Regina Coeli: “Sigamos rezando y luchando por la paz, sin cansarnos”

Palabras del Papa después de la oración mariana

Regina Coeli 5 junio 2022 © Vatican Media

“Sigamos rezando y luchando por la paz, sin cansarnos” dijo hoy el Papa Francisco tras el rezo del Regina Coeli de este domingo, 5 de junio de 2022, con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

“En Pentecostés se hizo realidad el sueño de Dios sobre la humanidad. Cincuenta días después de la Pascua, pueblos que hablaban lenguas diferentes se encontraron y se entendieron. Pero ahora, cien días después del comienzo de la agresión armada contra Ucrania, la pesadilla de la guerra, que es la negación del sueño de Dios”, lamentó el Papa.

Finalmente saludó a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro deseando a todos un feliz domingo.

A continuación, siguen las palabras del Papa después del Regina Coeli, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

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Palabras del Papa

Queridos hermanos y hermanas:

En Pentecostés se hizo realidad el sueño de Dios sobre la humanidad. Cincuenta días después de la Pascua, pueblos que hablaban lenguas diferentes se encontraron y se entendieron. Pero ahora, cien días después del comienzo de la agresión armada contra Ucrania, la pesadilla de la guerra, que es la negación del sueño de Dios, ha descendido de nuevo sobre la humanidad: pueblos que se enfrentan, pueblos que se matan, personas que, en lugar de acercarse, son expulsadas de sus hogares. Y mientras la furia de la destrucción y la muerte se desata y el conflicto se recrudece, alimentando una escalada cada vez más peligrosa para todos, renuevo mi llamamiento a los líderes de las naciones: ¡Por favor, no lleven a la humanidad a la ruina! ¡Por favor, no lleven a la humanidad a la ruina! Que se lleven a cabo verdaderas negociaciones, tratativas concretas para un alto el fuego y para una solución duradera. Que se escuche el grito desesperado de la gente que sufre -lo vemos todos los días en los medios de comunicación-, que se respete la vida humana y se detenga la macabra destrucción de ciudades y pueblos en el este de Ucrania. Por favor, sigamos rezando y luchando por la paz, sin cansarnos.


Ayer, en Beirut, fueron beatificados dos frailes menores capuchinos, Leonard Melki y Thomas George Saleh, sacerdotes y mártires, asesinados por odio a la fe en Turquía en 1915 y 1917 respectivamente. Estos dos misioneros libaneses, en un contexto hostil, dieron prueba de una confianza inquebrantable en Dios y de una abnegación por el prójimo. Que su ejemplo fortalezca nuestro testimonio cristiano. Eran jóvenes, no tenían 35 años. ¡Aplaudamos a los nuevos beatos!

Me he enterado con satisfacción que la tregua en Yemen se ha renovado por otros dos meses. Gracias a Dios y a ustedes. Espero que esta señal de esperanza pueda ser un paso más para poner fin a ese sangriento conflicto, que ha generado una de las peores crisis humanitarias de nuestro tiempo. Por favor, no dejemos de pensar en los niños de Yemen: hambre, destrucción, falta de educación, falta de todo. ¡Pensemos en los niños!

Quisiera asegurar mis oraciones por las víctimas de los deslizamientos de tierra causados por las lluvias torrenciales en la región metropolitana de Recife, Brasil.

Los saludo a todos, romanos y peregrinos. Saludo a la Asociación “Avvocatura in missione”; a los miembros del Movimiento Internacional por la Reconciliación y del Movimiento por la No Violencia; al grupo scout francés “Saint Louis”, a la Sociedad de San Vicente de Paúl y a la fraternidad Evangelii Gaudium. Saludo a los fieles de Piacenza d’Adige, al Coro de Castelfidardo, a los jóvenes de Pollone y a los de Cassina de’ Pecchi -recuerdo cuando visité estos lugares hace tantos años-, a los peregrinos de los Santuarios Antoniani de Camposampiero y a los ciclistas de Sarcedo, y saludo también a los muchachos de la Inmaculada.

Expreso mi cercanía a los pescadores, pensemos en los pescadores que, debido al aumento del costo del combustible, corren el riesgo de tener que cesar sus actividades; y la extiendo a todas las categorías de trabajadores que se ven gravemente afectados por las consecuencias del conflicto en Ucrania.

Rezo por ustedes, ustedes recen por mí. Les deseo a todos un buen domingo. Que tengan un buen almuerzo y adiós.