De la amenaza de una guerra nuclear a la reconstrucción del tejido social

Arranca el VIII Diplomado Internacional: CONSTRUCCIÓN DE PAZ SOCIAL A 60 años de Pacem in Terris

Ayer, en un auditorio lleno de la Universidad La Salle de Chihuahua, se dio inicio al VIII Diplomado Internacional: Construcción de Paz Social a 60 años de Pacem in Terris: De la amenaza de una guerra nuclear a la reconstrucción del tejido social. Este evento es promovido por la Academia de Líderes Católicos en colaboración con la Universidad La Salle – Chihuahua y cuenta con el apoyo de la Federación Internacional de Universidades Católicas FIUC, la Organización de Universidades Católicas de América Latina ODUCAL y USEM – Chihuahua. Además, el evento contó con la participación destacada de Mons. Rogelio Cabrera, presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana y Arzobispo de Monterrey, quien habló sobre La cultura del encuentro en tiempos de indignación, polarización y desintegración, resaltando la importancia de que los líderes católicos sean incansables promotores de la unidad. 

La jornada comenzó con una misa presidida por Mons. Rogelio Cabrera, quien instó a los participantes a tener paciencia en los tiempos de Dios. Mons. Cabrera enfatizó que a menudo buscamos resultados rápidos y milagros espectaculares, pero que el verdadero milagro es el proceso de conversión y superación de obstáculos.

Posteriormente, se llevó a cabo un acto formal en el que participaron personalidades destacadas como Manuel Fitzmaurice, presidente del Consejo de la Escuela de Líderes Católicos de Chihuahua; César Yáñez Centeno, subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación Federal de México; Carla Rivas Martínez, secretaria de Desarrollo Humano y Bien Común del Estado de Chihuahua; Arturo García Portillo, jefe de gabinete del Ayuntamiento de Chihuahua; Juan Carlos Loera De La Rosa, secretario general del Comité Ejecutivo Estatal de Chihuahua; y José Antonio Rosas, director general de la Academia Internacional de Líderes Católicos.  Durante este primer momento, Manuel Fitzmaurice, presidente del Consejo de la Escuela de Líderes Católicos de Chihuahua resaltó la importancia del diplomado como una oportunidad para llevar un mensaje de esperanza y construir la paz en nuestras comunidades. Enfatizó que todos somos creados a imagen y semejanza de Dios, impulsados por su amor infinito y misericordioso, y que el diplomado nos brindará las herramientas necesarias para poner nuestros talentos al servicio de los demás.

En siguiente turno, se dirigió a los asistentes Juan Carlos Loera De La Rosa, Secretario General del Comité Ejecutivo Estatal de Chihuahua, quien evocó con emotividad las palabras del Papa Francisco durante su visita a Chihuahua hace siete años. En su intervención, Loera De La Rosa destacó la relevancia del diálogo como herramienta fundamental para la comprensión y valoración de nuestras diferencias. Enfatizó que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de ser artífices del diálogo, y que la paz es alcanzable a través de la verdad, la justicia, la solidaridad y la libertad.  Acto seguido, tomó la palabra Carla Rivas Martínez, Secretaria de Desarrollo Humano y Bien Común del Estado de Chihuahua, quien hizo hincapié en la necesidad de formar líderes comprometidos con los valores y la paz. Rivas Martínez subrayó que estos líderes deben ser capaces de colaborar en pos de un objetivo en común: un mundo más justo, pacífico y feliz para todas las personas.


Por último, Arturo García Portillo, coordinador de gabinete de gobierno municipal de Chihuahua, compartió su perspectiva sobre la relación entre el Estado y la Iglesia. García Portillo hizo referencia a la célebre frase «Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», fundamentando así la separación política entre ambas instituciones. Sin embargo, resaltó que el punto de encuentro entre ambas dimensiones es el ser humano y su dolor. En ese sentido, destacó la importancia de que las autoridades políticas se nutran de la parte espiritual para resolver los problemas y ser solidarios con aquellos que más sufren.  El primer momento concluyó con las palabras de José Antonio Rosas, director general de la Academia Internacional de Líderes Católicos, quien agradeció a todos los participantes del diplomado y destacó la misión de la Academia y el impacto del diplomado: «Desde Chihuahua, la periferia de México, queremos convertirnos en el epicentro de un movimiento que impulse a la Academia de Líderes Católicos, comprometiéndonos plenamente a ser testigos, profetas, constructores y promotores de la paz social, donde reinen la justicia, la libertad, la solidaridad y la verdad».

Pasando a otro momento, tomó la palabra Mons. Rogelio Cabrera, quien habló sobre la cultura del encuentro en tiempos de indignación, polarización y desintegración. En sus palabras, Mons. hizo énfasis en la historia de México y su inmersión en el mundo moderno, acogiendo necesidades humanas como la inmigración. Mons. Cabrera compartió la realidad de Monterrey frente a este sufrimiento: «En Monterrey, ciudad que recibe a muchos migrantes, hay 5 casas de migrantes, una muy grande donde comen al menos 800 migrantes tres veces al día. A pesar de la xenofobia, gracias a Dios y a la persistencia del Papa Francisco, los católicos seguimos mirando con misericordia a los hermanos migrantes. El pueblo católico es solidario».

Continuó hablando sobre la polarización y sus estragos: «La polarización es también un fenómeno cultural, se nos pide que vayamos a un extremo, nos empujan, nos arrinconan. Es difícil encontrar el equilibrio y el mediador, quien queda como pusilánime o cobarde, mientras se ve como valiente aquel que se arrincona o va al extremo. El Papa Francisco hace un llamado a construir puentes». Finalizó su intervención haciendo un llamado a todos los participantes a ser líderes capaces de promover la unidad.