“¿Qué me puede dar a mí la vida de un refugiado?”

Palabras de Francisco en el encuentro con los jóvenes de Scholas Occurrentes

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Encuentro con jóvenes de Scholas Occurrentes, 25 nov. 2021 © Vatican Media

“¿Qué me puede dar a mí la vida de un refugiado?”, planteó el Papa Francisco en su encuentro con los jóvenes de Scholas Occurrentes. El Santo Padre contestó a las preguntas que le plantearon y reflexionó sobre la importancia de no perder la “capacidad de encuentro con el otro”, la crisis migratoria y la grave situación de los refugiados en los “campos de concentración” en la costa de Líbano. También pidió acabar con la violencia contra las mujeres, que son “vendidas como mercancías”.

En la tarde de ayer, 25 de noviembre de 2021, el Papa acudió al Colegio Internacional Pontificio Maria Mater Ecclesiae de Roma, donde se reunió con jóvenes de entre 16 y 27 años procedentes de 41 países de los 5 continentes, participantes en la Escuela Política Fratelli Tutti promovida por la Fundación Scholas, informa una nota de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Los chicos pertenecían a diferentes culturas y confesiones religiosas y proceden de diversos entornos socioeconómicos: refugiados, solicitantes de asilo, estudiantes de prestigiosas universidades y jóvenes excluidos del sistema educativo.

“Los rostros de la pandemia”

A su llegada, Francisco fue recibido por los fundadores de Scholas Occurrentes, José María del Corral y Enrique Palmeyro, el ministro de Educación italiano, Patrizio Bianchi, y los jóvenes. A continuación, el Pontífice asistió a la representación teatral “Los rostros de la pandemia”, creada para ilustrar, mediante intervenciones artísticas y el uso de iconos representativos y máscaras, el “rostro” que la pandemia ha dejado en los jóvenes.

“Capacidad de encuentro con el otro”

De acuerdo a Vatican News, el Obispo de Roma conversó con los jóvenes sobre el mundo que imaginan, sobre cómo convertir su perspectiva en acciones concretas para ponerlas en práctica al regresar a sus países y sobre cómo la pandemia ha generado en ellos una nueva conciencia.

En sus palabras improvisadas, el Sucesor de Pedro alentó a los jóvenes a no perder “esa capacidad de encuentro con el otro”, de lo contrario, se corre el riesgo de fosilizarnos: “O sea, el alma se fosiliza, el corazón se fosiliza, y caemos en lo socialmente correcto, que son gestos o almidonados o duros sin originalidad. Y cuando no hay originalidad es como, calmar la sed con agua destilada, pruébenlo, no tiene gusto a nada”

Para luchar contra esto, Su Santidad propuso el camino de la creatividad, que es aquello que te impulsa: “Es un riesgo la creatividad, es un riesgo, pero una comunidad sin creatividad es una máscara como esta, todos tiene uniformada no solo la cara, sino uniformado el corazón”.

“Y donde se apagan los sentimientos se apagan las emociones interiores, se hace lo que está mandado, se hace lo que esta preceptuado, se hace lo que socialmente hacen todos, y entonces vos perdés tu personalidad”, agregó.

El drama de los refugiados y de la venta de mujeres

Tras escuchar el testimonio de Austen, un joven refugiado de Ruanda que huyó con su familia tras el genocidio de 1994, hasta llegar al Congo y que ahora es acogido por la red de Scholas Occurrentes, el Papa Francisco denunció nuevamente el drama de los refugiados, “víctimas del descarte y la indiferencia”, que sigue extendiéndose ante los ojos de todos.


“La condición de refugiado, siempre indica que vos saliste de un lugar que era tuyo, tu patria, y te pusiste en camino por alguna necesidad. Tus padres vivieron ese horroroso genocidio de Ruanda, y vos desde el Congo viviste la necesidad de escapar, de salir digamos de una tragedia, de una prisión, de algo que no te dejaba vivir como hombre libre. Los refugiados que arriesgan su vida escapando (y la arriesgan en el Mediterráneo, en el Mar Egeo, en el Atlántico camino a las Canarias) esos refugiados tienen una sola obsesión: salir”, indicó.

