Mándame ir hacia ti andando sobre el agua: Comentario P. Jorge Miró

Domingo 13 de agosto de 2023

Amazonía REPAM derechos humanos
Barca en río Amazonas © Pxhere

El P. Jorge Miró comparte con los lectores de Exaudi su comentario sobre el Evangelio de hoy 13 de agosto de 2023, titulado “Mándame ir hacia ti andando sobre el agua”.

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Ser cristiano es seguir a Jesús, y seguir a Jesús es una aventura. Tener fe, supone, en primer lugar, vivir en actitud de búsqueda sincera y humilde de Dios, en actitud de conocer y amar su voluntad.

El que busca, encuentra. Y la primera lectura nos da la clave de la búsqueda: Dios no está en el ruido, en lo espectacular, sino en el silencio, en lo pequeño, en lo sencillo. Por eso, sólo los humildes pueden tener fe.

Hoy contemplamos a Elías que, amenazado de muerte por Jezabel, llega al Horeb, el monte de Dios, para encontrar al Señor y el Señor pasó. Pero, ¿cómo pasó?

En el Horeb debe aprender que Dios no está ni en el huracán, ni en el temblor de tierra ni en el fuego; Elías debe aprender a percibir el susurro de Dios. La brisa suave es tener la experiencia del dulce huésped del alma: el Espíritu Santo, que en cada latido de ti corazón te susurra que tú eres amado por Dios, que el Señor te está salvando hoy en tu vida concreta, que es historia de salvación para ti.

La verdadera manifestación de Dios se da en la humildad: El Señor ha escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las ha revelado a los pequeños (cf. Mt 11, 25).

Así, que si quieres encontrar a Jesús, ya sabes dónde lo encontrarás: en el último lugar. Al cielo se sube, bajando.


Hay que escuchar cada día la voz del Señor y estar siempre en camino, dejándonos guiar por el Espíritu Santo que es la brisa suave que el Señor nos envía cada día.

Tener fe significa vivir entre la luz y la oscuridad. Vivir a la luz de Cristo, pero aceptando que la fe y la vida del hombre es un misterio que ahora atisbamos solamente, sin alcanzar su comprensión total. La oscuridad desaparecerá completamente en la vida eterna, cuando veamos a Dios tal cual es.

Mientras caminamos hacia la vida eterna estamos llamados a vivir en la confianza en Dios. Confianza que nace de la certeza de su fidelidad: no hay nada ni nadie que pueda separarnos del amor de Dios (cf. Rom 8, 35-39).

Nos gusta tener seguridades humanas en la vida: es un signo de nuestra debilidad y de nuestra pobreza. Tener fe es fiarnos de Dios, abandonarnos en sus brazos. Todos tenemos nuestros miedos y temores.

El Señor te invita hoy a no tener miedo, a descansar en Él A invocar al Espíritu Santo, que te hará vencer el miedo, con la confianza de que la prueba no superará tus fuerzas y con la confianza de que Él está contigo.

En medio de tus problemas, de tus crisis, de tus combates a gritar, como Pedro: Señor, sálvame. A decirle, como hemos cantado en el Salmo: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación, porque Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.

¡Ven Espíritu Santo! (cf. _Lc_ 11, 13).