Llamamiento del Papa para Mianmar y no olvidar al pueblo ucraniano

Palabras del Santo Padre después del Ángelus

Ángelus 19 junio 2022 © Vatican Media

“Llega todavía de Myanmar el grito del dolor” dijo hoy el Papa Francisco tras el rezo del Ángelus de este domingo, 19 de junio de 2022, con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.

“Llega todavía de Myanmar el grito del dolor de tantas personas a las que le falta la asistencia humanitaria básica y que se ven obligadas a dejar sus casas porque han sido quemadas o para huir de la violencia. Me uno al llamamiento de los Obispos de esa amada tierra, para que la Comunidad internacional no se olvide de la población birmana”, se lamenta el Papa Francisco.

“Y no olvidemos, insistió el Papa, al martirizado pueblo ucraniano en estos momentos, pueblo que está sufriendo. Me gustaría que quedara una pregunta en todos ustedes: ¿Qué hago hoy por el pueblo ucraniano?”.

El Santo Padre recordó el inicio este miércoles, 22 de junio, el X Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Roma y al mismo tiempo se extenderá por todo el mundo.

Y añadió, ayer, en Sevilla, fueron beatificados algunos religiosos de la familia dominica, Su testimonio de adhesión a Cristo y el perdón para sus asesinos nos muestran el camino de la santidad y nos animan a hacer de la vida una ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Un aplauso a los nuevos beatos.

Finalmente, el Obispo de Roma, saludó a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro deseando a todos un feliz domingo.

A continuación, siguen las palabras del Papa después de la oración del Ángelus, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:


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Palabras del Papa

¡Queridos hermanos y hermanas!

Ayer, en Sevilla, fueron beatificados algunos religiosos de la familia dominica: Ángel Marina Álvarez y diecinueve compañeros; Juan Aguilar Donis y cuatro compañeros, de la Orden de los hermanos predicadores; Isabel Ascensión Sánchez Romero, anciana monja de la Orden de Santo Domingo, y Fructuoso Pérez Márquez, laico terciario dominico. Todos asesinados por odio a la fe en la persecución religiosa que ocurrió en España en el contexto de la guerra civil del siglo pasado. Su testimonio de adhesión a Cristo y el perdón para sus asesinos nos muestran el camino de la santidad y nos animan a hacer de la vida una ofrenda de amor a Dios y a los hermanos. Un aplauso a los nuevos beatos.

Llega todavía de Myanmar el grito del dolor de tantas personas a las que le falta la asistencia humanitaria básica y que se ven obligadas a dejar sus casas porque han sido quemadas o para huir de la violencia. Me uno al llamamiento de los Obispos de esa amada tierra, para que la Comunidad internacional no se olvide de la población birmana, para que la dignidad humana y el derecho a la vida sean respetados, como también los lugares de culto, los hospitales y las escuelas. Y bendigo la comunidad birmana en Italia, hoy aquí representada.

El próximo miércoles, 22 de junio, iniciará el X Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Roma y al mismo tiempo se extenderá por todo el mundo. Doy las gracias a los obispos, a los párrocos y a los trabajadores de la pastoral familiar que han convocado a las familias a momentos de reflexión, de celebración y de fiesta. Doy las gracias sobre todo a los esposos y a las familias que darán testimonio del amor familiar como vocación y camino de santidad. ¡Feliz encuentro!

Y ahora os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos de varios países, en particular a los estudiantes de la London Oratory School. Saludo a los participantes del primer Curso de pastoral de la acogida y del cuidado “Vida naciente”; a los fieles de Gragnano y la Asociación ciclista “Pedale Sestese” de Sesto San Giovanni. Y no olvidemos al atormentado pueblo ucraniano en este momento, pueblo que está sufriendo. Me gustaría que quedara una pregunta en todos vosotros: ¿qué estoy haciendo hoy por el pueblo ucraniano? ¿Rezo? ¿Estoy haciendo algo? ¿Intento entender? ¿Qué hago yo hoy por el pueblo ucraniano? Cada uno responda en su propio corazón.

A todos deseo un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!