¿Qué es la Agenda 2030? ¿Es compatible con los valores de la Iglesia?

Se oyen voces preocupadas por su contenido, pero ¿es bueno apoyarla o no?

El portal Infovaticana ha publicado el 8 de febrero pasado un artículo titulado “La carta de un padre católico a los obispos, preocupado por la alianza de la JMJ -Jornada Mundial de la Juventud- con la Agenda 2030”. En el mismo se informa sobre un hombre que habría enviado una misiva a todos los obispos de España denunciando “el acuerdo que la organización de la JMJ ha suscrito con la Agenda 2030” de las Naciones Unidas. Según el portal mencionado, la carta fue firmada por “un católico”.

Creemos que se trata de una excelente ocasión para analizar el tema y ponerlo en contexto en forma orgánica. Como cristianos tenemos siempre la obligación moral de estar bien informados sobre los temas que opinamos, para que nuestra voz sea luz para otros, basada en la verdad. Al decir “verdad” nos referimos a aquella que contempla un todo orgánico de una realidad, y no solo una parte, separada de los contextos a los que se encuentra integrada. Una verdad truncada no ayuda a conocer la realidad objetiva y puede confundir, y puede estar justamente dedicada a confundir.

El medio mencionado no es el único al que le “cuesta” presentar una visión más orgánica de los procesos sociales y de la Iglesia. Tanto otros medios, como católicos mediáticos, caen en la misma tentación. Pero tomaremos este caso como una buena ocasión para conocer mejor la Agenda 2030.

De qué trata la Agenda 2030, de las Naciones Unidas – 17 objetivos

En esta página de las Naciones Unidas se explica la meta de la Agenda:

“‘Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí (25 septiembre 2015) a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales’, señalaron los Estados en la resolución”.

Los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” de la Agenda son:

1- Fin de la pobreza

2- Hambre cero

3- Salud y bienestar

4- Educación de calidad

5- Igualdad de género

6- Agua limpia y saneamiento

7- Energía asequible y no contaminante

8- Trabajo decente y crecimiento económico

9- Industria. Innovación e infraestructura

10- Reducción de las desigualdades

11- Ciudades y comunidades sostenibles

12- Producción y consumo responsables

13- Acción por el clima

14- Vida submarina

15- Vida. Ecosistemas terrestres

16- Paz. Justicia e instituciones sólidas

17- Alianzas para lograr los objetivos

Información que brinda Infovaticana

En un artículo del 17 de noviembre pasado, titulado “La JMJ de Lisboa de 2023 se pone al servicio de la Agenda 2030” Infovaticana expresa que la “página web de la JMJ de Lisboa 2023 contiene un apartado dedicado expresamente al compromiso organizativo de este evento mundial de la juventud católica con el Papa Francisco y la Agenda 2030”.

Y citando la página mencionada de la JMJ, transcribe un párrafo de la misma: “Nuestra misión es construir la JMJ Lisboa 2023 teniendo en cuenta los objetivos de sostenibilidad abrazados en todo el mundo, los Laudato Si’ Goals presentados por el Vaticano y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ODS)”, agregando Infovaticana la siguiente frase con un hyperlink: “se lee en la carta de compromiso de la JMJ”.

Lo que Infovaticana no dice

Pero “insólitamente”, se les escapó incluir el final del párrafo al que se refiere, truncándolo. La frase de la JMJ censurada por Infovaticana expresa: “siguiendo las orientaciones de la Santa Sede”, e incluye un hyperlink que lleva al documento en el cual el entonces Nuncio Apostólico y Observador permanente ante las Naciones Unidas, Arzobispo Bernardito Auza, con fecha 5 de octubre 2016, o sea, un año más tarde de la firma de la Resolución, define la posición de la Santa Sede ante la Agenda 2030, de acuerdo a los principios cristianos, sostenidos por la Iglesia católica en el documento “Nota de la Santa Sede en el primer aniversario de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

La posición de la Santa Sede. Es un deber moral mencionar ambos aspectos

Basta leer los 17 objetivos de la Agenda para comprender que “los temas son reflejo de la Doctrina Social de la Iglesia para un desarrollo humano integral”, según el Arzobispo Auza en su alocución del 27 de enero 2023 en Barcelona, en la Universitat Abat Oliba CEU; y agrega: “teniendo en cuenta con grande atención algunos puntos, en particular términos, que la Santa Sede y la Iglesia en general no pueden aceptar”.

