5 momentos de Benedicto XVI como papa emérito

En el día de su fallecimiento, repasamos algunos momentos de la última etapa de su vida

Benedicto XVI papa emérito
Papa emérito Benedicto XVI © Vatican Media

El papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy, 31 de diciembre de 2022 en el Vaticano. En este artículo repasamos 5 momentos de su vida como papa emérito.

Cuando Benedicto XVI anunció su renuncia al ministerio petrino, asombrando al mundo y recibiendo muchas muestras de afecto, había dejado claro que se retiraría a rezar por la Iglesia y por su sucesor, al que, sin saber aún quién era, prometió “reverencia y obediencia”.

Desde marzo de 2013, Benedicto XVI siguió manteniendo encuentros privados, especialmente con sus antiguos alumnos, y ha escrito libros. También hizo apariciones públicas, aunque éstas son cada vez más escasas con el paso de los años. La primera, tras su regreso el 2 de mayo de 2013 al monasterio Mater Ecclesiae al finalizar los trabajos de renovación, fue el 5 de julio de 2013 en los jardines del Vaticano, con motivo de la inauguración del monumento a San Miguel Arcángel.

También participó en varios consistorios de creación de cardenales, el primero de ellos el 22 de febrero de 2014, cuando se produjo la presencia simultánea de dos papas en la Basílica de San Pedro por primera vez en la historia. Cuando sus condiciones de salud ya no le permitieron participar en los consistorios, fueron los nuevos cardenales quienes visitaron al papa emérito junto al Santo Padre Francisco.

  1. 23 de marzo de 2013: el abrazo entre dos papas

El Papa Francisco había sido elegido diez días antes. Benedicto XVI estaba en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo desde el 28 de febrero, a la espera de volver al monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Esa mañana, el nuevo Pontífice voló en helicóptero a la que solía ser la residencia de verano de los papas para saludar a su predecesor. Ratzinger le saludó al pie de la escalerilla del helicóptero y entre ambos, vestidos de blanco, se produjo un “abrazo entre hermanos”, como dijo Bergoglio.

El Papa Francisco le llevó a Benedicto una imagen de la Virgen de la Humildad: “Pensé en ella en cuanto la vi, en su renuncia al papado”, dijo. Las imágenes de los dos papas rezando en la capilla privada dieron la vuelta al mundo. Elocuente fue el homenaje de Benedicto al señalar el reclinatorio papal a Francisco, que el papa rechazó, colocándose al lado de Ratzinger. El entonces portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, lo describió como “un momento de la más alta y profunda comunión”.

La conversación privada tuvo lugar en la biblioteca, durante la cual, según volvió a informar Lombardi, Benedicto renovó “su acto de reverencia y obediencia a su sucesor”, mientras que Francisco reiteró su “gratitud y la de toda la Iglesia por el ministerio desempeñado por el papa alemán durante su pontificado”. También queda una imagen icónica de aquella conversación, con el voluminoso maletín blanco y un sobre con otros documentos sobre la mesa entre los dos Pontífices: no hubo indiscreciones sobre lo que contenían, pero los pensamientos de todos se dirigieron al caso Vatileaks.

  1. 27 de abril de 2014: Canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

Segundo domingo de Pascua, cuando la Iglesia celebra la fiesta de la Divina Misericordia. A las 10:14 horas, frente a la olaza de San Pedro, abarrotada más allá de la columnata, a lo largo de la Via della Conciliazione, con una mirada grandiosa, el Papa Francisco proclama santos a Juan XXIII y Juan Pablo II.


Al menos 800.000 fieles estuvieron presentes, y 2 mil millones de personas de todo el mundo se conectaron a los medios de comunicación. Un día histórico en el que la unidad de la Iglesia se puede tocar con la mano. De manera especial cuando Benedicto XVI entró en la plaza entre los concelebrantes, saludado por un atronador aplauso, y luego cuando, justo antes de comenzar la ceremonia, Francisco se detuvo para abrazarlo. De manera única y singular, cuatro papas estuvieron presentes en la plaza de San Pedro esa mañana: fue imposible contener la emoción para quienes tuvieron la suerte (o mejor dicho, la gracia) de presenciar un acontecimiento quizás irrepetible.

