La ira, experiencias de transformación

La memoria del corazón, elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado

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Que duda cabe, todos tenemos sentimientos positivos y negativos; siendo estos, la suma de una emoción específica y un pensamiento. En las siguientes líneas voy a tratar sobre los malos entendidos que se pueden dar en las relaciones personales o laborales y qué podríamos hacer para llegar a un final feliz.

Según la RAE, la Ira es “un sentimiento de indignación que causa enojo” e inclusive en extremo deseo de revancha. Les comparto, brevemente dos situaciones personales que he vivido hace un tiempo.

El año pasado celebramos con mi esposa, nuestras bodas de plata matrimoniales (acontecimiento importante para nuestra familia), tuvimos una celebración litúrgica y luego un compartir pequeño con familiares y algunos amigos cercanos. Pero ingrata fue mi sorpresa al confirmar que un amigo muy querido no asistió y pasado el tiempo, no se disculpó.

Hace unas semanas atrás, en el trabajo estábamos buscando la mejor opción de compra para unas cortinas, estaba apoyando a un colaborador en esto y le solicité las medidas para que otro proveedor nos haga un presupuesto adicional, me envió un archivo Excel no solo con las mismas, sino incluyó el precio ofertado ya por el 1er proveedor, esto lo “descubrí” porque este segundo proveedor me dijo: ya estás cotizando con mi competencia.

Paso a enumerar lo experimentado.

  • Enojo – Cólera.- En ambas situaciones descritas, lo primero que vino a mi mente esta reacción negativa.
  • Ofensa – Mal Humor.- Plan de víctima en general, primera situación, yo que soy buen amigo, por qué? segunda situación, pensé: es que tengo que revisar el mínimo detalle de todo.
  • Respuesta inmediata.- primera situación, No me importa y tampoco me afecta, segunda situación, lo llamo por teléfono y “le digo hasta de que se va a morir”.

Pasado el tiempo…respiro, reflexiono y…

En el primer caso, luego de varios meses al margen de no tener una conversación sobre el episodio suscitado, decidí voltear la página, hace unos días estuve de visita por su casa y la verdad la pase muy bien (compartimos y bromeamos como antes).

En el segundo caso, le pido perdón al colaborador por el exabrupto, conversamos de lo aprendido desde ambas perspectivas y le comparto un error parecido que cometí cuando era trabajador dependiente.

La enseñanza sobre la ira en ambos episodios es diferente: una como víctima y la otra como victimario. Esta última siempre está presente y puede aflorar. Ante esto, busquemos el antídoto que es practicar siempre la virtud de la paciencia (encontrar y mantener nuestra paz interior) a través de perdonar o pedir perdón de corazón, según sea el caso y no caigamos en el mismo error. Y vaya que lo digo por experiencia propia y es algo con lo que lucho constantemente.

Nadie dijo que es fácil, sin embargo como dice un refrán … “La memoria del corazón, elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”.

Que dices, seguimos remando contra corriente..


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