La religión católica favorece la paz

Cristo ha venido a traernos la paz

El sacerdote y doctor en Filosofía José María Montiu de Nuix ofrece a los lectores de Exaudi este artículo sobre la guerra y la paz en el mundo.

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Habiendo la guerra entre Israel y palestinos, la de Ucrania, y tantas otras, uno de los temas sin duda más actuales es el de la guerra y la paz en el mundo.

El ser humano cuando se aleja de Dios lo pasa mal. El hombre es constitutivamente un ser para Dios. Sólo junto a Dios puede ser feliz. Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti. El bien del hombre es Dios. La sociedad goza de más concordia cuanto más cerca está de Dios. Ya que Dios es amor, Dios contribuye mucho a la paz. Cuando la sociedad se separa de Dios, empeora mucho. Si se sitúa al margen de Dios, aumentan mucho los delitos, incluso los más graves. La segunda guerra mundial fue el fruto de que el hombre se entregó a una libertad independiente de Dios. En fin, que haya paz o guerra es algo que está muy relacionado con cual sea nuestra relación con Dios.

Ahora, en este mismo párrafo, expongo un razonamiento frecuente, falso. Creer en el catolicismo es algo que te hace “diferente” de los que son de otras confesiones religiosas y de los no creyentes. Pero, dicen algunos, lo que “diferencia”, “divide”. Y, lo que “divide”, no procura la “paz”. Luego, la religión católica no contribuye a la paz. Pero, en la “razón”, sí que coinciden todos. Y, donde hay “coincidencia”, hay “unión”. Pero, la “unión”, contribuye a la “paz”. De donde, para que haya paz, en vez de haber religión católica, ha de haber una nueva y universal religión, hecha de sola razón, que logrará la alianza de la humanidad.

Nótese, al respecto, que, una construcción ética que estuviera hecha de sola razón, de sola razón verdadera, y, que, por sí sola, orientara la vida del individuo y de la sociedad, sólo podría, como máximo, ser entendida y aceptada por una pequeñísima y muy selecta minoría intelectual, pero jamás por la mayoría de las personas. No serviría, pues, como guía de la Humanidad.

Además, los partidarios de esta religión, hecha de sola razón, habrían de responder a lo siguiente: ¿esta razón es “su” razón, la manera de pensar de su corriente ideológica, una falsa razón, o bien es “la” razón verdadera? Esta pregunta es hoy día muy importante, por la actual proliferación de tantos discursos, supuestamente de razón, que no son de verdadera razón, ya que incluyen importantísimos errores. ¡Hay tantas célebres ideologías repletas de falsedad!

Además, muchos partidarios de dicha ética exclusivista, tienen grandes prejuicios contra la Iglesia. Pero, la verdad no tiene estas anteojeras.


En suma, en sí misma, la propuesta de religión universal de sola razón, excluidora de la fe, no consigue sostenerse en pie.

Cristo es Dios. Y, Dios es Amor. Luego, Cristo es una gran ayuda en orden a la paz. Cristo es el príncipe de la paz. Cristo ha venido a traernos la paz.

La religión cristiana se reduce al amor. El gran maestro del amor es Nuestro Señor Jesucristo. El mayor amor es amar como Él amó. Eso es lo que ha de hacer el cristiano. Pero, el amor une mucho. Que maravillosa unidad habría en el mundo si todos siguiéramos el mandamiento nuevo de Cristo, amar como Él ha amado. Luego, la religión católica, que es la plenitud de la religión cristiana, ayuda mucho a que haya paz. De hecho, la historia nos muestra que, con la llegada del cristianismo, el mundo mejoró mucho. Así, humanizó el orbe, suavizó las costumbres, se crearon instituciones de beneficencia, elevó mucho a la humanidad. Fue una gran contribución a la paz, que no ha tenido parangón en toda la historia humana. También aquí la historia es maestra de la vida.

Si un cristiano concreto no llegara a contribuir a la paz, no sería “por ser” cristiano, sino “a pesar” de ser cristiano, esto es, por ser incoherente con sus creencias. Los fanáticos se han separado de la verdad de la religión.

Aserrar y recortar los contenidos revelados por Jesús, el príncipe de la paz, para nivelarlos a otras creencias, no puede contribuir a la paz, sino todo lo contrario, pues sería oponerse al plan de Cristo Dios. Y, el plan de Cristo Dios, es un plan de paz.

Además, cada vez más, dado el estado actual del mundo, se palpa la gran contribución de la religión cristiana a la paz del mundo, y el atentado a la paz que supone obrar fuertemente al margen de la verdad católica, de su fe y de su moral. Ésta es una verdad capital, que nunca deberíamos olvidar, porque nos va mucho en ello.

En definitiva, la paz sólo puede llegar a la humanidad como don de Dios. Y Cristo y la religión cristiana son la mejor propuesta de cara a la paz, mientras que no lo es una religión de pura razón, exclusivista, que echa fuera aquello que Dios, bondad infinita, nos trae.

En suma, lo que es revelación divina no es para perjudicarnos, sino contribución a la paz. Pero, la religión cristiana es revelación divina. Y, la religión católica es la plenitud de la religión cristiana. Luego, la religión católica es una poderosa contribución a favor de la paz, que supera en mucho lo que podría hacer la mera razón.