La publicidad y la persona

Dios sin necesitarnos nos ha querido necesitar y nos ha puesto aquí en este momento de la historia, en este lugar

Fabio Marino
Fabio Marino

Llega la Navidad y con ella los anuncios de las marcas icónicas de toda la vida: El Almendro, Suchard, Loterías del Estado… todos nos recuerdan que debemos ir desempolvando el Belén y el árbol y gestionando la agenda para intentar no morirnos en el intento de abarcar tanto evento.

Año tras año, veo como esos anuncios tratan y consiguen, llegar al corazón de muchos. Son las campañas que más visualizaciones tienen y más conversaciones generan en redes y fuera de ellas.

Y ¿Por qué nos emocionan? ¿Por qué tocan nuestro corazoncito? Pues lo hacen porque hablan de personas y a la persona. Porque hablan directos a la naturaleza del ser humano. A esa naturaleza que se quiere negar en un intento de deshumanizarnos, pero que ahí está, aunque intenten convencernos de lo contrario y es que Dios nos ha hecho bien ¿no crees?

Nos ha hecho vulnerables. Nos ha hecho limitados. Nos ha hecho pequeños … nos ha hecho perfectamente imperfectos y no pasa nada. Hemos sido traídos a la vida para amar y ser amados y eso es un hecho. No es cuestión de fe. No es un tema de creer. Es la naturaleza misma de la persona, que para los que creemos, por supuesto, que habla y nos lleva a Dios pero para los que no la tienen también es un hecho y habla por ella misma. Esos anhelos inscritos en nuestro corazón de bondad, bien, verdad y amor ahí están.

Los creativos publicitarios, a los que admiro profundamente después de haber trabajado muchos años en el mundo de la agencia, saben que para impactar en la audiencia no hay nada mejor que llegar su “yo” profundo. A ese “yo” que anhela hacer las cosas bien. Que anhela que le quieran tal cual es y que quiere entregarse. A ese “yo” que quiere dejar su huella en este mundo y ser recordado por los suyos. A ese, sí, a ese yo que no puede vivir sin un tú porque es un ser relacional y hecho para el encuentro con el otro. A ese “yo” que viaja en busca del sentido de su vida, su para qué.

El anuncio del El Almendro todavía no lo he visto pero sí el de Suchard y el de Loterías. Tanto en uno como en el otro, se habla al espectador, de la importancia de dar importancia a lo importante, que no es otra cosa que la familia. Y esto que parece un trabalenguas, hoy en día, parece que también se niega.

“¿Lo hemos hecho bien?” Se preguntan los viejecitos del anuncio de la marca de turrones de Mondelez. Una historia en la que ellos van recordando y viendo pasar su vida Navidad tras Navidad y donde lo que aparecen son PERSONAS: sus seres queridos, su familia y esos momentos vividos junto a ellos. No aparecen muchos coches, muchos relojes, muchas casas, mucho dinero … y es que ¿qué define el que tu vida haya sido exitosa o buena? El mundo nos habla de acumular cosas, experiencias, dinero… pero es un hecho que un saco roto nunca podrá llenarse. Podrás intentar llenar tu vida de cosas superfluas y/o materiales y, en realidad, ser muy pobre.

En el anuncio, se habla de lo realmente vital: una vida con sentido es una vida vivida con amor y para el amor y entregada a otros. Eso es la familia. El lugar donde vivir entregándonos unos a otros y haciéndolo en verdad. Sin máscaras y sin necesidad de aparentar nada. Tal cual somos.

Y ahí, en esa sencillez, (que no fácil), el anuncio ha hecho llorar a muchos.


Te animo a que veas también el spot largo de Loterías de este año. Su título es “la suerte que tenemos”. A mí me refuerza en la idea de la suerte que tengo.

Suerte de saberme amada. De saberme única e irrepetible. Muy pequeña y limitada, pero aun así, la más querida.

Suerte de saberme hija de Dios y de todo lo que me ha dado, empezando y terminando por mi familia. Y entre medias por todas las personas que pone en mi camino.

Y antes de despedirme, me gustaría hacer un “caer en la cuenta” y lo hago, para mí la primera. No olvidar por muchos eventos, mucha lotería y anuncios, regalos etc. lo que vamos a celebrar muy pronto: Dios se hace niño y viene al mundo a dar su vida por cada uno.

No dejemos de decirlo. No dejemos que la Navidad se secularice y pierda su significado. Dios sin necesitarnos nos ha querido necesitar y nos ha puesto aquí en este momento de la historia, en este lugar.

@sencillamentemarta

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