Papa Francisco: No hemos escuchado lo suficiente las voces de las mujeres en la Iglesia

Publicamos el prefacio del Papa Francisco al libro «¿Desmasculinizar la Iglesia? Comparación crítica sobre los «principios» de Hans Urs von Balthasar» (Ediciones Paulinas)

Vatican Media

La presencia y la contribución de las mujeres a la vida y al crecimiento de las comunidades eclesiales a través de la oración, la reflexión y la acción son realidades que siempre han enriquecido a la Iglesia y constituyen su identidad. Sin embargo, nos dimos cuenta, especialmente durante la preparación y celebración del Sínodo, de que no habíamos escuchado lo suficiente la voz de las mujeres en la Iglesia y que la Iglesia todavía tiene mucho que aprender de ellas.

Es necesario escucharnos unos a otros para «desmasculinizar» la Iglesia, porque la Iglesia es una comunión de hombres y mujeres que comparten la misma fe y la misma dignidad bautismal. Escuchando verdaderamente a las mujeres, los hombres escuchamos a alguien que ve la realidad desde otra perspectiva y así nos vemos llevados a revisar nuestros proyectos, nuestras prioridades. A veces estamos perdidos. A veces lo que escuchamos es tan nuevo, tan diferente a nuestra forma de pensar y de ver, que nos parece absurdo y nos sentimos intimidados. Pero esta desorientación es saludable, nos hace crecer.

Se necesita paciencia, respeto mutuo, escucha y apertura para aprender verdaderamente unos de otros y avanzar como un solo Pueblo de Dios, rico en diferencias, pero caminando juntos.

Precisamente por eso quería pedir a una mujer, teóloga, que ofreciera al Consejo de Cardenales un camino de reflexión sobre la presencia y el papel de la mujer en la Iglesia. El punto de partida de este camino es la reflexión de Hans Urs von Balthasar sobre los principios marianos y petrinos en la Iglesia, reflexión que inspiró el magisterio de los últimos pontificados en el esfuerzo por comprender y valorizar las diferentes presencias eclesiales de hombres y mujeres.


El punto de llegada, sin embargo, está en manos de Dios: pidamos al Espíritu que nos ilumine y nos ayude a comprender, a encontrar un lenguaje y un pensamiento eficaz para dirigirnos a las mujeres y a los hombres de hoy, en la Iglesia y en el mundo, para que crezca la conciencia de la reciprocidad y la práctica de la colaboración entre hombres y mujeres.

Me complace que a través de esta publicación las reflexiones que Lucia Vantini, Luca Castiglioni y Linda Pocher han ofrecido al Consejo de Cardenales puedan estar a disposición de quienes deseen participar en el diálogo sinodal y profundizar en el tema de las relaciones eclesiales entre hombres y mujeres, lo cual es muy importante para mí. Son reflexiones que tienden a abrirse más que a cerrarse; que nos provocan a pensar, nos invitan a buscar, nos ayudan a orar.

Esto es lo que quiero en este momento del proceso sinodal: que no nos cansemos de caminar juntos, porque sólo cuando caminamos somos lo que debemos ser, el cuerpo vivo del Resucitado en movimiento, saliendo, al encuentro de nuestros hermanos y hermanas, sin miedo, en las calles del mundo. ¡Que María, madre de la fe, nos acompañe en este camino!