Viaje a Grecia: El Papa Francisco se despide de Chipre

Y parte hacia Grecia

Grecia Papa Francisco Chipre
El Papa se despide de Chipre 4 dic. 2021 © Vatican Media

Hoy, 4 de diciembre de 2021, el Papa Francisco se ha despedido de Chipre en el Aeropuerto Internacional de Lárnaca y ha partido hacia Atenas, Grecia. Francisco llegó el pasado 2 de diciembre a la ciudad chipriota de Lárnaca, primera etapa de su viaje apostólico a Chipre y Grecia, en curso del 2 al 6 de diciembre y en el que, efectivamente, también visita Grecia.

Esta ha sido la segunda visita de un pontífice a Chipre. De este modo, Francisco ha seguido los pasos de su predecesor, Benedicto XVI, que realizó un viaje apostólico a esta isla mediterránea en 2010.

Despedida

Grecia Papa Francisco ChipreSegún informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, esta mañana, tras celebrar la Santa Misa en privado, el Santo Padre se despidió del personal, de los bienhechores y de los amigos de la Nunciatura Apostólica en Nicosia y se trasladó en coche al aeropuerto internacional de Lárnaca dónde, a las 9:10 horas (8:10 hora de Roma), tuvo lugar la ceremonia de despedida de Chipre.

A su llegada al aeropuerto, el Papa fue recibido por el presidente de la República, Nicos Anastasiades, a la entrada de la Sala VIP donde tuvo lugar una breve reunión privada. Después de la guardia de honor y el saludo de las respectivas delegaciones, a las 9:35 horas (8:35 hora de Roma), Francisco partió hacia Atenas a bordo de un A320neo de Aegean, la primera aerolínea en importancia de Grecia. Está previsto que aterrice en la capital griega a las 11:10 (10:10 h de Roma) tras haber recorrido una distancia de 895 kilómetros y una hora y cuarenta minutos de duración.

Regalo a la Nunciatura y a los franciscanos

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Antes de finalizar su viaje en el país chipriota, el Pontífice ha regalado a la Nunciatura y a la Residencia de los  franciscanos una figura de san José y la medalla conmemorativa de este 35 viaje apostólico del Pontífice.

Aunque pertenece a la producción artística moderna de artefactos religiosos, esta escultura de san José no sólo recuerda los estilos del siglo XIX, sino que también respeta fielmente la iconografía del “guardián silencioso” de Nuestro Señor. En primer lugar, se observa cómo san José “sostiene” en su mano izquierda el pequeño Salvator Mundi en el acto de bendición, mientras que en su mano derecha la vara que, como cuentan los textos apócrifos, floreció milagrosamente con lirios cuando los sacerdotes del Templo de Jerusalén tuvieron que elegir al de María entre los descendientes solteros de la tribu de Judá.

Además, la estatua recuerda la humildad de san José a través de la posición ligeramente inclinada de su cabeza, que denota no sólo una actitud de deferencia hacia el Hijo del que sólo es el “padre putativo”, sino también la importancia de su “silencio”.  En varias ocasiones el Papa Francisco, que es devoto de san José, hasta el punto de que, habiendo elegido a la Sede de Pedro el 13 de marzo de 2013, quiso celebrar  el inicio de su ministerio petrino el mismo día de su Solemnidad. Lo ha señalado como alguien que sabe “caminar  en la oscuridad”, un experto en “escuchar la voz de Dios” y  en ir “adelante en el silencio”. Por último, se añade que este don adquiere un aspecto significativo al concluir, el próximo 8 de diciembre, el Año dedicado por el Santo Padre a san José, en un recuerdo perenne de continuar nuestra oración y la encomienda de la Iglesia a quien es su Protector celestial.

La medalla conmemorativa del Viaje Apostólico del Papa Francisco a Chipre y Grecia presenta a los dos apóstoles Pablo y Bernabé, figuras fundamentales en la evangelización de estas tierras. San Bernabé está a la izquierda, con el Evangelio en una mano y un báculo en la otra, símbolos de su peregrinaje para anunciar la Palabra. Podemos reconocer la iglesia Chrysopolitissa de Pafos, que expresa simbólicamente la larga historia del cristianismo en Chipre y que, además, es hoy un lugar de encuentro de las diferentes denominaciones cristianas.

A la derecha está el apóstol Pablo, con una pluma y un pergamino, escribiendo sus famosas epístolas.  Detrás de él hay una vista simbólica de la antigua Grecia, que fue Grecia, que el apóstol Pablo recorrió y evangelizó; su encuentro en el Areópago de Atenas es famoso en este sentido.

