Helena Kmiec hacia los altares

Comienza el proceso de beatificación de la joven misionera

“Después de haber pedido la opinión de la Conferencia Episcopal Polaca y recibido el consentimiento del Dicasterio para las Causas de los Santos de la Santa Sede, de conformidad con las disposiciones del derecho de canonización (Instrucción Sanctorum Mater, n. 43), se anunció la decisión de iniciar el proceso de beatificación y canonización de la Sierva de Dios Helena Agnieszka Kmiec, fiel laica”.

Con estas palabras comienza el Decreto de Mons. Marek Jedraszewski, arzobispo de Cracovia, con el anuncio del inicio del proceso de beatificación de la joven polaca Helena Agnieszka Kmiec asesinada en Bolivia en 2017 mientras cumplía su servicio misionero.

En nuestros tiempos muchos jóvenes se alejan de la Iglesia y pierden la fe, pero al mismo tiempo hay jóvenes que viven heroicamente las virtudes cristianas, jóvenes comprometidos y esperanzados que se convierten en testigos y misioneros de Cristo. Algunos de ellos han sido elevados recientemente a los altares, como Carlo Acutis o Chiara Luce Badano.

Pero ¿Quién fue la Sierva de Dios Helena Agnieszka Kmiec? Nació el 9 de febrero de 1991 en Cracovia y fue criada por sus padres en un hogar lleno de amor, calidez y, sobre todo, de profunda fe. Su educación estuvo vinculada en gran medida al complejo escolar católico de Libiąż, donde comenzó la escuela primaria en 1998 y continuó sus estudios en la escuela secundaria y preparatoria. Pasó dos años estudiando en una escuela para niñas en Gran Bretaña. En 2009 comenzó a estudiar ingeniería en el Politécnico de Gliwice, que completó en 2014. Durante sus estudios asistía casi todos los días a la Santa Misa, que para ella era un momento muy importante del día.


Como creyente convencida, se compromete a hacer el bien a los demás y a compartir con otras personas la experiencia del encuentro con Dios. Por este motivo, participa en la ayuda a los niños en el centro comunitario Caritas y en las actividades de la Asociación Académica Católica y de la capellanía académica «Albertinum» en Gliwice. Y fue durante sus estudios que entró en contacto con el Servicio de Voluntariado Misionero “Salvator” gestionado por la Congregación de los Sacerdotes Salvatorianos. Su aventura misionera comenzó en 2012: fue enviada a Galgaheviz en Hungría, donde dirigió un campamento de verano para niños. Poco a poco descubrió su vocación misionera, que se convirtió en un aspecto cada vez más importante de su vida y espiritualidad. En 2013 fue enviada a una misión a Zambia, donde trabajó con niños de la calle. Luego, en 2014, fue de misión a Timisoara en Rumania, donde también comenzó a trabajar entre los jóvenes. El 8 de enero de 2017, comenzó un servicio de seis meses en un asilo infantil dirigido por las Siervas de Dębica (el nombre completo de la congregación es Hermanas Siervas de la Madre de Dios, Virgen Inmaculada Concepción) en Cochabamba, Bolivia.

Las Siervas de Debica comenzaron su misión en Bolivia en 1982. Las monjas polacas y 25 hermanas bolivianas trabajan y administran orfanatos, internados para niñas, escuelas y guarderías para niños. En Cochabamba, el 22 de febrero de 2017 se inauguró el nuevo jardín de infancia. Y allí se alojaron dos chicas de los Misioneros Voluntarios del Salvador: Helena Agnieszka Kmieć y Anita Szuwald, que durante una semana prepararon, junto con las monjas, el orfanato para la inauguración y la ceremonia de apertura. Adornaron las paredes con cuadros coloridos, limpiaron, recolectaron material didáctico, juguetes, muebles, poniendo todo su corazón, talento y amor en los niños a los que debían ayudar durante 6 meses. Desgraciadamente, su joven vida se vio truncada inesperadamente la noche del 24 de enero de 2017: Helena fue asesinada por Romualdo Manio Santos, de 21 años, que entró en la guardería para robar. Helena fue sorprendida y asesinada a puñaladas. Hasta la fecha desconocemos los motivos de este acto, aparte de que él mismo afirmó estar bajo los efectos de las drogas. Romualdo, originario del norte de Bolivia, había sido condenado anteriormente por diversos delitos. Había llegado a Cochabamba unos dos años antes y dos semanas antes de la tragedia se había trasladado al distrito donde se encuentra la misión de las monjas. Posteriormente fue juzgado y recibió una sentencia de 30 años de prisión.

La muerte de Helena Agnieszka Kmieć tuvo un gran eco en Polonia y surgió espontáneamente entre los fieles la opinión de la santidad de su vida, dedicada a Dios, a los demás y a la Iglesia. Mucha gente ha rezado y continúa rezando por su intercesión. El ejemplo de esta Sierva de Dios puede ser una inspiración para muchos fieles, especialmente jóvenes, para seguir con gran pasión su vocación a la santidad a través del voluntariado y la actividad misionera.

El padre Salvatoriano Paweł Wróbel SDS fue nombrado postulador en el proceso de beatificación de Helena. El padre Wróbel ya visitó Bolivia donde conoció a muchas personas. Gracias a todos estos encuentros se confirmó la convicción de que el caso de Helena Kmieć no seria tratado como un martirio sino examinado a la luz de las virtudes heroicas de la joven misionera. La primera sesión judicial del proceso de beatificación tendrá lugar el 10 de mayo en la capilla del Palacio Arzobispal de Cracovia. Durante el juicio se interrogará a los testigos y se recogerán testimonios sobre la vida de Helena y los signos ocurridos tras su muerte y atribuidos a su intercesión.