Rodrigo Guerra: Los laicos debemos reivindicar nuestra misión en la Iglesia

Nuevo secretario de la Comisión Pontificia para América Latina

Rodrigo Guerra misión laicos
Rodrigo Guerra conversa con el Papa Francisco © Vatican Media

“Si los fieles laicos no reivindicamos en los hechos nuestra vocación y misión en la Iglesia nadie lo va a hacer por nosotros y las cosas seguirán igual. Asumiendo todos los riesgos es necesario no ceder a las formas explícitas o encubiertas del clericalismo y optar con fuerza por un clima más fraterno y corresponsable en todos los niveles de la Iglesia”, expone Rodrigo Guerra, doctor en filosofía por la Academia Internacional de Liechtenstein, fundador del CISAV y nuevo secretario de la Pontificia Comisión para América Latina.

Rodrigo Guerra frente al cuadro de la Virgen de Guadalupe en su Oficina del Vaticano © Rodrigo Guerra

Efectivamente, el pasado 26 de julio, Francisco nombró a este filósofo mexicano como secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, uno de los cargos más importantes otorgado a un laico dentro del Vaticano: “Es sin duda un honor y una oportunidad de servir a la Iglesia de América Latina y al Santo Padre en un momento peculiar y delicado: el Papa Francisco nos invita a colaborar a la conversión personal, pastoral y estructural de la Iglesia a través de la sinodalidad”, apunta Guerra.

Exaudi conversa con Rodrigo Guerra, que ya está viviendo en Roma, sobre los retos de su nueva responsabilidad en dicho cargo dentro del Vaticano, sobre el papel de los laicos dentro de la Iglesia y sobre el desafío eclesial contemporáneo.

***

Exaudi: Muchas felicidades por su nombramiento. ¿Cómo recibió la noticia de su nombramiento como secretario de la Pontificia Comisión para América Latina?

Rodrigo Guerra: Para mí fue una gran sorpresa. Ya colaboraba como miembro ordinario de la Pontificia Academia pro Vita y de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. Sin embargo, jamás me imaginé que un día el cardenal Marc Ouellet me llamara por teléfono para invitarme a nombre del Santo Padre a colaborar como secretario de la Comisión Pontificia para América Latina. Como lo he dicho en varios lugares: Dios usa de lo más inútil e incapaz para intentar hacer su obra. Creo que este es el caso. Soy muy consciente de mis límites y miserias. Por eso me confío enteramente a la gracia, que siempre es misericordia inmerecida.

Exaudi: ¿Qué significa para usted personal, profesional y como laico en la Iglesia este encargo y confianza depositada en su persona por el Santo Padre?

Rodrigo Guerra misión laicos
Rodrigo Guerra en su despacho en la Comisión Pontificia para América Latina © Rodrigo Guerra

Rodrigo Guerra: Es sin duda un honor y una oportunidad de servir a la Iglesia de América Latina y al Santo Padre en un momento peculiar y delicado: el Papa Francisco nos invita a colaborar a la conversión personal, pastoral y estructural de la Iglesia a través de la sinodalidad. Tengo la impresión que tanto tu servidor como mi compañera Emilce Cuda, fuimos invitados justamente para colaborar en este proceso que también debe vivirse a profundidad en la Curia romana. Ambos provenimos de la investigación científica y de la lucha social y política. Quiera Dios que podamos colaborar a introducir un aire nuevo, fraterno, no-clerical, en estos ambientes romanos.

Exaudi: Este nombramiento supone un hito, ya que usted es de los primeros laicos que ocupan un cargo de tal rango dentro de la Curia del Vaticano, ¿cree que puede ser un adelanto de lo que ocurrirá a partir de la reforma de la Curia en la que Francisco y el Consejo de Cardenales está trabajando? ¿Qué significado tiene esta mayor participación de los laicos en la Iglesia, en todos los niveles, que impulsa el Pontífice?

Rodrigo Guerra: En la Curia romana hay otro laico al frente de un Dicasterio, Paolo Ruffini. Espero muy sinceramente que pronto existan más laicos en este tipo de estructuras y responsabilidades. La nueva Constitución de la Curia será publicada pronto e implicará un nuevo ambiente, una nueva atmósfera en el Vaticano. Sin dudas, una atmósfera más eclesial y menos eclesiástica. Un espacio un poco más laical, es decir, más determinado por la identidad de los cristianos que tenemos bajo nuestra propia responsabilidad la transformación del mundo. Esto es bueno para que, de una vez por todas, ser-cristiano deje de mirarse desde la óptica clerical y recupere su verdadera dimensión a la luz del bautismo y del sacerdocio común en el que participamos todos los fieles.

