América Latina y Caribe: CELAM hace un diagnóstico COVID

“La cuestión social bajo el escenario covid-19 en América Latina”

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Coronavirus en Perú © Conferencia Episcopal Peruana

El Centro de Gestión de Conocimiento, Observatorio Socio-Antropológico Pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha elaborado un diagnóstico de la situación social, económica y ambiental en América Latina y el Caribe bajo el escenario de la COVID-19.

El pasado sábado 8 de mayo de 2021, el propio CELAM publicó una nota explicativa del extenso análisis titulado “La cuestión social bajo el escenario COVID-19 en América Latina”, una “reflexión a partir de la realidad, siguiendo el método ver, juzgar, actuar, tan propio de la reflexión latinoamericana”.

Sobre el sufrimiento del pueblo

El punto de partida es “una vida plenamente humana”, idea del papa Pablo VI, recogida por Mons. Jorge Eduardo Lozano en la presentación de la obra. El secretario general del CELAM va haciendo un recorrido a través de las cinco conferencias generales del episcopado latinoamericano, donde se reconoce, hablando de América Latina, “que muchos de sus habitantes, especialmente entre los trabajadores del campo y la ciudad, viven todavía en una situación angustiosa” (Rio de Janeiro, 1955).

“El subdesarrollo, que no solo aparta a nuestros hermanos del goce de los bienes materiales, sino de su misma realización humana” (Medellín, 1968); “la comunión y participación verdaderas solo pueden existir en esta vida proyectadas sobre el plano muy concreto de las realidades temporales” (Puebla, 1979); que “el hombre… ha roto la solidaridad con el prójimo y destruido la armonía de la naturaleza” (Santo Domingo, 1992); “urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos” (Aparecida, 2007).

Transformar la realidad a la luz del Evangelio

San Oscar Romero insistía en la necesidad de cambios estructurales profundos, una necesidad muy urgente en América Latina, según el secretario general del CELAM. Por eso es necesario que la Iglesia conozca cada vez mejor la realidad, algo a lo que contribuye este diagnóstico, que comienza reconociendo las deudas sociales presentes en el continente, con grandes problemas estructurales que se han agravado en este tiempo de pandemia, a lo que se une la necesidad de una ecología humana integral y de una cultura del encuentro.


No olvidemos que la pandemia del COVID-19 la llegado tras años de bajo crecimiento económico, que ha aumentado la pobreza y los conflictos sociales, consecuencia de desigualdades estructurales, que se hacen visibles en cosas elementales, como salud y educación, algo que afecta sobre todo a los más vulnerables.

En el documento eso es estudiado a partir de tres de los sueños del papa Francisco en Querida Amazonía, ecológico, social y cultural, abordando con detalle diferentes elementos que forman parte de cada uno de esos sueños. Una reflexión iluminada a partir de diferentes textos del Documento de Aparecida.

Iluminar la realidad desde la Teología Pastoral

A partir de ahí se presenta un Aporte Teológico-Pastoral, elaborado por Jaime Mancera Casas y María del Pilar Silveira, integrantes del Equipo de Reflexión Teológico-Pastoral del CELAM. Se busca reconocer la presencia misericordiosa del Señor y de sus planes en la realidad, a partir de un “ejercicio de discernimiento evangélico y pastoral sobre la complejidad de los contextos sociales, culturales y ambientales de nuestro continente y en tiempos de pandemia”.

En esa tesitura, el texto pretende mostrar pistas para “ser una Iglesia en salida, hospital de campaña, promotora de hermandad universal y amistad social, de la cultura del diálogo y del encuentro, de un nuevo pacto educativo para un humanismo solidario, de nuevas formas de construir las relaciones políticas y económicas en armonía con la casa común, secundando la obra del Señor resucitado”.

Son reflexiones que inspiradas en las palabras y gestos del papa Francisco, “abren horizontes y nos lanzan hacia adelante con esperanza”. Por eso, el texto concluye llamando a la reflexión e invitando a continuar el diálogo, a partir de las palabras del Santo Padre: “Nos podemos preguntar: ¿Ahora qué tengo que hacer? ¿Cuál podría ser mi lugar en este futuro y cómo hago para hacerlo posible? Dos palabras me vienen a la mente: descentrarse y trascender (…) Me gusta la imagen del peregrino, aquel que se descentra y puede trascender. Sale de sí mismo, se abre a un nuevo horizonte, y cuando vuelve a casa ya no es el mismo, por lo tanto, su casa ya no será la misma. Es tiempo de peregrinación”.