Asimismo, el Santo Padre evidenció la espantosa situación que experimentan las personas que se vieron obligados a salir de sus países buscando refugio y fueron a parar en lo que podemos llamar como “campos de concentración”. Están presentes en muchas partes del mundo y se refirió en concreto a las costas de Libia, donde los refugiados son capturados, torturados y explotados por las mafias, que a su vez venden a las mujeres como si fueran mercancías.

“Ustedes que son mujeres ¿se imaginan lo que es que las vendan como mercadería? Eso sucede hoy con chicas como ustedes. Cuando hablamos de refugiados no hablemos de cifras, hablamos de hermanos y hermanas nuestras que tuvieron que escapar y algunos no pudieron. Son los traficantes los mismos que los embarcan y después los reciben cuando son devueltos. Es un momento muy duro, ser refugiado es caminar sin suelo seguro, caminar sin saber hacia dónde”, afirmó el Papa.

“¿Qué me puede dar a mí la vida de un refugiado?”

En este sentido, Francisco exhortó a los chicos a salir al encuentro de estas personas que sufren, dejando de lado el propio egoísmo y a no caer en la psicología de la indiferencia: “La vida de un refugiado es muy dura… Es vivir en la calle, pero no en tu calle, sino en la calle de la vida donde te ignoran, te pisotean, te tratan como la nada. Por eso, tenemos que abrir nuestro corazón a la vida de los refugiados. No son personas que vinieron a hacer turismo a otro país, ni escaparon por razones comerciales, sino que han escapado para vivir, arriesgando sus vidas para vivir”.

“Con esto no quiero decir que se torturen jóvenes, sino que reflexionen, piensen en sus hermanos, en sus hermanas y se pregunten; ¿Qué me puede dar a mí la vida de un refugiado? ¿Qué ejemplo me puede dar?”, matizó y planteó.

Finalmente, el Sucesor de Pedro se despidió de todos impartiendo su bendición y animando a todos a aprender a “escapar de las prisiones” que ofrecen los hábitos sociales ya determinados, a escapar de aquello que es “lo socialmente correcto”:”A veces te van aprisionando con conductas que te van almidonando, que te van impidiendo los sentimientos. Yo pregunto a cada uno de los jóvenes: ¿Vos, tus sentimientos, los dejás crecer para discernirlos después o los tapás? Si vos tapás tus sentimientos van a explotar, y explotarán mal, en las conductas sociales que estamos viendo todos los días. En cambio, si vos dejás salir tus sentimientos, tenés la obligación de discernirlos y confrontarlos. Eso les va a dar la madurez”, explica.

Escuela política “Fratelli Tutti

Los participantes presentaron al Pontífice la Escuela Política “Fratelli Tutti”, su proyecto inspirado en la Encíclica del Santo Padre, y el primer curso en el que participarán cincuenta jóvenes que asistirán a un año de formación humana y política inspirada en la Encíclica, con el objetivo de crear una respuesta acorde con los tiempos e integradora de las periferias.

Esta escuela, lanzada desde el Vaticano el pasado 20 de mayo, busca construir una comunidad internacional de jóvenes políticos de diversas regiones, culturas y creencias, con vocación para crear una nueva política inspirada en la búsqueda del Bien Común, capaz de transformar la vida de las personas y sus entornos, describe Scholas Occurtentes.

De este modo, el Papa Francisco dio la primera clase de la Escuela Política Fratelli Tutti impulsada y guiada por la propuesta pedagógica de Scholas Occurrentes y las competencias técnicas que aporta la Fundación Liderar con Sentido Común. El año académico combinará sesiones virtuales y presenciales. En las presenciales, se estudiarán diversos casos de las problemáticas planteadas por los jóvenes de Mozambique, Argentina, Haití, Italia y Rumanía. Esta primera promoción aprenderá a escuchar los problemas concretos que sufren los jóvenes y sus comunidades para luego buscar soluciones creativas junto a ellos.