Exaudi: En algunos lugares aún está presente cierta mentalidad excesivamente “clericalista” que no contempla el papel fundamental de todos los miembros de la Iglesia por el mero Bautismo. ¿Qué le diría a cualquier católico que no comprende el protagonismo esencial de los laicos en la misión de la Iglesia? ¿De qué manera cualquier bautizado puede ejercer dicho rol esencial? ¿Cree que es necesario que los laicos “despierten” a este llamado?


Rodrigo Guerra: Aún antes del Concilio Vaticano II comenzó a hablarse de la “hora de los laicos”, de una “nueva teología del laicado”, de que los laicos somos cristianos a título pleno y no miembros de segunda clase en la Iglesia. Sin embargo, del papel a la vida existe un trecho que aún no ha terminado de recorrerse. La cultura imperante en diversas estructuras eclesiales sigue siendo bastante clerical. Tengo la impresión de que no hay que esperar a que la solución a este desfase provenga de los mismos que la prohíjan. Al contrario, cada uno de nosotros tiene que descubrir la necesidad de un nuevo protagonismo. La palabra “protagonismo” está muy desgastada y suele entenderse como asociada al orgullo y la petulancia. No es mi intención ir por esa vía. Lo que deseo señalar es que los protagonistas, los sujetos, de la reforma que hoy requiere la Iglesia tenemos que ser cada uno. Comenzando con la conversión de corazón profunda y sincera y alcanzando las distintas dimensiones sociales y estructurales que vengan al caso. Si los fieles laicos no reivindicamos en los hechos nuestra vocación y misión en la Iglesia nadie lo va a hacer por nosotros y las cosas seguirán igual. Asumiendo todos los riesgos es necesario no ceder a las formas explícitas o encubiertas del clericalismo y optar con fuerza por un clima más fraterno y corresponsable en todos los niveles de la Iglesia. Esta es una parte de la agenda de la sinodalidad que no puede ni debe posponerse, diluirse o cancelarse.

Exaudi: Teniendo en cuenta a aquellas personas que lo desconocen, ¿podría explicar cuál es el papel de la Comisión Pontificia para América Latina y cuáles serán sus funciones específicas como secretario?

Pontificia Comisión para América Latina © Rodrigo Guerra

Rodrigo Guerra: La Comisión Pontificia para América Latina es un organismo de la Santa Sede que, por un lado, promueve que la vida de la Iglesia latinoamericana sea conocida y entendida por la Iglesia universal y por la curia romana. Y por otro, la Comisión ayuda a hacer cercano y visible el afecto y la preocupación que el Santo Padre tiene por las iglesias particulares de América Latina. En otras palabras, la única justificación para la existencia de esta comisión es el servicio, es el ser una gran ventana, un lugar de facilitación de algo que de iure los obispos y cualquier cristiano poseen por propio derecho pero que requiere ser impulsado y catalizado para que opere bidireccionalmente de manera constante: de las iglesias particulares al Papa y del Papa a las iglesias particulares. Mi papel como secretario es precisamente animar a que estos procesos se realicen y estén a la altura de la renovación sinodal de la Iglesia que el Papa Francisco nos pide.

Exaudi: Como secretario de dicha Comisión, ¿cuáles cree que son los retos a los que se enfrenta la Iglesia en Latinoamérica?

Rodrigo Guerra: Creo que Aparecida sigue siendo vigente al momento de señalar los retos de la Iglesia latinoamericana. Si hubiera que sintetizarlos yo me atrevería a señalar los parágrafos 11 y 12 del documento. Ahí queda claro que el tema fundamental es “recomenzar desde Cristo”. Esto implica superar los moralismos, el conformismo eclesial, las radicalizaciones irracionales y la ideología – sea cual sea –. Jesucristo es una Persona y por ello una realidad irreductible a las meras ideas o a los valores, por correctos que sean. Jesucristo es una Persona que funda una experiencia comunional en la que su presencia real se dilata: la Iglesia. Por ello, es necesario que los católicos entendamos la necesidad de participar en comunidades de discipulado misionero y evitar a toda costa reducir la fe a una experiencia meramente individual. Si no reaprendemos a ser y hacer juntos, si no profundizamos en la sinodalidad, es decir, en nuestra incorporación a la vid verdadera a través del “caminar juntos”, todos los demás retos en el orden pastoral, cultural, político o social quedarán amputados de la fuente que les puede dar vida auténtica.