Un analista responsable no puede obviar ambas realidades al respecto de la postura de la Iglesia ante la Agenda:

  • Por un lado, que los temas son reflejo de la Doctrina Social de la Iglesia y que “la Santa Sede está de acuerdo con la mayoría de los objetivos y metas enumerados en la Agenda”, según citamos al Arzobispo Auza abajo.
  • Por otro lado, que la Santa Sede rechaza con claridad y sin rodeos algunos aspectos de la misma.

Si al referirnos a la Agenda obviáramos uno de estos puntos, estaríamos faltando a nuestra obligación moral de iluminar con la verdad, que debe ser abarcada en su organicidad.

¿Por qué la Santa Sede apoya la Agenda 2030, aunque expresando sus claras reservas?

En el documento mencionado “Nota de la Santa Sede en el primer aniversario de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, el Arzobispo Auza expresa el visto bueno de la Santa Sede a la “mayoría de los objetivos y metas enumerados en la Agenda”. Dado que los 17 objetivos enunciados arriba son de suyo obviamente positivos, no nos dedicaremos a fundamentar su valor. El lector puede comprobarlo yendo al enlace que lleva al objetivo concreto en la página de las Naciones Unidas.

La Iglesia tiene la misión de bregar por la justicia social, no desde un dedo acusador, sino desde su involucramiento en los procesos de cambio. Por eso se ha ganado un lugar como Observadora Permanente ante las Naciones Unidas, desde donde ha podido dar valiosos aportes, y donde los sigue dando. La Iglesia se siente parte de los destinos del mundo, junto con todas las naciones. Por esta razón es que valora y apoya los objetivos de la Agenda 2030, con la salvedad de los puntos con que no concuerda y rechaza.

Apoyo y reparos

Transcribiremos aquí solo unos párrafos del documento mencionado, que exponen el apoyo de la Santa Sede a la Agenda, con sus reparos a unos puntos concretos.

En el punto 15 se expresa que la “Agenda 2030 es una clara señal de que, a pesar de las diferencias en algunos ámbitos, la comunidad internacional se ha unido y ha afirmado su compromiso de erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones y de garantizar que todos los niños, mujeres y hombres del mundo tengan las condiciones necesarias para vivir en verdadera libertad y dignidad”.

Y continúa: “Teniendo en cuenta que la Santa Sede está de acuerdo con la mayoría de los objetivos y metas enumerados en la Agenda, en este punto, la Santa Sede, de conformidad con su naturaleza y misión particular, desea hacer aclaraciones y reservas sobre algunos de los conceptos utilizados en la Agenda 2030”.


Sobre los puntos más controvertidos citamos los siguientes párrafos del documento que expresa la posición de la Santa Sede:

Papa Francisco defiende derecho a la vida ante las Naciones Unidas – Agenda 2030

En el punto 6 del documento emitido por el Nuncio Apostólico se citan palabras del Papa Francisco ante las Naciones Unidas, referidas a la Agenda 2030 sobre el desarrollo humano integral, que incluye el derecho a la vida:

“Comprender el desarrollo humano integral. Los pilares del desarrollo humano integral, a saber, el derecho a la vida y, más en general, el derecho a la existencia de la propia naturaleza humana, se ven amenazados cuando ya no reconocemos ninguna instancia por encima de nosotros mismos ni vemos nada más que a nosotros mismos. Esto solo puede remediarse mediante el reconocimiento de una ley moral inscrita en la propia naturaleza humana, que incluye el respeto absoluto a la vida en todas sus etapas y dimensiones y a la diferencia natural entre hombre y mujer. Los derechos humanos derivan de una correcta comprensión de la naturaleza humana, la persona humana, la dignidad humana inherente y la ley moral”.

Otros puntos que cita dicho documento son: Reconocer a los pobres como agentes dignos de su propio destino, proporcionar medios espirituales y materiales para que una persona pueda vivir dignamente, respeto del principio de justicia, el derecho a la educación a la luz del destino trascendente de la persona humana, respeto del Estado de Derecho, resolución pacífica de los conflictos, servicio a los demás y respeto del bien común y construir los cimientos de la fraternidad universal.

