Imaginación y estrés

Riesgos para la Dirección Empresarial

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La imaginación es un aspecto presente en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el empresarial. En las personas, la imaginación es un sentido que nos brinda información sobre la realidad. Al igual que nuestros cinco sentidos externos, la imaginación contribuye a nuestro entendimiento y percepción del entorno. Por ejemplo, la vista nos permite percibir colores; y el oído, sonidos. Esta información particular nos ayuda a tomar decisiones. Si escuchamos un estruendo natural, podemos correr, porque lo asociamos con un terremoto. Los sentidos nos proporcionan información para reaccionar y adaptarnos. Los antiguos llegaron a afirmar que: “nada hay en la mente que antes no hubiera estado en los sentidos”.

Los sentidos internos

Pero además de los cinco sentidos externos, las personas también poseen cuatro sentidos internos: el sentido común, la memoria, la imaginación y la cogitativa. Y al igual que los externos, participan en esta dotación de información particular a la mente. Digo particular, porque el conocimiento que se genera a través de ellos no es universal, sino sensible: permanece en el plano de lo fáctico. El sentido común asocia sensaciones percibidas por los sentidos externos. Por ejemplo, el sonido de los pasos de un miembro de la familia es fácilmente asociado por el resto de la familias con una persona específica. La memoria evoca hechos pasados; sin ella, una persona no tiene recuerdos. La imaginación reconoce imágenes, palabras y hechos, lo que nos permite aprender y asociar ideas. Quien aprende un idioma potencia su imaginación: la activa con un conjunto paralelo de fonemas para la misma realidad. Lo mismo ocurre con el que aprende un teorema geométrico o quien se adiestra en el juego medio del ajedrez. Por último, la cogitativa nos ayuda a planificar el futuro, permitiéndonos organizar nuestras actividades.

La importancia de la imaginación

Quisiera centrarme en la imaginación y su impacto en el ámbito profesional. Marian Rojas, una reconocida psiquiatra española, señala que el organismo humano no distingue entre una imagen real y una imaginada. Ambas desencadenan la producción de cortisol, una hormona relacionada con el estrés y la alerta. Aunque el cortisol es una respuesta natural, su exceso puede ser perjudicial para la salud.

En el entorno empresarial, es crucial controlar la imaginación para evitar angustias innecesarias. Por ejemplo, no se debe dar crédito a rumores, no proyectar tragedias futuras a partir de problemas actuales, ni preocuparse por una mala reacción de un jefe. El exceso de imaginación puede causar inseguridad, inquietud y reducir la creatividad y el enfoque, afectando el rendimiento laboral.

El descontrol de la imaginación

El descontrol de la imaginación puede ser resultado de la falta de ejercicio de este sentido interno. Cuando optamos por ver videos, películas o fotografías en lugar de leer, adoptamos una posición pasiva, recibiendo imágenes ya fabricadas. Según el profesor Manzur, decano de Física de la Universidad de Harvard, los niveles de actividad cerebral más bajos se registran cuando los estudiantes solo escuchan a los profesores o ven películas, incluso más bajos que cuando duermen.

Conclusión

Para mantener un buen control de la imaginación, es recomendable leer más para desarrollarla adecuadamente. También nos viene bien aprender idiomas o desarrollar teoremos de geometría. Esto nos ayuda a evitar fantasmas que solo existen en nuestra imaginación y que no tienen razón de ser. No tiene sentido sufrir «gratuitamente» por algo que solo es producto de un sentido interno.