El Papa Francisco y la pandemia por el covid-19

Palabras de Mario J. Paredes, CEO de Somos Community Care, con motivo del X Aniversario de la elección del Papa Francisco. Evento promovido por Exaudi

A continuación, la intervención completa de Mario J. Paredes, CEO de Somos Community Care, con motivo del X Aniversario de la elección del Papa Francisco, pronunciadas en el encuentro online organizado por la Academia de Lideres Católicos realizado este 11 de marzo de 2023.

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Audio de la intervención de Mario J. Paredes, CEO de Somos Community Care:

Les hablo desde mi experiencia en temas sanitarios como CEO de SOMOS COMMUNITY CARE: una organización para la salud en la ciudad de Nueva York, que aglutina en su red a unos 2.500 médicos, la mayoría inmigrantes, junto con sus respectivas clínicas privadas.

La gran mayoría de sus pacientes son también inmigrantes hispanos y reciben atención primaria, familiar y preventiva, en su propia cultura y lengua.

En SOMOS nos involucramos activamente en la pasada pandemia por el Covid-19 desde el primer día que cerró Wall Street el 18 de Marzo de 2020.

Nuestros equipos médicos hicieron pruebas a los trabajadores de la Bolsa de Valores y, desde ahí, no se paró de atender a los más desfavorecidos de la ciudad de Nueva York, en temas de prevención, testeo y vacunación.

Nuestra preocupación y asistencia sanitaria, siempre liderada por nuestro fundador y presidente el Doctor Ramón Tallaj, alcanzó a poblaciones de otras latitudes en esta nación y en el extranjero.

Nuestra labor sanitaria en SOMOS, siempre pero especialmente en tiempos de pandemia, estuvo y está animada por valores humanos, cristianos y católicos, por lo que las palabras y acciones del Papa Francisco, en ese difícil periodo de la humanidad, nos iluminaron e inspiraron.

El Papa Francisco, fiel al seguimiento auténtico del pastoreo del mismo Jesús de Nazaret y en su permanente afán porque vivamos el evangelio de Jesucristo, dio ejemplo y testimonio al mundo de la salvación que Dios nos ofrece en su Hijo como curación, como sanación física y espiritual.

No en vano, los términos salvación y salud son parientes en su etimología.

Por eso, durante la pandemia, vimos al Papa Francisco realizando gestos extraordinarios con vigilias de oración, predicando palabras de compasión y esperanza y recorriendo calles desiertas de Roma para estar al lado de los más desfavorecidos.

La pandemia nos sorprendió a todos, sacó de la rutina diaria a toda la humanidad, y dejó al descubierto las facetas más ciertas del ser humano y de nuestras sociedades.

COVID-19, nos hizo un acercamiento en picada a la muerte, desnudó nuestras fragilidades como seres humanos, nos mostró nuestras falencias y vulnerabilidades como sociedades y naciones, y nos enfrentó cara a cara con nuestros valores, y anti-valores más profundos con los que vamos interactuando como individuos y como comunidad humana, construyéndonos o destruyéndonos.

Según palabras del mismo Papa Francisco: “Con la tempestad se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar…”.


(Bendición Urbi et Orbi – 27 de marzo – 2020 – Reflexión sobre Marcos 4,35-41- Jesús calma la tempestad)

Al respecto, llaman poderosamente la atención hechos tales como: el aumento de la violencia intrafamiliar que se dio en la mayor parte del mundo debido a la obligada convivencia de las familias bajo el mismo techo, o el respiro que tuvo la naturaleza debido al estancamiento del cotidiano frenesí tecnológico e industrial.

También llama la atención el hecho de que mientras unas minorías pudieron guarecerse en sus casas de campo, las mayorías del mundo, se contagiaron, hacinadas, en las grandes urbes.

En medio de las grandes contradicciones y paradojas, de las inequidades y vulnerabilidades y del desmantelamiento de nuestras certezas reveladas por la pandemia, el Papa Francisco se convirtió en el profeta de la esperanza.

Profeta que nos animó, “asustados y perdidos” como estuvimos, en medio de esa “tormenta inesperada y furiosa” a seguir viviendo y lidiando por la construcción de un mundo mejor con mejores seres humanos.

El Papa nos llamó a contagiarnos no del virus sino del amor, nos invitó a ver la pandemia como “un tiempo de prueba y de elección” para discernir sobre los principios, valores y fundamentos que sostienen nuestras existencias como individuos y como humanidad.

Pero, además, el Papa Francisco lamentó las muertes por COVID-19 en soledad, clamó por el acceso de todos a vacunas y se quejó de que las mismas, en muchos lugares del planeta, se hayan convertido en un lujo del que pueden beneficiarse unos pocos.

En definitiva, nos invitó a echar mano de la fe y de la confianza en Dios para vencer los miedos que conducen, no a la esperanza, sino al sin sentido y a la desesperación.

Más allá del covid-19, la pandemia develó a un mundo enfermo de inequidades e injusticias, de carencias y de soledades y a una humanidad más afanada por los bienes perecederos que por lo que verdaderamente permanece.

Por lo que el ministerio de Pedro, ejercido por el Papa Francisco, antes y después de la pandemia, continúa siendo vigente, necesario e inspirador, como un faro que orienta a la barca de la Iglesia y de toda la humanidad, que necesita volver, no sólo en tiempos de crisis, a los principios y valores más ciertos, más humanos y trascendentes.

En SOMOS, como el resto de los fieles católicos y de toda la humanidad, nos congratulamos por contar en los tiempos de la pasada pandemia y ahora, con la figura, presencia y ministerio de Francisco como guía moral y espiritual.

Francisco a diario, nos recuerda la interdependencia que tenemos los unos de los otros y nos exhorta a la solidaridad generosa y fraterna, de personas y pueblos, en contra del individualismo egoísta, porque – según sus mismas palabras – “estamos todos en la misma barca”.

A continuación, el video de la intervención: