El envoltorio

Crónica 15

Experiencias. Sensaciones. Ilusiones. Sentimientos. Impresiones.… todo esto ha estado presente en África. Pero podemos preguntar ¿y luego qué? ¿Ya está? ¿de eso se trataba?

Consumir emociones, buscar “momentos” sería como buscar ese hueco “agustito” en la cama, o en el sofá, que, al poco, cansa y se busca otra postura mejor.

Pero…¡Dios no nos ha querido insensibles! No nos ha creado precisos como el sol o necesarios como el agua (que se aprecia muchísimo en este precioso continente). No somos seres inertes. ¡¿Qué haremos con todas estas emociones que bullen en nuestro interior?! ¿Dejamos que sean el motor de nuestras acciones? ¿Nos dejamos llevar por algo tan inestable y efímero?

Creo que todos estos impactos que hemos vivido en África son como un bello papel de regalo. Un envoltorio. El papel de regalo se olvida, se tira. El regalo se agradece, se aprecia y se cuida. Las emociones nos indican el camino hacia donde seguir trabajando en nosotros mismos.


Hemos vivido y sentido la paz en la escasez; estemos atentos al apego de las cosas para mantener esa paz. Hemos vivido la sonrisa constante en el duro trabajo físico; cuidemos a las personas que trabajan con nosotros, más que al propio trabajo para dar el pago justo a nuestros colegas. Hemos vivido la sencillez de los habitantes que nos saludaban amigablemente al pasar; deshagámonos del “postureo” sofisticado que nos aleja del “otro” para brindarles una franca amistad…

Y damos gracias a Dios porque todo esto no es patrimonio exclusivo de África sino de cada uno de nuestros entornos. Todos tenemos “africas” al alcance de la mano para recordar que la “experiencia” Tumaini no pasó como otras tantas, sino sigue dando fruto en nosotros.

Don Iñigo U.