Exaudi: El próximo mes de noviembre tendrá lugar la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, evento sinodal que pretende, a través de un proceso de escucha en curso, fomentar la participación del Pueblo de Dios y afrontar los desafíos pendientes desde la Asamblea de Aparecida en 2007. ¿En qué se concretan estos retos? Háblenos de la importancia del evento para la vida de la Iglesia en el continente…

Rodrigo Guerra: La Asamblea eclesial de América Latina y el Caribe es un encuentro sui géneris, que por primera vez se realiza con estas dimensiones y horizontes en nuestra región y en el mundo. Dios ha permitido que los obispos convoquen a un proceso de escucha profunda de todos los sectores, de todos los ambientes, de todas las experiencias para reactivar “Aparecida”. Algunas personas piensan que este acontecimiento es importante porque serán “escuchadas”, porque podrán dar su palabra. Y esto es verdadero. Sin embargo, lo más importante será abrirse a entender y a apreciar las razones del otro. La voz del otro es una provocación a mi corazón y a mi consciencia. Es un desafío no sólo a la inteligencia sino una invitación a la fraternidad. Creo que el secreto del éxito de esta Asamblea reside en dos cosas: en pedir de corazón al Espíritu para que anime a todos y en poner de nuestra parte una disponibilidad para aprender. Si participo en la Asamblea sólo con deseos de “enseñar”, el camino quedará incompleto. Lo importante es recibir la provocación de la presencia y de la palabra del otro y mirar con creatividad el desafío pastoral que tenemos por delante.

 Exaudi: Mons. Cabrejos, en una entrevista con Exaudi, afirmó que esta Asamblea Eclesial, “será la primera en su género en nuestra Región, pero también para la Iglesia universal, pues nunca antes en la historia de la Iglesia ha habido una Asamblea Eclesial de esa magnitud, involucrando a todo un continente”, ¿con cuáles otras aportaciones considera que América Latina enriquece a la Iglesia Católica universal?

Rodrigo Guerra misión laicos
Juramento de fidelidad a la Iglesia y al Papa junto a Emilce Cuda y el Cardenal Ouellet © Rodrigo Guerra

Rodrigo Guerra: Recuerdo cómo, hace algunos años, tuve la oportunidad de dar una conferencia en Dubrovnik, Croacia, ante jóvenes de diversos movimientos y algunos obispos. Leímos en voz alta algunos párrafos de “Aparecida” y quedaron gratamente sorprendidos. Recuerdo que algunos jóvenes decían: “¡esto es lo que necesitamos!”. Hoy mucha de esa sabiduría está en Evangelii gaudium  y en las catequesis que el Papa nos regala cada semana. La Iglesia de América Latina no tiene riquezas económicas o materiales como las hay en otras latitudes. Tiene dolor y esperanza, tiene heridas y fraternidad, tiene límites humanos muy grandes pero una religiosidad popular que evangeliza y mantiene viva la fe del pueblo en marcha. De esta experiencia de cinco siglos ha nacido una sabiduría práctica que se expresa en el magisterio episcopal, en una forma de ser Iglesia y en una afectiva y efectiva espiritualidad mariana, eclesial y, por qué no decirlo, “liberadora”. En momentos en que la Iglesia universal necesita de energías para emprender una reforma sustantiva, la Iglesia latinoamericana puede aportar su historia, sus mártires, y su realidad presente – CELAM y CLAR incluidos –, como una bella lección de la que se puede aprender. Ya no somos más una “Iglesia espejo” de Europa sino una “Iglesia fuente” que puede enriquecer a muchos, más allá de nuestras fronteras. Pienso en el bien que recibirían, por ejemplo, los obispos europeos, si conociesen más a fondo cómo vivimos la fe en medio de la exclusión y la pobreza en América Latina. Estoy seguro de que esto ayudaría decisivamente a entender más y mejor a nuestro Papa Francisco y a la renovación eclesial en curso.

Exaudi: Por último, dado que Exaudi es una agencia de noticias cuya principal finalidad es la evangelización y fortalecer la unidad de la Iglesia con el Papa, ¿podría dedicarnos algunas palabras de aliento y/o consejos ante esta ambiciosa labor?

Rodrigo Guerra: Exaudi es parte de la renovación de los medios de comunicación católicos que hoy necesita la Iglesia. Comunicar en época de post-verdad y fake news no es fácil. Existe mucho ruido y mucha desinformación, en ocasiones, promovida desde algunas personas y grupos que en el interior de su corazón han decidido romper la comunión con el Sucesor de Pedro. Exaudi tiene la gran oportunidad de ser una “buena noticia” en este clima informando y explicando la vida de la sociedad y de la Iglesia con transparencia, juventud y fidelidad. Estoy cierto que si siguen por este camino, Dios los premiará con frutos abundantes, y sobre todo, con paz en el corazón por haber abrazado la vocación de afirmar la verdad con caridad y con claridad. Este tipo de diaconía los hará vanguardia de la auténtica comunicación eclesial y mucha gente, como yo, se los agradeceremos de corazón.