Evangelio, 15 de agosto: Asunción de la Virgen

“El Poderoso ha hecho obras grandes en mí”

Evangelio Asunción Virgen
Icono de la Virgen con Jesús © Pxhere

El padre Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy, 15 de agosto de 2021, Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María.

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Celebramos hoy la solemnidad de la Asunción de la Virgen María al cielo: la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte (cf. Catecismo 966).

En María asunta al cielo resplandece la victoria definitiva de Cristo sobre la muerte, que entró en el mundo a causa del pecado de Adán. Nos lo dice san Pablo: ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

La meta de tu vida es el cielo, la vida eterna. Dios te ama tanto que te ha creado no para vivir cien años, sino para vivir con Él para siempre.

La muerte no es el final del camino, nuestro destino está más allá de nosotros mismos: no somos vagabundos existenciales viviendo una vida vacía y sin sentido; somos peregrinos hacia la patria definitiva de la vida eterna: ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman. Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu (cf. 1 Co 2, 9-10).


María ha realizado, de manera eminente, el destino de la humanidad. Como ella, también nosotros. 

Esta fiesta de la Asunción es una invitación a que nos fijemos en María, Madre de Dios y Madre nuestra y a que, como ella, nos abramos a la acción del Espíritu Santo, para que, llenos de Él también nuestra vida sea un camino de fe, de confianza en Dios, y un canto de alabanza porque contemplamos en nuestra vida el Amor de Dios que hace obras grandes en nosotros. 

También tú, si hoy te abres a la acción del Espíritu escucharás en tu corazón esta Palabra: Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

¡Ven Espíritu Santo!

¡Feliz Domingo de la Asunción, feliz Eucaristía!