Sobre la “ideología de género” y sus peligros

En el párrafo 20, c, del mismo documento, puede leerse: “La Santa Sede subraya que cualquier referencia a ‘género’, ‘igualdad de género e ‘igualdad de género y empoderamiento de las mujeres y las niñas’ se entiende según el uso ordinario y generalmente aceptado de la palabra ‘género’, basado en la identidad biológica que es masculina y femenina, lo que, a su vez, se ve reforzado por las numerosas referencias en la Agenda 2030 a ambos sexos (párrs. 15, 20, 25). El Papa Francisco, siguiendo los pasos de sus predecesores, ha hablado con frecuencia sobre los peligros de la ‘ideología de género’ que niega la relevancia del sexo biológico, masculino y femenino, al opinar que existe una plétora de ‘géneros’ basados en las percepciones subjetivas de cada uno”. 1

El Santo Padre sobre la colonización ideológica

El Santo Padre dijo a la Asamblea General sobre la Agenda: “Sin el reconocimiento de unos límites éticos naturales insalvables… corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable o, peor aún, en palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción, o para promover una colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos y, en último término, irresponsables”.

Últimamente, en su Discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, que tuvo lugar el día 9 de enero 2023, el Santo Padre expresó: «Existe el riesgo de una deriva, que asume cada vez más el rostro de un totalitarismo ideológico que promueve la intolerancia respecto al que no se adhiere a supuestas posiciones de ‘progreso’, que en realidad parecen conducir más bien a un retroceso general de la humanidad, al violar la libertad de pensamiento y de conciencia”.

Y continúa: “Asimismo, se emplean cada vez más recursos para imponer, especialmente en relación a los países más pobres, formas de colonización ideológica, creando, por otra parte, un nexo directo entre la concesión de ayudas económicas y la aceptación de tales ideologías. … En los últimos tiempos, los diversos foros internacionales han visto un aumento de la polarización y de los intentos de imponer una sola forma de pensar…”.

Lo que Infovaticana concluye: “En la JMJ Dios pasa a un lugar secundario”

A veces, las dudas las resuelven los mismos que las generan. Leemos en el artículo “La JMJ de Lisboa de 2023 se pone al servicio de la Agenda 2030” del portal Infovaticana:

“Inspirados en estos valores y teniendo en cuenta el llamado del Santo Padre para que vivamos según los valores de la fraternidad universal y del cuidado de nuestra casa común, nos comprometemos a hacer de la sostenibilidad un objetivo central en la realización de la JMJ Lisboa 2023’, subraya el comité organizativo de esta jornada”. Y remata el portal: “​De nuevo, una ocasión de evangelización en donde Dios pasa a un lugar secundario y donde se prima la obediencia a la religión climática y a la Agenda, globalista, 2030”.

Cuando la JMJ afirma que el compromiso con la humanidad será un valor central de la JMJ, en ningún momento expresa que será ni el único ni el principal. Por el contrario, al decir que se trata de “un objetivo central”, excluye ambas variables. Manifestar que se trata de “un objetivo central” es una forma de expresar que es “un objetivo muy importante”.

La misma redacción de Infovaticana expresa al comenzar el mismo artículo que la “página web de la JMJ de Lisboa 2023 contiene un apartado dedicado expresamente al compromiso organizativo de este evento mundial de la juventud católica con el Papa Francisco y la Agenda 2030”.

O sea… un apartado. Se trata de un subtema, no del tema central. A confesión de parte, relevo de prueba. Abajo explicaremos de forma muy simple dónde la JMJ pone la acentuación.

La carta de un padre a los obispos de España

En un segundo artículo, publicado el 8 de febrero 2023, Infovaticana transcribe la carta de un padre dirigida a los obispos de España, preocupado por la “alianza de la JMJ con la Agenda 2030”.

Veo en ella una honesta preocupación de un padre, más ubicado que el artículo en que posiblemente se inspiró (ver arriba “La JMJ de Lisboa de 2023 se pone al servicio de la Agenda 2030”, y con buena voluntad. Damos respuesta en este artículo a todas sus preocupaciones en cuanto a la JMJ y la Agenda 2030.

