Visita de la “Purísima”
La histórica visita de la Purísima a Cintruénigo: fe, tradición y devoción en un Año Santo Jubilar

A poco más de un kilómetro de la villa navarra de Cintruénigo se encuentra la Ermita de la Purísima. Así denominan los cirboneros a la Inmaculada Concepción: la Purísima.
La ermita, de estilo manierista, levantada a principios del siglo XVII, está considerada como el primer templo dedicado a la Inmaculada Concepción en España. Aquella ermita cobija la gran talla de la Purísima –también manierista- que vigila, acompaña y protege a los cirboneros difuntos que reposan en el Camposanto adjunto.

Pues bien. La imagen ha rendido visita a la Villa como es costumbre y así está decretado que ocurra siempre que se celebre Año Jubilar. La última vez, fue hace veinticinco años; en el año 2000. Ya entonces, cincuenta años después de su última visita, en el recibimiento que se le tributó, se le hizo un ruego: “En el sentir general de los cirboneros y cirboneras está que tus visitas sean más frecuentes y no cada 50 años”. Y a fe que la Virgen recogió el ruego e hizo suya la petición del entonces alcalde.
Y tuvo que ser el uno de mayo. El primer día del mes dedicado a la Virgen cuando el Sr. Arzobispo de Navarra, don Florencio Roselló, acompañado del párroco don Santiago Jiménez y otros presbíteros de la zona, el Ayuntamiento de Cintruénigo en cuerpo de corporación, con la Banda de Música de Cintruénigo, y multitud de vecinos y vecinas que por nada querían perderse el traslado, acudieron a la ermita para iniciar la procesión que habría de traer a la Purísima hasta Cintruénigo, acompañándola a lo largo de todo el trayecto.

A las diez en punto de la mañana, los hermanos del Santo Sepulcro, encargados de su traslado, sacaron la imagen de la ermita, que fue recibida con una prolongada ovación. La Purísima, una vez encaramada a las andas que la habrían de transportar y escoltada por los Ballesteros de la Santa Cruz (hermandad medieval encargada de la defensa de la Villa) inició la procesión. El silencio que daba muestra del fervor que los cirboneros sienten por la Virgen, sólo se rompía cuando la Banda Municipal se arrancaba con una selección de escogidas piezas musicales, que acompañaron a la comitiva durante la hora larga que transcurrió hasta su llegada a los Paseos –centro neurálgico de Cintruénigo- donde tuvo lugar la recepción oficial.
El alcalde, don Óscar Bea y el señor arzobispo, monseñor Roselló, dieron la bienvenida a la Purísima, ante una multitud de fieles que la esperaban y que la escoltarían hasta la iglesia Parroquial que ya se encontraba completamente abarrotada, y dónde daría comienzo la Santa Misa, presidida por el arzobispo y concelebrada por todos los sacerdotes que lo habían acompañado.

Comenzaban de este modo, diez días de intensa fiesta y religiosidad cristiana; no en vano, la Purísima está muy presente entre los cirboneros y cirboneras que, cada ocho de diciembre, acuden a su ermita y celebran una de sus grandes fiestas; si no, la que más.
Al día siguiente, se dio comienzo a la Novena en su honor. En ella han participado prácticamente todos los estamentos y asociaciones que conforman el tejido asociativo de Cintruénigo; comenzando por el propio Ayuntamiento, la juventud, los niños, la asociación de mujeres, el Hogar del Jubilado, además de las distintas agrupaciones deportivas, musicales y de las personas voluntarias que se encargan, durante todo el año, de la ermita y la parroquia.

Y el viernes 9, anunciando su pronto regreso a su ermita, la Virgen Purísima procesionó por las calles de Cintruénigo conjuntamente con la Patrona de la villa: la Virgen de la Paz. No se tienen noticias de que las dos imágenes veneradas por los hijos e hijas de Cintruénigo, hubiesen salido anteriormente juntas en procesión. El Rosario que se rezó durante el recorrido congregó a muchísima gente. Si la afluencia de gente en el traslado del día 1 tenía mucho de tradición, el rosario del 9 lo tenía de espiritualidad.
Así pues, al caer la tarde, y acabada la Novena, la Virgen de la Paz como anfitriona, y la Virgen Purísima, acompañadas de una pequeña talla de la Virgen del Cisne, que la colonia ecuatoriana de Cintruénigo quiso que estuviese también presente, comenzaron la procesión y el rezo del Santo Rosario. El pueblo, la Corporación municipal en pleno y otras autoridades secundaban a las imágenes mientras se desgranaban los misterios gozosos. La Banda Municipal entonó piezas religiosas y, al final de cada misterio, en las cinco paradas programadas, distintos colectivos musicales cantaron a la Virgen: el Coro Parroquial, los Auroros, la Escuela de Jotas, la Coral Virgen de la Paz, el coro de Misa de 12.

Finalmente, la mañana del domingo 11, tras la celebración de la Santa Misa presidida por el vicario general de la diócesis, don Miguel Larrembere, la Purísima tomaba el camino de vuelta. Escoltada por los ballesteros de la Santa Cruz, rodeada de fieles y acompañada de autoridades y banda municipal llegaba a la explanada de la ermita. Allí , a los sones del himno nacional, se la devolvía a su morada. Dentro ya, la Coral entonó el canto de la Salve, mientras la Virgen era colocada en su camarín, donde salvo imprevistos, permanecerá los próximos veinticinco años.
La visita de la Purísima y los once días que ha permanecido entre sus vecinos han constituido todo un acontecimiento; y no sólo por el fortísimo arraigo que a las tradiciones, heredadas de sus mayores, tienen los cirboneros. La visita ha supuesto, por encima de todo, una gran manifestación de fe, amor y devoción por la Virgen; en este caso bajo la advocación de su Inmaculada Concepción.

Related

La Virgen de Fátima: el mensaje de paz que sigue iluminando al mundo
Rafael Mosteyrín
13 mayo, 2025
2 min

La Virgen de Fátima, 13 de mayo
Exaudi Redacción
13 mayo, 2025
4 min

San Andrés Huberto Fournet, 13 de mayo
Isabel Orellana
13 mayo, 2025
6 min

Descalzos: La Película de Hakuna llega a Hispanoamérica
Exaudi Redacción
12 mayo, 2025
2 min