  1. 16 de abril de 2017: Los 90 años de Benedicto

“Mi corazón está lleno de gratitud por los 90 años que el buen Dios me ha dado. Ha habido pruebas y momentos difíciles, pero siempre me ha guiado y me ha sacado de ellos, para que pudiera continuar mi camino”. El 16 de abril de 2017, domingo de Pascua, Benedicto XVI cumplió 90 años. Lo celebró al día siguiente en los Jardines Vaticanos con una fiesta al perfecto estilo bávaro, con canciones, Bretzel (los típicos panes trenzados) y jarras de cerveza, con una delegación venida de su Baviera natal para la ocasión. Radio Vaticano informó de las palabras del Papa emérito: “Estoy lleno de gratitud, sobre todo porque me ha dado una patria tan hermosa que vosotros (los Gebirgsschuetzen, fusileros de montaña bávaros, ndr.) me traéis ahora. Baviera ha sido hermosa desde su creación. El país es hermoso por sus campanarios, las casas con balcones llenos de flores, la gente que es buena. Es hermoso en Baviera porque conoces a Dios y sabes que es Él quien creó el mundo y que es bueno cuando lo construimos junto a Él”.

Fue una celebración familiar, con su hermano, monseñor Georg Ratzinger, el prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Gaenswein, su secretario privado, el Memores Domini que asistió al Papa Emérito, y su otra fiel secretaria Birgit Wansing. El primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, también estuvo presente con los Schuetzen en traje típico. “Me alegro de que hayamos podido reunirnos bajo este hermoso cielo azul romano, que con sus nubes blancas nos recuerda a la bandera blanquiazul de Baviera: es siempre el mismo cielo”, dijo de nuevo Benedicto.

  1. 18 junio 2020: Última visita a su hermano Georg

Si para su 90º cumpleaños Baviera había “acudido” a Benedicto XVI con ánimo festivo, el papa emérito hizo un último viaje a su querida patria pero, desgraciadamente, por un motivo poco festivo. El 18 de junio de 2020, Joseph Ratzinger regresó a Alemania durante unos días para despedirse de su querido hermano Georg, que llevaba tiempo enfermo y se acercaba al final de su vida. Siempre ha habido un profundo vínculo entre ambos. Fueron ordenados sacerdotes juntos en 1951. Mientras la salud del padre Georg se lo permitía, viajaba de Ratisbona a Roma para pasar las vacaciones de verano y Semana Santa con su hermano. En 2008, el alcalde de Castel Gandolfo le concedió la ciudadanía de honor. A los dos hermanos les gustaba pasear, tocar el piano, escuchar música y discutir sobre Teología. Benedicto regresó al Vaticano después de unos días, mientras que el padre Georg morirá el 1 de julio de 2020, a la edad de 96 años.

  1. 29 junio 2021: 70 años de sacerdocio

El 29 de junio de 2021 fue una fecha importante en la vida de Ratzinger porque festejó el 70º aniversario de su ordenación sacerdotal. No hubo ceremonia oficial, sino una celebración privada, pero se conmemoró con una exposición titulada Cooperatores veritatis, el lema episcopal de Benedicto, en la que se mostraron algunos de sus objetos personales.

Como recordó Mons. Gänswein al describir la exposición, Benedicto XVI se mostró sorprendido, pero “muy contento porque para él ser sacerdote es lo más importante de su vida. Vivió para convertirse en sacerdote y luego vivió como tal. Lo más importante, el contenido de toda su vida es el sacerdocio”. Palabras que resumen de manera ejemplar lo que Benedicto XVI ha sido y seguirá siendo para toda la Iglesia.

Sin embargo, a estos momentos significativos hay que añadir un periodo especialmente doloroso. Es el que sigue al informe sobre abusos sexuales en la diócesis de Munich y Freising, de la que Ratzinger fue arzobispo durante menos de cinco años, entre 1977 y 1982. El Papa emérito estuvo en el centro de una vergonzosa campaña mediática, que si no le quitó serenidad, sin duda representó una prueba más en el tramo final de su larga vida.

Hasta el punto de que en la carta en la que “confesaba” su dolor por los abusos, decía: “Cada vez comprendo mejor la repugnancia y el miedo que Cristo experimentó en el Monte de los Olivos al ver todas las cosas terribles que habría tenido que superar interiormente”. Ataques injustos e instrumentales, en los que incluso se presentaba a Benedicto como un mentiroso. Olvidando deliberadamente que fue él quien dio un paso decisivo en la lucha contra la pederastia en la Iglesia, primero como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y luego como Sumo Pontífice.