Mons. Cabrejos: Cultura sinodal en la toma de decisiones

Propósito a la Asamblea del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa

Cabrejos cultura sinodal decisiones
Mons. Cabrejos © CELAM

Profundizar en una cultura sinodal para la toma de decisiones, ese ha sido el propósito del presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), monseñor Miguel Cabrejos, a los participantes de la Asamblea del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa, reunidos en torno al lema “50 años al servicio de Europa, memoria y perspectivas en el horizonte de Fratelli Tutti”.

Catolicidad como unidad en la diversidad

Una nota del CELAM cuenta que a partir del proceso de Renovación y Reestructuración del mismo y la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, Mons. Cabrejos ha partido de la comprensión eclesiológica nacida en el Vaticano II, que entiende la “catolicidad” como “unidad en la diversidad que requiere la comunicación mutua y permanente entre las diferentes Iglesias locales”.

El presidente ha destacado el empeño del Papa Francisco en promover una “escucha creciente” y una apertura al “amplio diálogo”, así como “la inculturación de la fe cristiana en los diversos contextos socio-culturales y existenciales del mundo actual“. Todo ello a partir del concepto de “aggionarmento”, que hace necesaria la encarnación de la fe, una idea presente en Querida Amazonía.

Nuevo método nacido en Medellín

Esta lectura de los signos de los tiempos es algo impulsado en la Iglesia latinoamericana desde Medellín, donde es visto, según Mons. Cabrejos, como algo “imprescindible para discernir la voluntad de Dios, definir las prioridades pastorales fundamentales y realizar una evangelización integral a la luz de la opción preferencial por los pobres y del cuidado de nuestra Casa común”, ideas que son recogidas en Laudato Si.

Medellín fue el punto de partida del método ver, juzgar, actuar, al que con el tiempo se han ido sumando el escuchar, iluminar y celebrar. Junto con ello, el prelado peruano destaca como aportación del Vaticano II, el principio de colegialidad episcopal, “al cual la Iglesia de Latinoamérica y de El Caribe le dio mucha importancia, incluso antes del Vaticano II con la creación del CELAM”.

Práctica colegial

El CELAM caminó “para una práctica colegial en la región, para fortalecer la cooperación a nivel continental y para el desarrollo de la misión y la acción pastoral”, según su presidente. En su intervención fue relatando el proceso de Renovación y Reestructuración que se ha llevado a cabo, en clave sinodal, en los dos últimos años, impulsando “una escucha intensa y un discernimiento cuidadoso, involucrando a diversos actores eclesiales”.


Con ello se busca, insiste Mons. Miguel Cabrejos, en “promover y fortalecer una cultura sinodal en nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña, tanto en el proceder como en la toma de decisiones e implementación en los distintos ámbitos eclesiales, así como la animación de las diversas pastorales”. Se quiere con ello superar el clericalismo y “vivir la conversión integral hacia una sinodalidad cada vez mayor”, algo que se está concretando en las muchas asambleas que se están llevando a cabo en los diferentes países.

Conferencia Eclesial de la Amazonía

El presidente del CELAM  destaca la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que adscrita a la Presidencia del CELAM, participan representantes de 7 Conferencias Episcopales, organismos eclesiales, representantes de los pueblos originarios y expertos nombrados por la Presidencia de la CEAMA y por el Santo Padre.

Caminar juntos, en sinodalidad, discernir juntos lo que el Espíritu Santo le dice a nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña, ha sido presentado por Mons. Cabrejos como el camino a seguir, buscando fomentar la colegialidad, así como la “corresponsabilidad y participación de todo el pueblo de Dios en la vida y la misión de la Iglesia”.

Para ello ve la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe como “momento clave para seguir haciendo camino hacia una Iglesia cada vez más sinodal”. Un proceso abierto al “sensus fidei del Santo Pueblo de Dios que también tiene su ‘olfato’ para encontrar nuevos caminos que el Señor abre a la Iglesia”.