Familia, buena noticia: Comentario P. Jorge Miró

31 de diciembre de 2023

Cathopic

El P. Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy, domingo 31 de diciembre de 2023, titulado “Familia, buena noticia”

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Celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia. Dios quiso nacer y crecer en una familia humana.  Así, la consagró como camino primero y ordinario de su encuentro con la humanidad.

El matrimonio y la familia no son una invención humana fruto de situaciones culturales e históricas particulares. El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos, porque «su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia. Los esposos son por tanto el recuerdo permanente para la Iglesia de lo que acaeció en la cruz; son el uno para el otro y para los hijos, testigos de la salvación, de la que el sacramento les hace partícipes». El matrimonio es una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado específico a vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor entre Cristo y la Iglesia (Francisco, AL 71).

Dios tiene un proyecto sobre el matrimonio y la familia, así nos lo dice Jesús: “el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo: Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”; lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

Dice el Papa Francisco que hoy hay una guerra mundial para destruir el matrimonio. Hoy existen colonizaciones ideológicas que destruyen, pero no con las armas, sino con las ideas. Por lo tanto, es preciso defenderse de las colonizaciones ideológicas (Francisco, Tiflis 2016).


Los cristianos no podemos renunciar a proponer el matrimonio con el fin de no contradecir la sensibilidad actual, para estar a la moda (…). Estaríamos privando al mundo de los valores que podemos y debemos aportar (…). Nos cabe un esfuerzo más responsable y generoso, que consiste en presentar las razones y las motivaciones para optar por el matrimonio y la familia, de manera que las personas estén mejor dispuestas a responder a la gracia que Dios les ofrece (Francisco, AL 35).

Por otra parte, es verdad que hay casos donde la separación es inevitable. A veces puede llegar a ser incluso moralmente necesaria, cuando precisamente se trata de sustraer al cónyuge más débil, o a los hijos pequeños, de las heridas más graves causadas por la prepotencia y la violencia, el desaliento y la explotación, la ajenidad y la indiferencia (AL 241).

No hay que juzgar ni condenar a las personas, sino acompañarlas en su sufrimiento, ayudarles a discernir la voluntad de Dios, sanar las heridas en vez de agrandarlas, y realizando la verdad en la caridad, ayudarles a crecer en la fe y vivirla en la Iglesia (cf. AL 243).

Preséntale al Señor tu familia y pídele el don del Espíritu Santo, para que la renueve y os conceda la comunión.

Reza también por todas las familias, especialmente por las que están sufriendo y pasando por dificultades.