El artesano que logra comunicar con las piedras

La artesanía es la mejor forma de expresar sus vivencias y experiencias cotidianas

© Juan Valencia

Sus manos comenzaron a esculpir las imágenes que llevaba grabadas en su mente. Con solo 8 años Juan Valencia Villanueva aprendía de su padre a tallar la piedra de granito. Hizo de su arte un sustento de vida. Su padre lo inició en la fabricación de zócalos de pisos de casas. Pero el interés de Juan fue más allá.

Y es que lleva en la sangre la pasión por el tallado. Nació en un caserío cajamarquino, rodeado de árboles y paisajes deslumbrantes. “Huambocancha Alta”, un lugar donde sus pobladores se dedican a labrar la piedra, a 8 km de Cajamarca en la sierra del Perú.

Desde incas en tamaño natural, bancas, piletas, hasta lápidas en granito, pastores, y campesinos adornan este pueblo. “El arte de tallar la piedra lo heredé de mi padre, y ahora me toca enseñarles a mis hijos, es una tradición familiar”, narra el artesano peruano.

Su perseverancia en este arte lo llevó a descubrir una cantera de marmolina en la provincia de San Pablo. Decidió comprar un bloque de este material, y empezó a esculpirlo. Ya lleva 60 años en esta labor, de la que es un buen embajador. Pues, a lo largo de estos años, representó al país en diversos concursos y ferias artesanales.

Vivir con el arte en las manos

Ubicar la mejor piedra que le permita dar forma a la figura que desea representar no lo es todo. El secreto está en esculpir la obra maestra en el piso, comenta el artista. “Esta técnica fue la que implementó en su última obra, un nacimiento andino que resultó ganador del XVIII concurso nacional de belenes “Navidad es Jesús 2022”.


Esta obra maestra está compuesta de 10 piezas. Sus personajes usan sandalias de caucho, sombrero y poncho. San José lleva flauta y tambor como parte de su indumentaria. La virgen usa trenzas y los tres reyes tienen rasgos andinos. El niño Dios, un ángel, un pastor, una vaca y una mula completan el conjunto que es el fiel reflejo de las costumbres andinas.

Desde su adolescencia y en su juventud participaba en ferias artesanales. Precisamente este último reconocimiento es el impulso que buscaba conseguir. Tras no haber alcanzado el primer puesto, con su perseverancia lo logró. “Me invitaron hace tres años, antes de la pandemia. Aquella vez solo obtuve una mención honrosa. “Este año volví al concurso y me llevé la sorpresa de resultar ganador”.

Mirar a través de las obras

La artesanía es la mejor forma de expresar sus vivencias y experiencias cotidianas. “Cada una de mis obras se convierten en un indicador de lo que este arte va logrando en mí”.

“Siento que crezco al tallar la piedra”, reconoce Juan. Participar con este belén en el certamen organizado por el Instituto Cultural Teatral y Social (Ictys) fue su mayor desafío.

Incas, chasquis, tejedoras y músicos forman parte también son algunas de sus obras esculpidas en piedra que exhibe a diario además de objetos utilitarios como joyeros y cofres en su taller ubicado en el kilómetro 6 de la carretera a Bambamarca. Un maestro artesano que vale un Perú.

Aquí el video con el saludo de Juan a los artesanos en su día.