«Trascender lo bueno: homenaje al legado de José Luis Mendoza Pérez»

Saludo del Papa a los miembros de la Universidad Católica de Murcia en su 25 aniversario

Vatican Media

Resuenan con belleza las palabras elogiosas de su Obispo, que describió a Don José Luis como «un hermano, un creyente, un testigo del amor de Dios que quiso hacer el bien».

Este jueves 4 de enero de 2024, en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia a una representación de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (España) y dirigió a los presentes las siguientes palabras de saludo:

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Palabras del Papa

Queridos amigos, Excelencia:

me es grato acogerlos hoy en esta casa de Pedro, como representantes de la Universidad Católica de Murcia, con la mirada puesta en la celebración del 25 aniversario de su institución y el reciente tránsito de su fundador José Luis Mendoza Pérez. Vuestro Obispo lo definió «un hermano, un creyente, un testigo del amor de Dios, que quiso pasar haciendo el bien». Son palabras hermosas, nadie es perfecto, pero todos somos capaces de amar, y ser recordados por ello es lo que nos acerca a Dios y a su misericordia.


Don José Luis quiso dejar como legado una universidad «misionera, evangelizadora y profundamente existencial», nacida del corazón de la Iglesia e «impulsada por la fuerza del Amor de Dios». Porque todo lo que el cristiano hace, como miembro de Cristo, de esta Iglesia que es nuestra madre, debe ser misionero, evangelizador, y precisamente por ello debe estar ligado a la realidad humana, a los cuestionamientos profundos del hombre, ser existencial.

Este es hoy mi deseo para todos ustedes: que sigan trabajando desde el corazón de la Iglesia para llevar a Jesucristo a cada hombre que se acerca a sus aulas, a sus vidas, para formar personas capaces de acoger a Dios y de testimoniarlo en cualquier ambiente, construyendo una sociedad fraterna en donde la Iglesia se perciba en el buen hacer de sus miembros. !Gracias por lo que hacen!

Que Jesús los bendiga y la Virgen de la Piedad los cuide. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Muchas gracias.

(El Papa imparte la Bendición Apostólica)