicio para retomar la dirección correcta en el camino, la del amor a Dios y al prójimo, que nos caracteriza como cristianos”. En su Mensaje cuaresmal, apunta, el Pontífice “nos invita a no cansarnos de hacer el bien y de hacerlo a todos”.

“El Santo Padre nos invita a entrar en la Cuaresma interiorizando más radicalmente lo que significa mirar a cada persona que encontramos con la mirada de Cristo y reconociendo los ojos de Cristo. Despojarse de lo superfluo, aligerarse, tomar en serio la llamada a la conversión significa, en la Iglesia de este momento histórico, expresar más claramente en nuestra vida y con nuestras relaciones ese amor que brota de la vida íntima de Dios, que une al Padre y al Hijo en el Espíritu Santo”, ha expuesto.

Ser tierra fértil

Las guerras actuales, los rearmes y la pandemia, argumenta la secretaria en funciones, “han puesto de manifiesto lo que no funciona en nuestros sistemas económicos y sociales y ha impuesto nuevos interrogantes, no pueden hacernos perder la esperanza. Dios cree en la tierra y la cuida como un agricultor que no abandona su campo”. Francisco invita a “ser esa tierra fértil que crea las condiciones para que la semilla germine. Nos pedía que preparáramos el futuro, para que fuera diferente del presente”.

“Nuestro Dios no conoce la soledad y no le gusta ir solo. La Cuaresma no es un tiempo cristiano si nos retira del mundo: el desierto del ayuno y de la tentación debe ser habitado con la insistencia y la fe de quien, mirando las piedras, ve la cosecha. Ve lo imposible, tal vez. Pero la Cuaresma es una vuelta al Dios para quien nada es imposible”, ha concluido sor Alessandra.

Siembra, perseveración y paciencia

Por su parte, monseñor Montenegro ha dedicado su alocución a resumir los tres puntos del Mensaje papal de esta Cuaresma. En el primero, indica que este tiempo litúrgico se presenta propicio “para acoger la siembra de Dios, especialmente a través de la escucha y la meditación de su Palabra”. La fuerza renovadora de la Pascua, continúa, “debe impulsarnos a todos a sembrar el bien, la justicia, la bondad, la caridad, para que las relaciones se renueven plenamente”.


Hablando del segundo pasaje del mensaje cuaresmal, el cardenal italiano recupera los tres ámbitos de la vida cristiana en los que el Obispo de Roma exhorta a no cansarse: “No nos cansemos de rezar porque nadie puede salvarse sin Dios”, “no nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida” y “no nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo”.

El último punto, aclara el arzobispo, sirve a Su Santidad para invitar a la paciencia: “La Cuaresma es, en cierto modo, la imagen y el espejo de toda la vida del cristiano. En sí misma, constituye un entrenamiento, un verdadero gimnasio. Frente a cada revés o dificultad que pueda debilitarnos, la Cuaresma nos recuerda que siempre podemos volver a empezar, con la ayuda de la misericordia de Dios, siempre podemos levantarnos y retomar el seguimiento del Maestro para llegar con Él a la Cruz y a la Resurrección”.

“Nuestra vocación debe enamorar”

El último interventor ha sido el sacerdote Mostioli, de la pastoral gitana en Pavía, quien ha expresado que del Mensaje cuaresmal del Papa Francisco le ha conmovido el llamamiento de san Pablo a los Gálatas a no cansarse de hacer el bien. una experiencia que, comparte, vive con el pueblo calé: “Soy feliz con este servicio, amo a los gitanos y ellos también me aman, poder anunciar la Palabra de Dios que salva y libera me da mucha alegría, a pesar de fracasos, decepciones e incomprensiones, nos enseñan a crecer en humildad”.

“Nuestra vocación debe enamorar. ofrezco mi pasión, alimentada por el coraje y la certeza de que es el Señor quien guía nuestros pasos porque ‘lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero’. Me conformo con labrar la tierra para sembrar la Palabra, siguiendo particularmente a los grupos de gitanos católicos: me acerco a ellos para los bautizos, las comuniones y las confirmaciones, celebro la misa y organizo jornadas en las que leemos y rezamos con la Biblia”, comparte.

Y argumenta que “en el trabajo pastoral, en la vida, las personas con las que nos encontramos y que están necesitadas no siempre son honestas, educadas y amables: a veces te exigen, fingen y engañan”, por lo que es importante “no dejarse contrariar por la ira y el resentimiento por el riesgo de ser manipulado o de convertirse en una tarjeta de crédito, resultado de una relación mal establecida”.