Ángelus: El Papa muestra su cercanía espiritual con el pueblo de Myanmar

Palabras después del Ángelus

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El Papa Francisco durante sus palabras después del Ángelus © Vatican Media

El Papa Francisco ha expresado su “cercanía espiritual” al pueblo de Myanmar, además de su oración y afecto. Lo ha hecho tras la oración del Ángelus de este domingo 7 de febrero de 2021 desde el balcón del Palacio Apostólico en la plaza de San Pedro.

A continuación, sigue las palabras del Papa, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

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Palabras de Francisco después del Ángelus.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En estos días sigo con viva preocupación el desarrollo de la situación que se ha creado en Myanmar, país que, desde mi visita apostólica de 2017, llevo en el corazón con mucho afecto. En este momento tan delicado deseo asegurar nuevamente mi cercanía espiritual, mi oración y mi solidaridad al pueblo de Myanmar. Y rezo para que los que tienen responsabilidad en el país se pongan al servicio del bien común con sincera disponibilidad, promoviendo la justicia social y la estabilidad nacional, para una armoniosa convivencia democrática. Rezamos por Myanmar. [momento de silencio]


Deseo dirigir un llamamiento a favor de los menores migrantes no acompañados. ¡Son muchos! Lamentablemente, entre aquellos que por varios motivos están obligados a dejar la propia patria, hay siempre decenas de niños y chicos solos, sin la familia y expuestos a muchos peligros. En estos días, me han informado de la dramática situación de los que se encuentran en la llamada “ruta balcánica”. Pero los hay en todas las “rutas”. Hagamos que a estas criaturas frágiles e indefensas no les falte el cuidado debido y los canales humanitarios preferenciales.

Hoy se celebra en Italia la Jornada por la Vida, sobre el tema “Libertad y vida”. Me uno a los obispos italianos al recordar que la libertad es el gran don que Dios nos ha dado para buscar y alcanzar el bien propio y de los otros, a partir del bien primario de la vida. Nuestra sociedad debe ser ayudada a sanar de todos los atentados contra la vida, para que sea tutelada en todas sus fases. Y me permito añadir una preocupación mía: el invierno demográfico italiano. En Italia los nacimientos han disminuido y el futuro está en peligro. Tomemos esta preocupación y tratemos de hacer que este invierno demográfico termine y florezca una nueva primavera de niños y niñas.

Mañana, memoria litúrgica de santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa que conoció las humillaciones y los sufrimientos de la esclavitud, se celebra la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas. Este año el objetivo es trabajar por una economía que no favorezca, ni siquiera indirectamente, estos tráficos innobles, es decir una economía que no haga nunca del hombre y de la mujer una mercancía, un objeto, sino siempre el fin. El servicio al hombre, a la mujer, pero no usarlos como mercancía. Pidamos a santa Josefina Bakhita que nos ayude en esto.

Y dirijo mi cordial saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos: estoy contento de veros de nuevo reunidos en la plaza, también a los habituales, las monjas españolas aquí, que son valientes, siempre, ¡con la lluvia y con el sol están ahí! También a los chicos de la Inmaculada… A todos vosotros. Me alegro. Os deseo a todos un buen domingo. Y por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

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