Desde Yamoussoukro, Costa de Marfil

Tercer y cuarto día

Todo hace pensar que todos los voluntarios son cada día más felices aquí. No disponer de teléfono móvil ayuda enormemente a llevar la mirada a los demás (a los de verdad, que son los que gozan y sufren).

Mando hoy algunas fotos de la comida del día para los niños. Se acercan unos trescientos cada jornada.

La capacidad productiva de comida de nuestro planeta permite alimentar bien y a diario a toda la humanidad. Sin embargo nuestras fotos cuentan otra historia. La de los que no solo no tienen acceso a la comida, sino ni siquiera a quienes deciden como se mueve el dinero.

La felicidad se compone básicamente de un maravilloso elemento que fluye en dos sentidos: amar y dejarte amar.

Hay una ignorancia que arruina cualquier vida: el dinero llena, pero no da plenitud. De dar plenitud se ocupa solo el amor.

Con la tripita llena se baila mejor…

Esta mañana hemos repasado tres ideas en la sesión de formación que hemos tenido todos juntos:


1. nuestro techo de rendimiento como seres humanos es la formación que asimilamos. Nadie se da por encima de lo que vale profesional o espiritualmente, aunque sueñe con ello: necesitamos formarnos y ser para crecer; no solo soñar o aparentar.

2. Las personas bautizadas tienen la Gracia de Dios, una fuerza intangible y real que les hace capaces de lo que está más allá de sus fuerzas. Esto solo sucede si dejan que Jesús de Nazaret vuelva a su corazón y su vida tras las derrotas espirituales.

3. No hemos venido a Costa de Marfil a construir dos iglesias y un comedor, y a dar de comer a trescientos niños cada día. Hemos venido a limpiar nuestro corazón y nuestros ojos del lodo del egoísmo, de la codicia y de las apariencias que llenan pero nunca dan plenitud.

Buen descanso para todas las familias, y muy feliz fin de semana, desde Yamoussoukro

Jero