Telegrama al presidente de la República de Chipre

El Papa Francisco envió al presidente de la República de Chipre, Nicos Anastasiades, un telegrama de despedida y agradecimiento a él y al pueblo chipriota por la cálida acogida y hospitalidad. Les aseguró sus oraciones “por la paz y la prosperidad de la nación, invocando sobre todos las bendiciones de Dios Todopoderoso”.

Visita a Chipre

Grecia Papa Francisco ChipreEn estos días de estancia en la capital de Chipre, el Pontífice celebró una Misa en el Estadio GSP de Nicosia, Chipre y en la catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias de Nicosia pudo reunirse con el clero, los catequistas  y diferentes asociaciones y movimientos eclesiales. Del mismo modo, el Papa se ha encontrado con el presidente de la República de Chipre y las autoridades del país.


En un país con una antigua tradición ortodoxa y de una importante minoría islámica, también ha habido espacio para el ecumenismo, ya que Francisco visitó a la máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa autocéfala de Chipre, Crisóstomos II , y al Santo Sínodo. Además, presidió un acto de oración ecuménica con los migrantes en Chipre.

Asimismo, fuera del programa, el Pontífice se reunió brevemente con el gran rabino de Chipre. A través de él, el Papa envió un saludo a la comunidad judía chipriota.

Palabras del Santo Padre

A lo largo de esta visita a Chipre, Francisco ha pronunciado una homilía y cinco discursos. En el primero de ellos, dirigido a sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos, catequistas, asociaciones y movimientos eclesiales de Chipre, Su Santidad remitió a la figura del apóstol Bernabé, “hijo de este pueblo, discípulo enamorado de Jesús, intrépido anunciador del Evangelio” y reflexionó sobre dos cuestiones que tienen que ver con este apóstol: la paciencia y la fraternidad. “Les deseo que sean siempre una Iglesia paciente, que discierne, acompaña e integra; y una Iglesia fraterna, que hace espacio al otro, que discute, pero permanece unida”, expresó.

A las autoridades chipriotas, por su parte, les manifestó que llegó a Chipre “como peregrino a un país pequeño por su geografía, pero grande por su historia; a una isla que a lo largo de los siglos no ha aislado a la gente, sino que la ha unido; a una tierra cuyo límite es el mar; a un lugar que representa la puerta oriental de Europa y la puerta occidental de Oriente Medio”.

Durante la homilía de la Eucaristía, habló sobre “los 3 pasos del encuentro de los dos ciegos del Evangelio con Jesús que en este camino de adviento, pueden ayudarnos a acoger al Señor que viene: Ir a Jesús para sanar, llevar las heridas juntos y anunciar el Evangelio con alegría”. En este sentido, el Papa destacó que es “hermoso verlos y percibir que viven con alegría el anuncio liberador del Evangelio: les agradezco por esto” y añade, que no se trata de proselitismo, “sino de testimonio; no es moralismo que juzga, sino misericordia que abraza; no se trata de culto exterior, sino de amor vivido. Los animo a seguir adelante en este camino”.

Del mismo modo, ante el Santo Sínodo ortodoxo, el Obispo de Roma recordó que “nuestra Iglesia es una madre que siempre reúne a sus hijos con ternura.(..) , pero, para sentir la maternidad de la Iglesia, todos nosotros tenemos que ir allí donde la Iglesia es madre. Todos nosotros, con nuestras diferencias, pero todos hijos de la Iglesia Madre”. Y destacó cómo “la gracia de estar aquí me lleva a pensar que tenemos un origen apostólico común: Pablo atravesó Chipre y posteriormente llegó a Roma”. Por tanto, “descendemos del mismo ardor apostólico y nos une un único camino: el del Evangelio”.

En su encuentro ecuménico con los migrantes, tras escuchar el testimonio de 4 de ellos, el Sucesor de Pedro manifestó: “Después de escucharlos a ustedes comprendemos mejor toda la fuerza profética de la Palabra de Dios que, por medio del apóstol Pablo, dice: ‘Ustedes ya no son extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familia de Dios’ (Ef 2,19)”, dijo el Papa. Esta, remarca, “es la profecía de la Iglesia, una comunidad que encarna —con todos los límites humanos— el sueño de Dios”. En este sentido, se dirigió a Mariamie, la joven de la República Democrática del Congo, que afirmó estar: “llena de sueños”: “Como tú, Dios sueña un mundo de paz, en el que sus hijos viven como hermanos y hermanas. Dios quiere esto, Dios sueña esto. Somos nosotros los que no lo queremos”.