Irak: El cardenal Sako anima a perdonar “por el bien común”

Entrevista en ‘L’Osservatore Romano’

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Cardenal Louis Raphaël Sako © Vatican Media

El cardenal de Irak Louis Raphaël Sako, patriarca de Babilonia de los Caldeos, concedió una entrevista a L’Osservatore Romano en la que, animando a los iraquíes a pasar página, manifiesta que “el que perdona es más fuerte que el que se venga” y que “debemos perdonar y reconciliarnos por el bien común”.

La conversación con el líder de la Iglesia católica caldea, publicada ayer, jueves 8 de abril de 2021, recoge las palabras del purpurado sobre la libertad de culto, el retorno de los cristianos perseguidos a Irak, el perdón como factor necesario para el bien común, la coexistencia entre religiones, el apoyo de la Comunidad Internacional, la fraternidad en el país asiático o el futuro próximo de la nación iraquí.

Sorpresa por el Viaje a Irak

Respondiendo a la primera pregunta sobre el reciente viaje del Papa a Irak, el cardenal expresa que “sabía que el Santo Padre quería visitar Iraq, pero sinceramente no lo esperaba en este momento concreto, dada la incierta situación provocada por la pandemia”. Su determinación, continúa, fue una sorpresa: El Papa Francisco “tiene el carisma de sorprender. Creo que sintió en su corazón de pastor la necesidad de venir a llevar consuelo y esperanza a los iraquíes que tanto han sufrido”.

“Así que lo hizo bien. ¡Qué alegría su visita! El Papa impresionó a todos: cristianos y musulmanes. Irak, durante su estancia, fue un pequeño paraíso, después de tanto infierno, ¡y esperamos que lo sea siempre!”, manifiesta.

Libertad de culto

Por otro lado, sobre la libertad de culto, el líder de los caldeos describe que “un régimen laico, basado únicamente en la ciudadanía y no en la religión, es la solución”, pues “los países de Oriente Medio no tendrán futuro sin la separación de la religión y el Estado”. Son cosas distintas, señala: “En un Estado laico, puedes ser musulmán o cristiano, puedes ir a la mezquita o a la iglesia, ayunar y llevar tu vida según tus convicciones, y el Estado no tiene derecho a impedírtelo ni puede obligarte a hacerlo”.

“Irak está dispuesto a ser laico y los jóvenes se manifiestan reclamando patria e igualdad. El sectarismo en Iraq se creó a propósito tras la caída del antiguo régimen”, subraya.

Perdón y retorno

Louis Raphaël Sako también se refiere a como “una cierta mentalidad tribal impregnada de venganza y justicia debe cambiar” en el país. El que perdona, prosigue, “es más fuerte que el que se venga”. Asimismo, anima a “perdonar y reconciliarnos por el bien común”. Esclarece que el progreso depende de “una nueva cultura abierta, que respete la diversidad”.


“El retorno de los cristianos es el deber del Gobierno iraquí y esto será posible cuando las condiciones sean favorables y se garanticen la seguridad, la estabilidad y los servicios. Se animará a los cristianos y a otras minorías a regresar a su tierra natal. En mi opinión, se trata de un proyecto a largo plazo”, sostiene.

Coexistencia y fraternidad

Asimismo, con respecto a la coexistencia armoniosa entre los credos, el patriarca caldeo apela a la vocación de los cristianos de “ayudar a los demás a abrirse, debemos estar preparados, ser valientes y no tener miedo”. La Iglesia, comenta, “tiene el deber de explicitar la fe de forma clara. El diálogo y el respeto son necesarios. La unidad no significa uniformidad”.

“Los cristianos formados con el perdón tenemos un papel capital: perdonar, precisamente. La reconciliación y la creación de confianza son temas esenciales para la convivencia política. La gente sencilla está dispuesta a cambiar, pero repito que el gran obstáculo son los políticos que tratan de velar por sus propios intereses”, aclara.

Apoyo y futuro

El cardenal iraquí indica también que el Papa “ha trazado una carta magna durante sus encuentros y con sus palabras, y ahora nos toca a nosotros ponerla en práctica”. Tras la visita apostólica, recuerda, el Gobierno nacional creó un comité al igual que la Iglesia caldea: “Tenemos confianza y esperanza”.

Con respecto a la necesidad de reforzar la fraternidad en un país como Irak, afectado por los enfrentamientos armados y la violencia, el prelado reiteró que “los cristianos formados con el perdón tenemos un papel capital: perdonar, precisamente”, pues,  “la reconciliación y la creación de confianza son temas esenciales para la convivencia política”. La gente sencilla, apunta, “está dispuesta a cambiar, pero repito que el gran obstáculo son los políticos que tratan de velar por sus propios intereses, como también reiteró el ayatolá Al-Sistani durante el encuentro con Francisco”.

Cuatro objetivos

En este sentido, de cara a futuro, anticipa que trabajarán en cuatro objetivos. El primero es “construir programas educativos y didácticos para fortalecer la hermandad entre los iraquíes y su unidad nacional”. El segundo “organizar eventos para sensibilizar a los iraquíes sobre su diversidad a través de seminarios, conferencias y programas de televisión dedicados a las civilizaciones, las culturas y las religiones, con el fin de mostrar los puntos comunes, profundizando en ellos y respetando sus particularidades, porque lo que nos une es mucho más que lo que nos divide”.

El tercero trata de “crear un centro nacional que incluya aulas y una biblioteca especializada en los temas del diálogo interreligioso” y el cuarto “activar el Código Penal iraquí (no. 111 de 1969) y sus artículos que obligan a proteger los lugares sagrados y a prevenir las ofensas contra las religiones y sus símbolos castigando a los agresores”.