JMJ confirma: No existe tal alianza de la JMJ con la Agenda 2030

Si bien es obvio que no hay alianza alguna de la JMJ con la Agenda 2030, hemos consultado a la Organización de la JMJ sobre el tema, quienes nos respondieron que “No existe acuerdo de ningún tipo de la JMJ ni con las Naciones Unidas ni con la Agenda 2030. Tal como figura en nuestra página web, ‘nuestra misión es construir la JMJ Lisboa 2023 teniendo en cuenta los objetivos de sostenibilidad abrazados en todo el mundo, los Laudato Si’ Goalspresentados por el Vaticano y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas (ODS), siguiendo las orientaciones de la Santa Sede’”.

JMJ: Relación con Jesús lleva al compromiso con el hermano

En la página interna “¿Qué es?” de la JMJ, se lee que la misma pretende “proporcionar a todos los participantes una experiencia de Iglesia universal, fomentando el encuentro personal con Jesucristo. Es un nuevo impulso a la fe, a la esperanza y a la caridad de toda la comunidad del país de acogida. Teniendo como protagonistas a los jóvenes, la Jornada Mundial de la Juventud busca, también, promover la paz, la unión y la fraternidad entre los pueblos y las naciones de todo el mundo”.

Se trata de lo mejor que le puede suceder a un joven. Tener una experiencia de Iglesia universal, promoviendo una relación personal con Jesús. La misma busca impulsar la fe, la esperanza y la caridad. Y obviamente este encuentro con la comunidad y con Jesús, lleva a una conversión del corazón. La conversión en Jesús es la meta. El compromiso radical con los hermanos es la consecuencia imprescindible. ¿Se puede acaso explicarlo de forma más simple y clara?

Dice san Juan Pablo II en Novo millennio ineunte:

“Si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse: ‘He tenido hambre y me habéis dado de comer, he tenido sed y me habéis dado que beber; fui forastero y me habéis hospedado; desnudo y me habéis vestido, enfermo y me habéis visitado, encarcelado y habéis venido a verme’. (Mt 25,35-36)”.

¿Dónde estamos los cristianos llamados a NO actuar?

Tengamos en cuenta que apoyar los 17 Objetivos de la Agenda 2030 no implica en ningún momento  validar los aspectos que la Iglesia rechaza. Recordemos poner siempre la realidad en contexto, sin polarizaciones, con objetividad y con celo apostólico, como Iglesia profética y en salida.

Y me pregunto: ¿en qué campo de la vida de la humanidad, el cristiano está llamado a no actuar, sanando, dignificando, asistiendo, motivando, elevando, llevando justicia, promoviendo la unidad, generando entendimiento, creando condiciones dignas, cuidando los dones que Dios nos da?

Es un escándalo que un cristiano se escandalice porque la conversión del corazón en Jesús, tenga las consecuencias solidarias que exige el mismo Jesús.

Y es un escándalo que un cristiano subvierta la realidad, por las razones que sea, confundiendo a desprevenidos que se le confían de buena fe.

Nuestras acciones dependerán de en quién ponemos nuestra confianza. Donde hay enemistad, engaño, división, obsesión, allí no está Dios. Donde hay sinceridad, transparencia, fraternidad, apertura del corazón al Espíritu, allí está Dios. Y no nos olvidemos que una característica esencial de la Tradición de la Iglesia es la fidelidad al papa. Donde está el papa, está la Iglesia.

Transcribimos aquí el párrafo #155 de la Encíclica Laudato Si’, del Papa Francisco, incluido en la cita de arriba, que se refiere a la aceptación del propio cuerpo como don de Dios:

“La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una ‘ecología del hombre’ porque ‘también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo[120]. En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda ‘cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma’[121]”. Laudato Si, #155.

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1

“- Véase, por ejemplo, Papa Francisco, «Discurso a los obispos de la Conferencia Episcopal de Puerto Rico en su visita Ad Limina«, Domus Sanctae Marthae, 8 de junio de 2015;

–  Véase también la carta encíclica «Laudato Si: Sobre el cuidado de la casa común«, 24 de mayo de 2015, n. 155;

– y «Discurso a la Organización de las Naciones Unidas«, Nueva York, 25 de septiembre de 2015”.

Naciones Unidad. Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: 25 de septiembre de 2015:  ARES701