En un gesto que trasciende su vida, el Papa Francisco dejó como legado una acción concreta de solidaridad: la transformación de un papamóvil en una unidad médica destinada a la Franja de Gaza. Esta iniciativa, concebida antes de su fallecimiento el 21 de abril de 2025, se materializa ahora como un símbolo de esperanza y asistencia para una región profundamente herida por la violencia.

El vehículo, que sirvió durante años para transportar al Pontífice en eventos públicos, ha sido completamente reacondicionado para funcionar como una unidad de salud móvil. Equipado con material médico esencial, oxígeno, vacunas, instrumental quirúrgico básico y un sistema de refrigeración para fármacos, estará al servicio de la población más afectada, especialmente los niños.

La entrega fue coordinada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en colaboración con Cáritas Jerusalén y una organización sueca especializada en logística humanitaria. No se trata solo de un gesto logístico, sino del cumplimiento de una voluntad clara del Papa: hacer del Evangelio una acción concreta al servicio de los más vulnerables.

Durante su pontificado, Francisco mantuvo una relación estrecha con la pequeña comunidad católica de Gaza. Incluso durante su enfermedad, pidió oraciones por ellos y expresó su dolor por el sufrimiento de la población civil.

Esta ambulancia blindada, que alguna vez protegió al Papa, ahora protegerá vidas en una tierra marcada por el conflicto. Es una imagen poderosa de su visión de Iglesia: una Iglesia que se hace prójimo, que no se retira ante el dolor y que convierte sus medios en instrumentos de sanación.

Así, aún después de su muerte, Francisco sigue hablando con gestos. Y este, sin duda, es un gesto que grita paz.